La vida después de Chávez

Fuente: ITAR-TASS

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Es posible que Rusia tenga que reorientarse en relación a la cooperación técnico-militar con Venezuela para proyectos conjuntos en el sector de la energía y otros sectores civiles. Esta fue la opinión comunicada a Rossískaya Gazeta por el director del Instituto de Latinoamérica de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladímir Davidov. También habló sobre las perspectivas de fortalecimiento de los lazos económicos entre Rusia y los países latinoamericanos.

¿Conseguirá Rusia conservar sus relaciones y acuerdos anteriores con Venezuela?

No es una pregunta fácil, ya que la misma situación en el país es muy difícil. El actual presidente, Nicolás Maduro, quien heredó el cargo de Hugo Chávez tiene la intención de mantener en su totalidad todos los compromisos y obligaciones en las relaciones con Rusia. Pero mucho dependerá de la situación económica de Venezuela, del nivel de los precios del petróleo en el mercado mundial. Ellos determinan la solvencia de la economía del país. 

Por cierto, el líder de la oposición, Capriles Radonski, desafiante en los resultados de las recientes elecciones presidenciales, se muestra en contra de mantener el mismo volumen de cooperación técnico-militar con Rusia, pero no se opone a la cooperación en el sector energético ni a una serie de grandes proyectos industriales. 

También debe entenderse que si continúa la crisis económica mundial es algo difícil de garantizar. La economía de Venezuela no es inmune a la recesión. Elegir dónde gastar el dinero en caso de emergencia puede no estar a favor de Rusia. 

Recientemente se ha celebrado un foro de inversiones en Moscú. ¿Qué quieren los latinoamericanos recibir de Rusia?
Nuestro país no se ve mal desde el punto de vista de una solvencia efectiva, por lo que es extremadamente  interesante para los latinoamericanos como un mercado potencial. 

Además, saben que Rusia, en cooperación con otras potencias, puede desempeñar un papel importante en la esfera mundial y servir, si se me permite decirlo, de contrapeso a los dictados unilaterales. Por lo tanto, están interesados ​​en colaborar con nosotros desde ese punto de vista. 

¿Cuál es el interés Rusia?
El desarrollo del comercio y la cooperación económica, por supuesto. Debido a la recesión en la economía europea y a la incertidumbre alrededor de EE UU, crece el valor de los mercados de los países latinoamericanos y caribeños que han superado con éxito la prueba de la crisis. 

Después de un difícil 2009 y 2010, el volumen de nuestro comercio con los países la región se ha recuperado, volviendo a un nivel de 16 000 millones de dólares. Pero existe un potencial de cooperación en este ámbito. Solo hay que llevarlo a cabo. 

En América Latina, además de Rusia y Estados Unidos compiten la UE y China. ¿A favor de quién se inclina la balanza?

Las estadísticas muestran que la presencia económica de EE UU en América Latina ha disminuido. Esto es visible también por la distribución de la influencia política. El nivel de presencia de la UE después del rápido crecimiento en los años 90 se ha estabilizado. China está realmente mostrando un crecimiento impresionante. Detrás de ella le siguen la India, Turquía, Irán, Corea del Sur... 

Por desgracia, estamos muy por detrás de una serie de nuevos socios. Hay que luchar para aprender a trabajar con una amplia gama de competidores directos e indirectos. Pero yo no mediría nuestros intereses en toda la región. Este enfoque ya no es actual. Hay algunos países de América Latina con los cuales la cooperación podría ser particularmente prometedora. Estos son sobre los que merece la pena hablar. 

¿Cuáles son?
En primer lugar, Brasil. Es una de las diez principales potencias económicas del mundo. Este país trabaja con éxito en la industria aeronáutica. Y esta zona podría ser objeto de una fructífera cooperación con nosotros. 

También se puede hablar de proyectos conjuntos en la exploración del espacio, el uso de GLONASS (alternativa al GPS) o el desarrollo de los yacimientos costeros.

Con Argentina llevamos a cabo un desarrollo conjunto en el campo de los usos pacíficos de la energía atómica, en la construcción y modernización de estaciones hidroeléctricas y plantas de energía, y en el ámbito del transporte ferroviario

Por supuesto, hay que desarrollar las relaciones con Cuba. Es una tradición en el mejor sentido de la inercia. México, con su intercambio comercial de mil millones de dólares, también nos interesa. Ahí es posible la cooperación en la esfera del gas y la minería, la energía y el transporte. 

¿Acaso Estados Unidos concederá tal buen bocado?
No hay necesidad de que lo conceda. Nosotros mismos tenemos la oportunidad de obtener un muy prometedor huecoen el mercado mexicano. 

Artículo publicado originalmente en ruso en Rossíyskaya Gazeta

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