Diseño y moda rusa en Buenos Aires

¿Se puede comprar moda rusa en Buenos Aires? Sí, son pocos los profesionales rusos dedicados al diseño de moda en la capital, pero poco a poco están consiguiendo hacerse un hueco en el mercado.

 

Fuente: Paula Martín.

Existe una forma de vestir para las mujeres rusas que en principio dista mucho del estilo de la mujer argentina. Dos países con climas y gente tan distinta, sin embargo empiezan a encontrar puntos en común en la moda femenina. 

Ani Kishoian es hija de rusa y armenio y vivió hasta los cuatro años es Moscú de donde guarda algunos recuerdos: “Estaba en la Plaza Roja de Moscú en un desfile. Me quedaba mirando a todas las mujeres que pasaban porque se visten genial”.  

Con 18 años Ani decidió abrir una tienda de ropa en la Galería Alvear de Recoleta, 'Axana Boutique'. “Cuando terminé el colegio siempre quise algo relacionado con ropa, con diseño, algo de arte pero no enfocado a la pintura. Entonces se dio la oportunidad de abrir este local y mi mamá me dijo que me ayudaba”. 

Los inicios no fueron fáciles para ella. Primero tenía que decidir qué tipo de ropa quería vender y a qué público, y ahí tanto su madre como su abuela, que vive en Rusia, fueron determinantes. Ellas le inculcaron la pasión por la forma de vestir rusa. 

“Cuando era pequeña mi abuela me mandaba ropa de Rusia y era muy diferente, otros estampados, colores, los cuellos distintos, las mangas y más antes que la ropa argentina era muy básica”. 

Su abuela materna fue quien desde Rusia le ayudó buscando mercadería para la tienda: “Ella se encargó de buscar las fábricas de pahsminas en Rusia para hacerme los contactos”. 

Después Ani ha seguido los viajes para comprar las prendas de temporada “dos veces por año viajo a Rusia para ver cuáles son las tendencias allá. Trabajo con empresas como Bolshoia Zerza que me proporcionan blusas, vestidos y calzado. Suelen ser casas chiquitas de moda de Moscú”, cuenta Ani. Ahora selecciona por catálogos la ropa que quiere y ellos ya conocen los estilos que necesita, las telas, los bordados…

Al principio sobre todo tuvo que adaptarse a la forma diferente de vestir de las mujeres en uno y otro país: “A veces me mandaban cosas que yo no sabía cómo las iba a vender y alguna vez me tuve que quedar con alguna mercancía”. 

El público poco a poco se fue acercando a ese nuevo estilo tan distinto en la Argentina. Actualmente sus compradoras son mujeres de 30 años en adelante con un estilo muy moderno, sin miedo al uniforme y con ganas de innovar. Pero “de la embajada rusa también tengo muchos clientes”, recalca Ani. 

Fuente: Paula Martín.

La mujer argentina no es muy dada a la exuberancia de colores y eso contrasta con el estilo ruso “que es con mucho bordado, con pedrería, mucho más exótico y diferente a lo que vemos acá”, dice Ani, para quien se produjo un explosión de la moda con la caída de la URSS. 

“Me parece que las mujeres se pasan horas produciéndose, todas usan tacos, tapados, sombreros, joyas, no importa la edad”. 

En eso coincide con la diseñadora Nadia Bayanova, que lleva diez años en la Argentina creando sus prendas. “La mujer rusa se viste de forma muy diferente a la argentina”, cuenta Nadia, “la rusa utiliza muchos colores, una mujer moscovita camina por la calle y parece que ande por una pasarela. Salen de casa bien maquilladas, producidas… pasear por el subte de Moscú es no parar de mirar a las mujeres, son muy inspiradoras”. 

Nadia vive en Vicente López (Buenos Aires) y vende sus prendas desde el Centro de Arte y Cultura Rusa de esa localidad. Ella es de Moscú, donde se dedicaba al arte, pintura, música y diseño, “de chica me decían que estaba con una mano con las agujas y con la otra con el piano”. 

Como Ani, Nadia suele viajar a Moscú donde también sigue vendiendo sus diseños aunque su trabajo principal lo hace acá. “Trabajo con lana o hilo y cuero natural y suelo usar también piedras”, cuenta Nadia, “para mi es como crear un cuadro, pienso en el hijo e imagino las combinaciones de colores”. 

También se encontró con la dificultad de que sus prendas fueran entendidas por el público argentino. “Antes mis colecciones sólo las compraban mujeres con carácter de artista, y ahora las mujeres en general ya se animan a usarla” pero todavía aspira a que “la mujer argentina se vista con la misma seguridad que una rusa, que cuando sale a la calle no le importe que la miren y la admiren. Pero ya está empezando a cambiar muchísimo”. 

Para trabajar a Nadia le gusta combinar materiales rusos y argentinos, y lo mejor que ha encontrado acá es el cuero. “Me gusta mucho el cuero argentino y cuando presento mis trabajos en Rusia llevo este cuero que gusta muchísimo. En cambio las pieles las traigo de Rusia”. 

Con la llegada del frío Nadia recomienda el uso de las pieles sobre todo combinadas con otras prendas, pero para la lluvia se decanta por los gorros tejidos de cuero que ella diseña. “Son muy prácticos porque es cuero natural”. 

Ani también se apasiona con las pieles pero para algunos diseños de piel de nutria, por ejemplo, “llevamos las pieles de acá y las mandamos a Rusia donde hacen los diseños”.  

Tanto Ani como Nadia coinciden en que las cosas que se llevan ahora en Rusia tardan un tiempo en ponerse de moda acá, pero que terminan llegando. En Axana comenzaron a venderse los zuecos hace tres años “y recién ahora comienzan a estar de moda acá”. 

También existe en Buenos Aires el diseño ruso para casamientos a cargo de Lena Podàkina, llegada a la Argentina en 1995 y que forma parte de la Comisión Directiva de la Cámara Argentina de la Moda.

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