“Nuestras relaciones estratégicas se mantendrán”

Ígor Sechin (a la derecha) durante una visita a Venezuela. Fuente: Ria Novosti

Ígor Sechin (a la derecha) durante una visita a Venezuela. Fuente: Ria Novosti

Con Hugo Chávez Venezuela era el principal aliado de Moscú en Latinoamérica. Vladímir Zaemski, embajador de Rusia en Venezuela, comenta en qué se ha visto reflejado este hecho y en qué situación quedan las relaciones con Venezuela tras la muerte del líder de la revolución bolivariana recientemente.

¿Cuáles son, en su opinión, los principales resultados del gobierno de Hugo Chávez desde el punto de vista de las relaciones entre Moscú y Caracas?

Las relaciones existentes son impresionantes, durante estos años han dado un auténtico acelerón. En Venezuela operan seis empresas conjuntas y se está formando una séptima.

En el mercado venezolano figuran varios participantes rusos de distintos sectores. Por ejemplo, si hablamos de la industria petrolera, tenemos al Consorcio Nacional Petrolero por un lado, a Rosneft por otro, así como Gazprom, Zarubezhneft y, hasta hace poco, TNK-BP. Es decir, en cada ámbito nos une más de un nexo.

Durante la legislatura de Chávez se sentaron las bases para una cooperación a gran escala. 

¿La cooperación económica se limita en su mayor parte al petróleo y la construcción?

Desde luego que no. Durante los últimos años hemos diversificado nuestras relaciones. Por ejemplo, hemos comenzado a colaborar en sector agrario. Tenemos casi formada una empresa conjunta de cultivo de plátanos en Venezuela y exportación a la Federación Rusa. Al parecer, las inmediaciones del lago Maracaibo poseen unas condiciones únicas para el cultivo de plátanos.

En este sentido existen grandes perspectivas en el desarrollo de las relaciones.

Según declaraciones de Nicolás Maduro, en Venezuela tenemos 33 millones de hectáreas de tierra fértil, de las que apenas se utiliza un 10%. 

¿En qué otros ámbitos destacaría la cooperación entre Rusia y Venezuela?

Durante los años de cooperación se ha creado un sólido marco legal. Desde el año 2000 entre la Federación Rusa y Venezuela se han firmado unos 40 documentos intergubernamentales que han creado la red que necesitábamos para comenzar las relaciones bilaterales. Entre otras cosas, se ha iniciado la cooperación entre el Ministerio de Emergencias Ruso y el Ministerio del Interior de Venezuela: nuestros especialistas construirán un centro de seguimiento de emergencias en Caracas y, más tarde, en otras ciudades del país.

Haz click en la imagen para ver los datos de la infografía "Empresas de gas y petróleo rusas en Venezuela"

Además, colaboramos estrechamente en el ámbito internacional. Los más claros ejemplos de ello son el reconocimiento de la independencia de Abjazia y Osetia del Sur, el mutuo apoyo de las candidaturas en las organizaciones internacionales, la coordinación de acciones en foros internacionales, así como la constante consulta entre nuestros departamentos de política exterior.  

Ahora, después de que Nicolás Maduro haya sido elegido presidente, ¿se mantendrán las relaciones estratégicas entre Venezuela y Rusia? ¿Cambiará en general la política exterior de Caracas? Algunos analistas aseguran que el sucesor de Chávez se verá obligado, entre otras cosas, a normalizar sus relaciones con Estados Unidos.

Nuestras relaciones estratégicas se mantendrán, por supuesto. En lo que respecta a los Estados Unidos, las relaciones entre Caracas y Washington no son malas en la práctica.

Cuando llegué por primera vez a Venezuela como embajador de Rusia hice una visita a mi homólogo estadounidense. Durante nuestra reunión le pregunté cómo era el trabajo de los diplomáticos de Estados Unidos en unas condiciones tan adversas. A lo que él me respondió: “A pesar de la retórica de la Casa Blanca y de Caracas, nosotros seguimos comprando como mínimo un 60% del petróleo venezolano, y un 70-80% de la importación a Venezuela procede de los Estados Unidos”. Mi interlocutor comentaba que una base tan sólida en las relaciones podía superar cualquier desavenencia. 

Sin embargo, Venezuela tiene un problema objetivo: está dividida por la mitad, y estas dos mitades se odian entre sí. ¿Es posible resolver este conflicto?

Sí, la unión es posible. Espero que Nicolás Maduro logre solucionar este problema. Si Hugo Chávez estuviera vivo, él también daría pasos para conseguir la reconciliación nacional. No es casualidad que un mes y medio antes de las elecciones de octubre del año pasado Chávez comprendiera que había cometido un error en su programa electoral y añadiera en él algunos puntos pensados para la clase media. 

Artículo publicado originalmente en ruso en Kommersant.

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