El punto de tránsito de Uliánovsk iba a servir como punto de tránsito para contenedores y vehículos procedentes de Afganistán. Fuente: Getty Images / Fotobank
El proyecto de tránsito a través de Uliánovsk que Rusia y la OTAN comenzaron el año pasado siempre ha sido calificado por ambas partes como un gran ejemplo de cooperación. En Moscú contaban con que una gran parte de los 100.000 contenedores y 60 vehículos que la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF por sus siglas en inglés) planeaba sacar de Afganistán sería enviada a Europa a través de Uliánovsk. Sin embargo, esta ruta no se está utilizando.
Algunas fuentes en la sede de la Alianza aclaran que es debido a su alto coste. “Al abrir la ruta a través de Uliánovsk el gobierno de la Federación Rusa insistió en que la operaran únicamente compañías rusas. Y estas han subido tanto los precios que ningún país miembro de la ISAF ha visto atractivo en esta ruta”, explica una de las fuentes del diario.
Al parecer, fue la propia OTAN la que en 2011 solicitó a Moscú que valorara la posibilidad de utilizar el territorio ruso para el tránsito de vuelta desde Afganistán. Anteriormente, tras un conflicto con Estados Unidos, Pakistán había cerrado por completo su territorio a los convoyes de la OTAN, y Uzbekistán y Kirguistán se negaron a dejar pasar a los camiones de vuelta a Europa. Entonces ya existía en Rusia una parte de la ruta llamada ‘Red de Distribución del Norte’, por la que sigue realizándose el tránsito a Afganistán de más del 60 % de la carga no militar de la ISAF: esta se transporta por vías aéreas y ferroviarias, aunque sin transbordo.
A principios de 2012 la Rusia accedió a abrir una ruta para el transporte de vuelta, y propuso utilizar el aeropuerto Oriental de Uliánovsk. En agosto se inició este proyecto.
Según otra fuente en la OTAN, muchos miembros de la ISAF mostraron en seguida un gran interés por el tránsito a través de Uliánovsk. En diciembre de 2012 los británicos concluían un envío piloto de diez contenedores a la base de Camp Bastion y de vuelta. En el gobierno de Gran Bretaña han declarado que el envío piloto finalizó con éxito.
Sin embargo, los británicos no han firmado ningún contrato. Una fuente del periódico explica: “Londres prefiere otras rutas, sobre todo la que cruza Pakistán y las repúblicas de Asia Central que recientemente han retirado la prohibición de paso de los camiones de la OTAN de vuelta de Afganistán. La existencia de varias opciones de tránsito permite llevar a cabo una reubicación más flexible y garantiza la mejor relación calidad-precio”.
Una fuente diplomática en un país europeo miembro de la ISAF que estuvo interesado en el tránsito a través de Uliánovsk, añade: según los cálculos de nuestro gobierno, el transporte de un contenedor desde Afganistán por el aeropuerto Oriental cuesta 50.000 euros, mientras que a través del aeropuerto uzbeko de Termez cuesta 30.000 euros.
En Moscú ven la situación de otro modo. Una fuente en el gobierno ruso explica que el tránsito a través de Uliánovsk fue pensado ante todo como un proyecto comercial. Reconoce un tránsito de dos etapas a través de Uliánovsk (hasta el aeropuerto Oriental en avión y más allá en ferrocarril) es más caro que otras rutas alternativas, aunque subraya que “es más rápido y seguro”.
En opinión del gobierno ruso, la OTAN no ha querido utilizar Uliánovsk “por razones coyunturales”. “No desean pagar a la Federación Rusa innecesariamente. Además no quieren jugárselo todo a una carta: la ‘Red de Distribución del Norte’. En la OTAN temen que a través del tránsito por Rusia este país gane influencia en la Alianza, del mismo modo que Gazprom ejerce influencia en Europa. Esto es una tontería”.
Fuentes próximas a empresas comerciales que deberían participar en el tránsito a través de Uliánovsk aportan otras razones del escaso éxito del proyecto. Los representantes de la OTAN insistieron en la concesión a una compañía extranjera autorizada por la Alianza de una licencia para organizar todo el transporte: en sus funciones entraría la firma de acuerdos con sus participantes directos. Pero Rusia rechazó esta propuesta debido, entre otras cosas, a cuestiones de seguridad nacional.
Otra fuente comenta que los representantes de la OTAN celebraron paralelamente consultas con una serie de estados centroasiáticos que comprendieron que podían quedarse fuera del negocio y retiraron las prohibiciones de paso, ofreciendo al mismo tiempo unos precios más bajos que los de la Federación Rusa.
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