El sector agroalimentario ruso se fija en el modelo español

San Petersburgo proyecta el mayor mercado mayorista del mundo, con el asesoramiento de la empresa española. Fuente: Mercasa

San Petersburgo proyecta el mayor mercado mayorista del mundo, con el asesoramiento de la empresa española. Fuente: Mercasa

Inversores rusos que compran inmuebles en España; empresas españolas que exportan a Rusia; empresas ruso-españolas que llevan a cabo proyectos conjuntos en el puerto de Barcelona o en Cheliábinsk. Las economías española y rusa están cada vez un poco más interconectadas. El penúltimo eslabón de esta cadena es el Gran Parque Agroalimentario de San Petersburgo, un ambicioso proyecto con sello de Mercasa, la empresa que gestiona los mercados mayoristas españoles. Rusia Hoy ha hablado con el director de Internacional de Mercasa, Andrés de Pando.

¿De dónde sale la idea de que San Petersburgo tenga un mercado de mayoristas siguiendo el modelo español?

Es Rusia quien se pone en contacto con nosotros. En concreto, la Agencia Federal de Pesca viene a visitar nuestra red, las zonas de conserveras de Galicia, nuestra estructura alimentaria. Les gusta el modelo y se dan cuenta de que eso les hace falta en su país.

Han visitado prácticamente todas las instalaciones alimentarias del planeta y al final resulta que el modelo español es único porque tenemos una alimentación muy buena, buenos chefs, buen producto y lo sabemos gestionar y manejar. Mercasa se constituyó en los años 60, así que tenemos décadas de experiencia que estamos llevando a los mercados internacionales. 

Entonces, el país más grande del mundo ¿no tiene una red de mercados mayoristas de alimentos frescos?

Acaban de crear una red federal que se llama Rosprodset, Red de Alimentos Rusos.  

¿Y cómo han estado funcionando hasta ahora?

A través de centros logísticos privados, antiguos centros de aprovisionamiento y grandes plataformas de supermercados, también privados. 

¿Qué cambios va a notar el consumidor ruso con este nuevo modelo de distribución de los productos alimentarios?

Este proyecto va a servir para que la relación entre mercado mayorista y minorista sea fluida y que toda la población pueda acceder a alimentos frescos, con garantías sanitarias y a buen precio. Hemos estado viendo que, por ejemplo, un tomate puede costar 3 ó 4 euros en las grandes ciudades. Es un precio desorbitado. Se trata de que haya muchos productores y muchos demandantes y el precio al final sea ajustado a la oferta y la demanda. Eso evita que haya oligopolios, que en Rusia son fuertes y que de alguna manera controlan el precio del producto fresco.  

En cuanto a las garantías sanitarias, ustedes ponen mucho el acento en el concepto de trazabilidad…

Es muy importante para el consumidor saber, por ejemplo, dónde se ha criado el ganado, dónde se mata, qué come. Si es pescado, si procede de acuicultura o es salvaje. En frutas y hortalizas, de dónde vienen, qué abonos se han utilizado… porque si ha habido algún problema, hay que detectar exactamente dónde ha sido y proceder de una manera rápida.

 

Fuente: Mercasa

¿También va a favorecer al productor?

Sí. Los rusos no tienen una muy buena producción de productos alimentarios. El campesino ruso va a poder vender directamente su producto en el Parque Alimentario de San Petersburgo, en mejores condiciones que ahora porque va a haber más oferta.

Creo que la pesca jugará un papel importante…

Así es. Mucha de la pesca que llega a Rusia entra por San Petersburgo. Por la costa del Pacífico también entra mucha, pero por razones logísticas, no se puede transportar a la parte occidental de Rusia, que es donde más se consume.

Por ejemplo, pescan un salmón salvaje estupendo en Oriente y han de venderlo a China, Japón y Corea, pues no se puede consumir en Moscú, por lo que han de importarlo de Noruega. Este proyecto servirá para gestionar mejor las redes de transporte y transformación alimentaria.

Se trata de un proyecto muy ambicioso. Presumen de que será el centro de distribución más grande del mundo…

El más grande ahora mismo es el de Ciudad de México. Tiene unas 340 hectáreas y el de San Petersburgo lo superará con creces, ya que tendrá 407 hectáreas.

Es importante saber que estará dividido en tres áreas: mercado de venta de alimentación fresca; una zona donde habrá industria de transformación alimentaria y una plataforma logística intermodal, ya que la ubicación es muy buena.

Está a 1,5 kilómetros del aeropuerto de Púlkovo; a 10 del puerto de San Petersburgo; a 17 del Ermitage… y muy bien conectado por vía ferroviaria y por autopistas. No hay que olvidar, además, que San Petersburgo es la puerta de Rusia a Europa.

Se acaba de presentar el proyecto, pero ¿cuándo será una realidad palpable?

El primer paso es constituir una sociedad mixta con el gobierno de San Petersburgo y  empresas rusas de pesca y transporte.

Esto sucederá este año y se empezará a trabajar para que en 2016 estén en funcionamiento las primeras naves y la urbanización. Pensemos que un proyecto de estas características en nuestro país se suele hacer a 30-50 años vista. Es a muy largo plazo.

¿Confían en que, después de San Petersburgo, otras ciudades rusas puedan encargar a Mercasa proyectos similares?

Efectivamente, esta es la idea. San Petersburgo es un proyecto piloto. Todas las ciudades de más de un millón de habitantes deberían tener un mercado mayorista para poder suministrar productos frescos a la población.

¿Se atreverían con Moscú?

Sí, por supuesto, pero hace años que Moscú mantiene negociaciones con el mercado mayorista de París, con Rungis y ese proyecto va para adelante, aunque las dimensiones son muy diferentes. Están hablando de algo más de 140 hectáreas.

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