“El Pescador’ no merece ni piedad ni perdón”, se le dijo a Serguéi Golovkin, experto ganadero de la ganadería nº1 de Moscú, apodado ‘El Pescador’. Se convirtió en el último hombre ejecutado por la ley en la Rusia moderna. Uno de los maníacos más aterradores de la historia, entre 1984 y 1992 torturó, violó y asesinó hasta a 11 niños. Antes de cada asesinato, contaba a sus víctimas lo que iba a hacer y les mostraba los restos de los que ya había matado. Cometía la mayoría de sus crímenes en el sótano de su garaje.
Nadie sospechó de un brutal asesino de niños en un agradable y culto especialista bovino. En 1989 (en ese momento, todo el país sabía que había un maníaco suelto), incluso se le concedió una medalla de plata de la VDNJ por sus logros en la agricultura.
Serguéi Golóvkin fue capturado después de que uno de los compañeros de clase de una víctima le señalara. Recordó que “El Pescador” había ofrecido a los niños cometer un robo. Así fue como la policía le descubrió.
“El Pescador” fue condenado inicialmente a ser fusilado. Intentó apelar el veredicto, pero el tribunal no modificó la sentencia. El criminal fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en 1996. En 1997, Rusia firmó una moratoria sobre la pena de muerte.
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