El presidente Putin comentó los planes previstos para la cumbre de San Petersburgo. Fuente: Reuters / Vostock Photo
Al instalarse en el puente de mando del G20 ya en diciembre de 2012, Rusia anunció que el principal objetivo de su presidencia consistiría en “emplear los esfuerzos de esta veintena de países en la elaboración de medidas de estímulo para el crecimiento económico y la creación de empleo”.
En cuanto a los medios principales para lograr estos objetivos, se destacó el fomento de la inversión, la constitución de una regulación eficiente y el aumento de la confianza en los mercados por medio de la transparencia.
Y con estas prioridades en mente, se discutirán en San Petersburgo temas como el estado de la economía mundial, la cooperación en las políticas de empleo, la reforma del sistema monetario internacional y de los sistemas de control financiero, la estabilidad de los mercados energéticos internacionales, el fortalecimiento del comercio multilateral o la lucha contra el proteccionismo y la corrupción.
Se someterán también a debate dos nuevos temas propuestos por Rusia: el estímulo de las inversiones como base para el crecimiento económico y para la creación de empleo, y la modernización de los sistemas nacionales de asimilación y gestión de la deuda soberana.
“Nos hemos tomado muy en serio cada una de las cuestiones incluidas en el programa y acudiremos a la cumbre con un sólido bagaje de compromisos”, se explica en la declaración de Putin sobre la cumbre.
Entre los compromisos más significativos, ha querido destacar las medidas pactadas para combatir la evasión fiscal. Este plan de medidas conjuntas —elaborado por el grupo del G20 con ayuda de la OCDE— constituye, según Putin, el paso más representativo de los últimos cien años destinado al perfeccionamiento y la coordinación de las políticas fiscales.
Basta decir que, a las puertas de la aprobación de esta resolución, la mayoría de los paraísos fiscales anunciaron una flexibilización del secreto bancario.
Entre las novedades proyectadas por la presidencia rusa, Putin también incluye un encuentro entre los ministros de Finanzas y de Trabajo de los países del G20. Es la primera vez que los representantes de los distintos países ponen en práctica este modelo de trabajo, el cual parece estar más que justificado, ya que ha permitido combinar debates relativos a las políticas macroeconómicas y financieras con otros sobre los problemas derivados de la creación de empleo y de la seguridad social, además de poder discutir medidas para promover el empleo entre los jóvenes y los grupos vulnerables de la población.
“Hemos logrado aumentar la transparencia y la eficacia de nuestro trabajo gracias al diálogo constante mantenido entre la presidencia rusa y todas las demás partes interesadas: países que no forman parte del G20, asociaciones regionales y organizaciones internacionales, empresarios, sindicatos, representantes de la sociedad civil, jóvenes y centros de referencia. Hemos tratado de abarcar al máximo las recomendaciones y sugerencias formuladas por nuestros socios”, señala Putin en su declaración.
Entre los logros alcanzados por la parte rusa, también se ha mencionado la preparación de un informe sobre el cumplimiento de los compromisos previos contraídos por los miembros del G20 de cara al desarrollo. Este extenso documento —que servirá de base para un nuevo plan denominado ‘La estrategia de desarrollo de San Petersburgo’— fue presentado ante la prensa el 28 de agosto por la sherpa rusa en el G20 y jefa de la comisión de expertos de la administración del presidente de Rusia, Ksenia Yudáeva, y por el viceministro de Finanzas de Rusia, Serguéi Storchak. Durante la presentación, hicieron hincapié en que se trata del primer informe de este tipo que se elabora en los cinco años de historia de las cumbres del G20.
El informe analiza el cumplimiento de las decisiones adoptadas durante la cumbre de 2010 celebrada en Seúl al más alto nivel. Según palabras de Yudáeva, 33 de los 67 compromisos se pueden considerar ya cumplidos, aún se debe trabajar para alcanzar otros 33 objetivos. Y un último compromiso, que atañe al desarrollo de las infraestructuras energéticas y del transporte se ha suspendido. Storchak mencionó el volumen de la financiación: el G20 gasta 100.000 millones de dólares al año en apoyo a las economías emergentes. De esta suma, la contribución de Rusia constituye aproximadamente 500 millones.
La clase media de los BRIC carece de poder político
A la pregunta de Rusia Hoy sobre qué regiones son prioritarias para los programas de ayuda de Rusia, el jefe del departamento de organizaciones financieras internacionales del Ministerio de Finanzas de Rusia, Andréi Bokarev, respondió que la mayor parte de los fondos se destina a los países de Europa del Este y Asia Central. A continuación están los países del sureste asiático, Oriente Próximo y África subsahariana.
Y a la pregunta sobre qué resultados concretos cabe esperar de los encuentros que se celebrarán en San Petersburgo, Yudáeva respondió a Rusia Hoy que “los líderes adoptarán la declaración y los planes de acción derivados de los principales temas del G20: son entre 10 y 12 anexos, la lista de documentos ocupa una página”.
Por otro lado, en la cumbre se deberá aprobar también un proyecto de actuación de los ‘veinte’ para el año 2014, en el que Australia heredará la presidencia. Por su parte, Rusia dirigirá el año que viene el G8, lo que constituye una oportunidad única de introducir sus prioridades, ajustes y recomendaciones en la agenda global.
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