Ucrania acusa a Rusia de comenzar una guerra comercial

Fuente: ITAR-TASS

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Los políticos ucranianos han interpretado las restricciones impuestas a la exportación de mercancías de Ucrania a Rusia como una guerra comercial. Los expertos rusos, sin embargo, creen que Kiev está haciendo una montaña de un grano de arena.

Según los datos aportados por la Federación ucraniana de empresarios (FRU, por sus siglas en ruso), el pasado 14 de agosto, el Servicio Aduanero de la Federación de Rusia incluyó a todos los exportadores ucranianos en una lista calificada de ‘alto riesgo’.

Esto significa que los productos de estas empresas se someterán a controles exhaustivos. La FRU ha informado de que, ya a finales de julio, los productores ucranianos se tuvieron que enfrentar a controles ininterrumpidos. La organización calcula que las pérdidas soportadas por la parte ucraniana a causa de los las medidas adoptadas por los servicios aduaneros rusos podrían alcanzar los 2.500 millones de dólares.

Según el Centro de Estudios Razumkov, a favor del vector europeo de integración se manifiesta el 42 % de los ucranianos, mientras que el 31 % prefiere que Ucrania se sume a la Unión Aduanera que lidera Rusia y de la que forman parte otras dos antiguas repúblicas soviéticas, Kazajistán y Bielorrusia. El 13,3 % de los encuestados considera que el país debe mantenerse al margen tanto de la UE y como de la Unión Aduanera, mientras el 13,7 % no tiene opinión sobre el particular.

Según los servicios aduaneros rusos, el intercambio comercial entre Rusia y Ucrania disminuyó durante la primera mitad de 2013 casi un 20 % (hasta 18.000 millones de dólares). Este descenso se debe a tanto a la ralentización sufrida por el crecimiento económico de ambos países, como a las barreras artificiales levantadas entre ellos.

A finales de 2012, Rusia redujo la cuota de importación de tuberías ucranianas exenta de tasas aduaneras, y en julio de este año decidió no prorrogar estas cuotas para los últimos seis meses de 2013.

Como respuesta, en primavera, Ucrania introdujo unas tasas especiales para la importación de automóviles con motores de cilindrada superior a 1.000 centímetros cúbicos.

A su vez, en julio Rusia notificó a la OMC —de la que los dos países forman parte— la intención de subir las tasas a una serie de productos procedentes de Ucrania, concretamente el chocolate, el azúcar y el carbón. A finales de julio, el Servicio Federal  de Inspección prohibió la entrada en Rusia de los productos de la empresa Roshen (uno de los principales fabricantes ucranianos de dulces), tras detectar benzopireno en sus artículos.

Muchos políticos y expertos ucranianos han interpretado las medidas adoptadas por el país vecino como una declaración de guerra comercial. Por ejemplo, el partido ucraniano UDAR define los controles aduaneros de Rusia “como una demostración de fuerza”. Algunos expertos ucranianos creen que, con la introducción de nuevos obstáculos a la importación de productos de Ucrania, Moscú pretende forzar a Kiev para que se sume a la Unión Aduanera y renuncie al un acuerdo de asociación con la Unión Europea, previsto para noviembre.

No obstante, la parte rusa está convencida de que lo ocurrido no se pueden calificar de guerra comercial. El servicio de prensa del Gobierno ruso afirma las decisiones relativas a la regulación de la importación proveniente de Ucrania han sido adoptadas por las autoridades aduaneras y no por el ejecutivo.

El vice primer ministro de Ucrania, Nikolái Azárov, ha tratado de restar importancia al problema y hace un llamamiento a la convergencia de los reglamentos técnicos de los dos países. Por otro lado, subrayó que Ucrania desarrollará la cooperación tanto con Europa como con los países de la Unión Aduanera.

Los expertos rusos creen que la actuación de Moscú no tiene nada de extraordinario. “Cualquier país tiene derecho a endurecer sus normas, sobre todo si el motivo es la detección de problemas relacionados con la calidad de los productos”, señaló el economista jefe de Deutsche Bank Rusia, Yaroslav Lisovolik.

Según sus palabras, la convergencia entre los mecanismos de control aduanero beneficiaría a ambos países. “Rusia y Ucrania aspiran a una integración que se refleje de manera positiva en el crecimiento económico de los dos países. Pero esta integración se debe apoyar en la expansión del comercio y no en su reducción”, señaló el experto.

En opinión del director general de la Agencia de Comunicación Político-económica, Dmitri Orlov, no se puede considerar la actuación de Rusia como una declaración de guerra comercial, y no cree que estas acciones vayan a afectar a largo plazo a la relación entre ambos países. Rusia apenas se verá afectada por la situación, ya que la corrección de los precios será insignificante.

“El conflicto afectará sobre todo a Ucrania, ya que cerca del 25 % de sus exportaciones está dirigido a Rusia. Si no se resuelve rápidamente, Kiev corre el riesgo de perder parte de los ingresos estimados, lo que agravaría aún más el panorama económico; y es que muchos expertos no descartan una posible devaluación de la moneda ucraniana a finales de 2013 o principios de 2014.

En lo que respecta a Rusia, es probable que la escasez de bienes de origen ucraniano sea compensada. No se descarta un aumento de la producción de las empresas locales. Además, la importación podría reorientarse a fabricantes de Bielorrusia”, comenta el economista de ING Bank, Dmitri Polevói.

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