“La apuesta de México por Rusia es a largo plazo”

 El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario Rubén Beltrán.  Fuente : Ruslán Sujushin.

El Embajador Extraordinario y Plenipotenciario Rubén Beltrán. Fuente : Ruslán Sujushin.

Hace dos meses y medio Enrique Peña Nieto asumió su cargo de presidente. A principios del 2013 llegó a Moscú el nuevo embajador, el señor Rubén Beltrán Guerrero. Inició su misión con un viaje a Vladivostok después del cual Rusia Hoy tuvo la oportunidad de conversar con él sobre los nuevos objetivos en la política exterior mexicana, las relaciones ruso-mexicanas y las prioridades en la agenda bilateral.

La política exterior siempre implica una dualidad. Por un lado, guarda las tradiciones, por otro, cada nuevo gobierno ofrece nuevas iniciativas. ¿Cuál es la política exterior del nuevo presidente Peña Nieto?

La política exterior siempre se basa en los principios constitucionales. La base fundamental no cambia, pero cada gobierno tiene metas diferentes acorde con su propio pensamiento y estrategia. En mi opinión, la política exterior es siempre un reflejo o la prolongación de la interior.

Los principales objetivos del presidente Peña Nieto se centran en el desarrollo del país. Queremos un México seguro, prospero, incluyente y más presente en el mundo. De modo que la agenda internacional se alinea con la interna y con las metas señaladas por el presidente.

Un México prospero necesita más comercio y empleos. Entonces, la política exterior buscará  inversiones, exportaciones y turismo.

La cooperación puede contribuir a una mejora de la educación, la ciencia y la tecnología para los mexicanos. Respecto a la seguridad, se requiere combatir tanto el crimen organizado como la corrupción a nivel bilateral como regional y multilateral.

¿Qué influencia tendrán los nuevos objetivos de México en el diálogo ruso-mexicano?

El presidente Peña Nieto y su homólogo ruso, Vladímir Putin, han destacado la necesidad de combatir el crimen organizado y la corrupción. Podemos trabajar estos temas a nivel bilateral y colaborar en los foros internacionales para obtener la cooperación de otros países.

México y Rusia tienen comparte una preocupación: la alta dependencia de la renta petrolera. Nos interesa contar con un sector energético más eficiente y seguir diversificando la economía para disminuir la carga fiscal del petróleo.

Además, también nos preocupa el nuevo mercado energético, tras el descubrimiento de gas de esquisto, y como afectará a nuestras economías.

Por otro lado, somos miembros de APEC,  de la Organización Mundial de Turismo y pensamos de manera similar sobre la reforma de la ONU.  México es miembro de la OECD y Rusia demostró su deseo de ingresar.

Estos hechos invitan a la colaboración y demuestran cómo la política exterior puede contribuir al desarrollo de un país, de México o de Rusia, y a las relaciones bilaterales. 

¿Cuáles son los logros alcanzados en las relaciones bilaterales?

El turismo es un síntoma del crecimiento económico del país. Las estadísticas muestran el incremento del turismo ruso. El año pasado hubo 12 millones de turistas rusos en el mundo, y un millón de ellos visitó España.

En nuestro país también aumenta el turismo ruso. En 2010 tuvimos 20.000 turistas, 40.000 en 2011 y casi 80 mil en 2012.

El intercambio económico creció en un 250%. Un logro a primera vista que se convierte en un dato ridículo, si lo analizamos en los valores de la exportación/importación.

Actualmente México es la 14º economía del mundo, y Rusia la novena, pero para nosotros Rusia es el 23º socio comercial.

Se requiere una mejora cualitativa en el ámbito de las exportaciones. La inversión rusa en México es muy pequeña, básicamente se sitúa en el área de turismo y servicios. Por su parte, la inversión mexicana en Rusia no ha crecido tanto como podría.

¿Evaluando  las relaciones entre México y Rusia, cuáles son los puntos de convergencia y dónde ve potencial para intensificarlas?

Las principales direcciones de cooperación son en el marco político y económico, incluyendo las inversiones, el comercio y el turismo. Al nivel político trabajamos juntos en los foros multilaterales: ONU, G20, APEC y OMC.

Nos interesa la cooperación en áreas como la tecnología, la energía, el ámbito nuclear, el sector  aeroespacial, la aeronáutica, el área de bienes y de capital, la esfera cultural y la movilidad de personas.

Hay una necesidad vital de actualizar algunos instrumentos y crear nuevos vínculos.

Seguiremos promoviendo las exportaciones para los bienes de consumo masivos. Nos complementamos bien por la necesidad rusa de modernizar su maquinaria y hacer crecer el sector automotriz y la gran experiencia y alta competitividad mexicana en la industria de autopartes y electrónica.

En la esfera del turismo hemos dado un paso significativo al instalar el sistema de permisos electrónicos para la entrada para los ciudadanos rusos. Hay entendimiento con el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov y parece que estamos listos para dar un paso más. Creo que podemos actualizar el marco legal y renovar los acuerdos migratorios.

Tenemos que modificar el acuerdo aeronáutico para incrementar el tráfico. Aeroflot y Transaero realizan vuelos regulares, salen vuelos chárter de San Petersburgo, pero necesitamos mayor frecuencia y más compañías operadoras.

También está el ámbito cultural. En general, nuestra responsabilidad consiste en atraer más estudiantes mexicanos a Rusia y al revés. Se abre otra esfera para la cooperación, a la luz de la realización rusa de la reforma educativa.

Entre las nuevas prioridades estratégicas de México sobresale la apuesta por el Pacífico con la creación de la Alianza del Pacifico. Rusia también mira cada vez más hacia esa zona. ¿Coincidimos en algún punto?

Acabo de regresar de Vladivostok y es una sensación increíble subir a un avión y nueve horas después aterrizar en el mismo país. La modernización lanzada en esa ciudad  es un reto formidable. Rusia apuesta por crear una zona económica Euroasiática. Por su ubicación geoestratégica se convierte en el gozne de esa zona.

México, siendo un país de la cuenca del Pacífico, se beneficiaría de la vuelta rusa hacia a esa zona. Las empresas mexicanas pueden participar en la ampliación de la infraestructura. Tenemos una de las cementeras más grandes del mundo, Cemex, que por medio de sus plantas en Europa, puede acompañar considerablemente el crecimiento de la infraestructura rusa.

En agosto de 2012 Rusia ingresó en la OMC. ¿Qué  ventajas se abrirán para las relaciones bilaterales?

Al formar parte de OMC Rusia tendrá que ajustar sus sistemas de protección en ciertas industrias y eliminar los aranceles de manera progresiva.

El primer ministro Dmitri Medvédev decía en Foro Gaidar que Rusia quiere mejorar su clasificación en el índice 'Doing business' del Banco Mundial. México ha hecho pasos importantes en este ámbito. Podemos trabajar juntos para eliminar reglas y normas innecesarias y modernizar el sistema bancario.

Esto nos ayudará a ser más competitivos para atraer la inversión internacional. Estaremos más capacitados para establecer acuerdos de inversión.

Nuestra apuesta con Rusia es a largo plazo: la maduración de las inversiones requiere tiempo. Para 2020 queremos otra composición de la relación bilateral. Un factor adicional, que ayuda a que este deseo sea real, es que coincide la duración de las administraciones de ambos presidentes .

¿Fue su nombramiento una noticia esperada o una sorpresa?

No fue solo esperada sino buscada. En 2006 era cónsul general en Los Ángeles. Estaba terminando la misión, cuando el ministro me preguntó a dónde me gustaría ir. Le contesté que a Rusia. Me mandaron a Nueva York. Luego llegó otra misión. Me volvieron a preguntar y contesté lo mismo. Entonces sí, me tocó Moscú.

Disfruto al ver como cambia Rusia. Estuve aquí en 1988, antes de toda una serie de cambios profundos. Veo un país con una misión clara. Con problemas, como cada país, pero noto un gran  dinamismo y un gran esfuerzo por desarrollarse.

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