Embajada de España en Moscú. Fuente: Lori / Legion Media
En España, cuyo sistema de gobierno se acerca a un régimen federal, hay 17 comunidades autónomas (más otras dos ciudades autónomas en Ceuta y Melilla). Cada una de ellas tiene la potestad de hacer promoción de su región en el exterior, especialmente para temas relacionados con el turismo y el comercio.
Tanto es así que, al calor del apogeo económico que conoció el país, casi 200 "embajadas autonómicas" operaron por todo el mundo, y un número de importante de ellas en Rusia y la antigua URSS.
En Moscú ha llegado a haber una presencia combinada de los representantes comerciales de regiones como Cataluña, Galicia, Extremadura, la Comunidad Valenciana o el País Vasco. Todas ellas en paralelo con la propia embajada de España en Moscú y con las oficinas del Instituto de Cooperación Exterior (ICEX), que articula la política comercial en el exterior. Cataluña llegó a tener dos oficinas.
Sin embargo, la red de "embajadas autonómicas", como es conocida por parte de la prensa española, se ha ido reduciendo en los últimos años como consecuencia de la crisis económica. Representaron tal derroche que el Ministerio de Asuntos Exteriores trabaja para acoger esas dependencias en su seno ya que, sencillamente, no hay dinero para mantenerlas. En el punto álgido de su propio boom llegaron a costar 402 millones de euros al año.
En ese momento, Cataluña tenía 48 oficinas en el extranjero (a través de organismos como la Agencia Catalana de Cooperación Internacional o el del Instituto Catalán de las Industrias Culturales), mientras que Valencia, principalmente a través del Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX) llegó a contar con 23.
De las cinco comunidades autónomas que tenían presencia en Rusia, muchas se han integrado en la operación española en el exterior.
Según fuentes de la Generalitat de Cataluña, hoy en día la Agencia Catalana de Turismo tiene una oficina en la capital rusa, donde también hay un Centro de Promoción de Negocios. También tiene representación universitaria y cultural en las ciudades de Donetsk (Ucrania), Tartu (Estonia) y en San Petesburgo.
El Instituto Gallego de Promoción Exterior (IGAPE), a través de la Plataforma Empresarial de Galicia (PEXGA) cuenta con personal en Moscú al servicio de los empresarios gallegos.
EXCAL, el organismo del gobierno de Castilla y León que promueve la salida al exterior de sus empresarios explica en su página web que cuenta con "especialistas destinados" en diferentes destinos, incluido Moscú. Igualmente, Extremadura continúa manteniendo un delegado en Moscú.
Las oportunidades de Rusia
Para los empresarios españoles, en general, Rusia es un destino clave. Pongamos por ejemplo el Instituto Valenciano de la Exportación (IVEX). Durante años fue el buque insignia a nivel internacional del gobierno de la Comunidad Valenciana, uno de los más beneficiados por el boom inmobiliario de la última década. Por tener, llegó a jugar con la posibilidad de abrir oficinas incluso en Georgia. Desde el año 2005 cuenta con una oficina en Moscú, que en este momento se encuentra en las instalaciones de la embajada de España.
Y es que para la Comunidad Valenciana, Rusia representa el sexto destino de sus exportaciones y su saldo comercial con el país es de 58 millones de euros en positivo. Valencia exporta a Rusia principalmente azulejos, pero también fruta y automóviles, los de la planta de la Ford en la localidad de Almussafes.
La directora general de internacionalización, Mar Casanova, recordaba la importancia del país eslavo: "Sexta economía mundial, con previsiones de crecimiento del 3,7 % en 2013 y del 3,8 % en 2014, es un mercado estratégico para los intereses de nuestras empresas por su gran potencial económico y demográfico y por la necesidad que tienen de modernizar su estructura productiva".
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Desde el año 2006, las exportaciones españolas a Rusia han crecido de forma sostenida en torno al 35 %. Sectores clave para el Este de España, como las empresas de azulejos, encuentran en el auge de la clase media y de la vivienda en Rusia un nuevo estímulo y un nuevo mercado, igual que los productores de frutas y verduras.
Algunas grandes empresas españolas ya han hecho el viaje y han aterrizado en Rusia. Un informe reciente del ICEX muestra 23 páginas de empresas españolas en Rusia, donde hay nombres clave como Zara, el Grupo Mondragón o Chupa Chups, cuya alianza con Adams le ha permitido vender en el país.
Derroche o no, hay administraciones regionales que no están dispuestas a perder el tren de Rusia. La Consejería de Turismo y Comercio de Andalucía anunció hace pocas semanas la apertura en septiembre de este año de una Oficina de Información Turística, en paralelo con una campaña de publicidad de turismo que se ubicará en Moscú y en San Petersburgo.
Las exportaciones a Rusia, así como el turismo de ciudadanos procedente de este país y la compra de propiedades inmobiliarias de lujo son cuestiones que van adquiriendo un mayor peso en la economía española.
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