Lia Luchnikova, directora general de la Casa de Rusia en Barcelona. Foto : Maite Montroi
En octubre de 2011, se presentó solemnemente el proyecto de la Fundación Casa de Rusia en Barcelona, pero hasta ahora no se había programado ninguna actividad. ¿Qué ha pasado en todo este tiempo?
No se lo puedo decir porque yo no llevo tanto tiempo en este cargo. Lo que sí que le puedo decir es que ahora hemos estado trabajando activamente en proyectos serios, tanto rusos como españoles.
¿Qué pasó, por cierto, con Iván Popov?
Solo le puedo decir que él dejó la dirección de Casa de Rusia y que esta responsabilidad me la encargaron a mí y es un honor.
¿Qué podemos esperar de este proyecto?
Espero que sea un punto de encuentro, un foro en el que tratar diferentes temas de la cultura internacional, rusa, española, ya que tenemos muchas cosas en común.
Seguramente, a muchos les llamará la atención oír que rusos y españoles tienen mucho en común.
Solo hay que fijarse en la historia. Lo vimos, por ejemplo en la presentación de “La huella española” [serie documental sobre la participación soviética en la Guerra Civil Española]. Los jóvenes conocen menos esta relación, pero tenemos una historia común.
Para la inauguración de la Casa de Rusia, se ha presentado esta película que usted comentaba; se han organizado unas jornadas financierasun espectáculo de ópera del teatro Mariinski y una exposición sobre Kaliningrado. ¿Qué preparan para más adelante?
Tenemos previsto organizar espectáculos de teatro, exposiciones… No le puedo decir lo que vamos a organizar cada día, pero habrá acontecimientos en otoño, en primavera.
Hemos empezado con un programa centrado en la esfera financiera y haremos más encuentros de este tipo para facilitar las relaciones financieras y comerciales entre ambos países; para que dialoguemos unos y otros. Hay mucho en lo que nos podemos entender a pesar de los problemas que ahora afronta España relacionados con la crisis y que también afectan a Rusia directamente. A mí me parece que la Casa de Rusia será un foro donde organizar este diálogo.
Aunque usted habla de punto de encuentro, lo cierto es que, de momento, detrás del proyecto solo hay capital y patrones rusos.
Sí. Precisamente es parte de mi trabajo el invitar a la parte española a cooperar con nosotros. No es tarea fácil. Cuando se anunció que se crearía la Casa de Rusia en Barcelona, muchos creyeron que llovería el dinero del lado ruso. Eso no es así. Es un proyecto sin ánimo de lucro.
Como cualquier fundación, tiene que existir un apoyo financiero, tanto del lado español como del ruso. Y nosotros tenemos que buscar este apoyo también en el lado español. Yo creo que aquí hay enormes negocios que pueden beneficiar a ambas partes y la conferencia financiera ha demostrado que hay interés y posibilidades para encontrar socios en uno y otro lado para hacer negocios conjuntamente.
Estoy segura de que en España también existe este interés. No tengo la menor duda. Nuestro embajador, nuestro cónsul han de jugar su rol. Y nuestra tarea es encontrar a la gente, a las empresas interesadas en esta colaboración. Y las encontraremos.
¿Qué otras organizaciones, además de Gazprombank, apoyan este proyecto?
También nos apoya Sberbank, gobiernos regionales, como el de Kaliningrado o el de Kazán.Tenemos muchos colaboradores y lo que nos alegra especialmente son los de las regiones, que tienen mucho interés en este foro, donde van a hacer sus presentaciones, sus actos, empezando por la provincia de Kaliningrado,que ha preparado una pequeña exposición con objetos de ámbar y una presentación dirigida a los empresarios catalanes y españoles.
¿Las obras en la sede ya están completamente terminadas?
Hemos adecentado el edificio: limpiado, pintado… para que se pueda trabajar, pero sin tocar nada de la estructura porque es un edificio histórico y hacen falta permisos. Nuestra intención no es restaurarlo. Eso sí, queremos poner un ascensor para eliminar las barreras arquitectónicas, poner aire acondicionado, pero lo básico ya está. La verdad es que es un edificio precioso, en el mismo centro de Barcelona.
¿Cree que este proyecto va a servir para mejorar la imagen a menudo negativa y estereotipada que existe de Rusia en España?
Es una de nuestras principales tareas. Nuestro proyecto incluye llevar más allá de nuestras fronteras lo que se llama el poder blando, es decir, la imagen de Rusia.
Nos vamos a ocupar de esto activamente porque yo sé que en España existen algunos problemas con la percepción de Rusia y de los rusos, pero creo que el nuestro es un país de una gran cultura, donde hay muchas oportunidades de negocios, muchas posibilidades y yo estoy segura de que esta imagen de seriedad la sociedad española la va a percibir rápidamente.
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