Motos en la URSS: La extraña historia de las bandas soviéticas de moteros

La Unión Soviética no tenía Ángeles del Infierno, pero, como se puede ver en estas fotos, en la década de 1980, durante la perestroika, surgió en el país una vibrante subcultura motera.

Las motocicletas empezaron a popularizarse en la Unión Soviética a mediados del siglo XX, en gran parte porque la economía soviética dificultaba entonces la compra de un coche. Pero en la década de 1970 los coches se habían vuelto algo más asequibles y se consideraban el vehículo preferido de los adultos, mientras que las motocicletas eran cosa de jóvenes.

A principios de los años ochenta, el número de jóvenes que circulaban en moto por las calles había aumentado considerablemente. Sin embargo, no existía ningún análogo a los Ángeles del Infierno, y los moteros soviéticos no solían formar bandas criminales. Sin embargo, les gustaba la misma música heavy rock que a sus homólogos occidentales y por eso se les llamaba “rockeros”.

A diferencia de Occidente, los moteros soviéticos no disponían de choppers de lujo y tenían que conformarse con lo que las fábricas soviéticas podían producir. Recurrían a modelos como la IZH-Planeta, la Minsk y la Vosjod. El precio de estas motos oscilaba entre 450 y 750 rublos, lo que en aquella época equivalía a varios sueldos medios mensuales.

Las motocicletas fabricadas en otros países de Europa del Este, principalmente en Checoslovaquia, se consideraban más prestigiosas. Entre ellas estaban los modelos Jawa y ČZ (este último se llamaba Chezet en la URSS).

Los rockeros soviéticos solían reunirse por la noche los fines de semana, generalmente en algún lugar cercano a parques u otros espacios públicos. Los lugares de reunión más populares en Moscú eran el Parque Gorki, el Estadio Luzhniki y “la Montaña”, una plataforma turística cerca de la Universidad Estatal de Moscú, en Vorobievi Gori, donde los moteros siguen reuniéndose hoy en día.

A los rockeros les gustaba pasear por las somnolientas calles de noche, por lo que se convirtieron en objeto de gran interés policial. Al mismo tiempo, las motocicletas de la policía solían estar anticuadas y no podían perseguir con éxito a los motoristas.

Los motoristas soviéticos tendían a ignorar las normas de tráfico, y las estadísticas sobre accidentes relacionados con motocicletas de aquella época son asombrosas. A finales de la década de 1980, cada año se producían casi 70.000 accidentes y 10.000 muertes relacionadas con motocicletas.

La subcultura de los rockeros se hizo tan popular y extendida en la URSS que incluso se rodaron largometrajes sobre ella. Uno de ellos fue Avariya, hija de policía. En la película, la protagonista, llamada Avariya (“Choque” en ruso), se relacionaba con bandas de rockeros y se metía en líos.

En los años 90, los rockeros de Moscú estaban divididos en varios clubes diferentes, como los Perros del Infierno, los Lobos de la Noche y los Cosacos de Rusia. El primer grupo que empezó a autodenominarse motero fue el de los Lobos de la Noche

Los Lobos Nocturnos siguen existiendo y este es su líder Alexánder Zaldostánov, apodado el “Cirujano” (a la derecha)

Con la caída de la Unión Soviética, los rockeros en moto pasaron a la historia. Sus sucesores se hicieron con choppers extranjeras y empezaron a parecerse más a sus homólogos occidentales.

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