Los rusos saborean la comida mexicana

El embajador Rubén Beltrán inaugura el stand mexicano. Fuente: Embajada de México.

El embajador Rubén Beltrán inaugura el stand mexicano. Fuente: Embajada de México.

Entre el 11 y el 15 de febrero tiene lugar en Moscú la 20ª feria internacional de alimentación, bebidas y materias primas para su producción, Prodexpo 2013, que reúne a los mayores participantes del mercado de la alimentación y las bebidas alcohólicas de Rusia y de otros 63 países del mundo, un total de 2.200 compañías. El Embajador de México en la Federación de Rusia, Embajador Rubén Beltrán, inauguró formalmente el pabellón nacional.

Esteaño,seexponenproductosmexicanoscomocarnedebovino,carnedeequino,café,tequila,ronymezcal,cuyademandahacrecidoenlosúltimosaños.Tambiénseofrecenproductosnuevosparaelmercadoruso,comoelaguacatedeshidratado,eljarabedeagaveylainulinadeagavefibrasoluble.

El consumidor ruso ya se ha acostumbrado a la carne mexicana, así como a las bebidas alcohólicas del país de los aztecas, que en Rusia gozan de gran popularidad. Ahora la tarea de los exportadores de tequila y ternera mexicana, de los primeros en conquistar el mercado ruso, consiste en apoyar la consolidación de este éxito. Sin embargo, entre los productos mexicanos que han llegado este año a Prodexpo se encontraban algunos totalmente desconocidos por los rusos.

En uno de los stands del pabellón hay un gran recipiente lleno hasta la mitad de una consistente crema verde. Junto a él, tortitas maíz. Muchos rusos conocen bien la cocina mexicana, y no se sorprenden al ver el guacamole. Muchos compran aguacate y preparan este plato en casa, acompañándolo con pan negro. Sólo hay un problema: casi todos los frutos que se venden en las tiendas y mercados están siempre verdes. He aquí las limitaciones de la logística.

Sin embargo, el polvo de aguacate (del que estaba hecho el guacamole de la exposición), llegaba a Rusia por primera vez. Traído por empresarios mexicanos, podría ser la solución a este problema, además a un precio asequible.

Alejandro Ordóñez Rivas, representante de ventas de Latin American Products, me enseña un aguacate seco: un contenedor con un polvo verde. A pesar de la extraña apariencia del producto, los empresarios tienen la certeza de que despertará el interés de los distribuidores rusos.

Para el proceso de secado se utiliza una innovadora tecnología que permite que el producto siga siendo totalmente natural. Además, no se estropea durante el transporte. Conserva su calidad tanto a los 50 grados bajo cero de la cabina de transporte de un avión como a bordo de un barco que puede tardar hasta tres semanas en llegar a su destino.

Para el consumidor, el aguacate en polvo será bastante más barato que los frutos frescos importados de otros países como, por ejemplo, Israel, asegura Alejandro. Será una delicatesen, tenemos la intención de suministrarlo tanto a los restaurantes como a los supermercados corrientes. “El guacamole es uno de los principales platos de la cocina mexicana, así que seguiremos poniéndolo a disposición del consumidor ruso durante mucho tiempo”, comenta.

Otra compañía mexicana, el Grupo Michel, cuyo importador en territorio de Rusia, la compañía GRK Trading, ha decidido poner en el mercado ruso otro conocido producto mexicano: el chicharrón, a base de fritura de piel de cerdo o de cereales, como maíz o trigo.

A pesar de que el mercado ruso está lleno de snacks, es poco variado. La mayoría de los productos de este sector son muy grasos y ricos en calorías. El chicharrón es la alternativa perfecta a las patatas fritas, ya que no contiene hidratos de carbono. Por esta razón, no hay duda de que encontrará su lugar en este mercado”, declaran los representantes de la compañía.

Al mismo tiempo, un hombre de unos 60 años se detiene junto al stand, se inclina hacia el recipiente de guacamole y se queda mirando su contenido. “¿Qué esto, wasabi?”, dice finalmente. Esto demuestra que en estos momentos la cocina japonesa y los productos asiáticos lideran este sector en Rusia, y por ahora no ceden sus posiciones.

Sin embargo, el mercado alimentario ruso ofrece grandes posibilidades, y merece la pena luchar por el estómago y por el bolsillo del consumidor ruso. Por lo meno, así lo creen los empresarios mexicanos.

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