A Andorra le gustan los turistas... rusos

Fuente: flickr / Stephen Downes

Fuente: flickr / Stephen Downes

Andorra es uno de esos lugares en los que uno no sabe si se encuentra en un cuento de hadas, en un folleto turístico o en un alucinante viaje de tiendas y neones.

Con sus poco más de 75.000 habitantes, Andorra disfruta de uno de los PIB per cápita más altos del mundo, una especial relación con la Unión Europea y un posicionamiento muy claro como “el país de los Pirineos”. Es un paraíso del esquí y las compras y uno de los lugares más ricos del mundo. 

Y desde hace poco, un lugar que los turistas provenientes de Rusia comienzan a aprovechar más que nunca. 

En las calles de Andorra La Vella, la diminuta capital del país (apenas unos 25.000 habitantes), se apelotonan boutiques de las principales marcas del mundo, publicidad luminosa, anuncios de tabaco de esos que ya no se ven en casi ningún país europeo y tiendas de moda. 

Durante los últimos veinte años, fue uno de los destinos turísticos más populares para los españoles. Estaba cerca, ofrecía compras a buen precio y era una forma de salir al extranjero. 

Sin embargo, las cosas cambian rápido. Si antiguamente la gran mayoría de los turistas que llegaban al país pirenaico eran aquellos españoles en busca, la crisis económica ha dejado caer a unos y ha abierto nuevos horizontes. 

Los turistas más queridos hoy en día por los comerciantes andorranos son, sin duda, los rusos. 

En una de las principales marcas comerciales del país, la cadena de centros de galerías comerciales Pyrénées Andorra, algunas dependientas visten una etiqueta indicando que pueden atender en ruso, si es necesario. Y algunos restaurantes, como el famoso Papanico ofrece su menú en ruso. Muchas tiendas han colocado letreros grandes, en alfabeto cirílico, invitando a los turistas de ese país a entrar. 

Así, una familia rusa pasea por las salas de Pyréenés entre bolsos y relojes de lujo bajo la atenta mirada de vendedoras que saben bien la oportunidad que representan esos turistas. 

Este año 2013, más de 25.000 rusos viajarán al Principado, sin contar las visitas de un día que muchos de ellos harán desde Barcelona. Esta cifra representa un incremento superior al 12% con respecto al año 2012. Un crecimiento que no ha sido obviado por las autoridades turísticas locales. 

“Los rusos nos están salvando. Vienen en viajes organizados y ya no son únicamente turistas de clase alta, sino también de clase media. Eso sí, compran siempre las mejores marcas y no tienen problemas de presupuesto”, cuenta a Rusia Hoy Luis, un barcelonés que vive en Andorra desde los 13 años y que hoy es el responsable de una zapatería de moda en la ciudad. 

Durante más de 60 años, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Andorra creció y se consolidó como un paraíso fiscal, destino turístico de primer nivel para deportes de invierno y centro de compras.   

En las principales calles de Andorra La Vella, los escaparates están repletos de vinilos en ruso invitando a los turistas a acercarse a las tiendas. Boutiques, restaurantes y todo tipo de comercios están a la caza del nuevo turista. 

“Ya casi no quedan turistas españoles y hay incluso más rusos que franceses”, explica la propietaria hindú de una tienda de electrónica, una de esas que hicieron de Andorra un destino obligado de los turistas españoles en los años 80. 

Entrar al país es sencillo. Para llegar a Andorra es necesario viajar por carretera desde España o desde Francia. Los aeropuertos más cercanos son los de Lérida y Barcelona. 

El turista ruso pasa más de una semana en el país, según fuentes de Andorra Turismo, y gasta más de 180 euros al día. Joan, desde la recepción del Hotel Festa Brava, popular entre los turistas, explica: “muchos turistas rusos vienen a conocer el país en invierno para esquiar. La mayoría vuelan a Barcelona y viajan por carretera hasta aquí”. 

La historia de amor que viven Rusia y Andorra es también una historia de interés. A pesar de que el país pirenaico ya no es un paraíso fiscal, el sistema bancario andorrano es uno de los más seguros del mundo y los cinco bancos que conforman la Asociación de Bancos Andorranos ofrecen condiciones muy interesantes a los usuarios de sus oficinas. 

El pasado mes de febrero se celebró la primera Semana Cultural de Rusia en Andorra, que incluía exposiciones, pases de películas clásicas soviéticas y rusas y diversas intervenciones de las estrellas del Ballet Ruso. 

Para Andorra, el turista ruso, más próspero en estos tiempos que corren que los españoles o los franceses, representa un verdadera apuesta de futuro.

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