¿Por qué los soviéticos erigieron monumentos dedicados a este hidroavión? (Fotos)

Monumento dedicado al hidroavión Be-6 en la bahía de Kola, región de Múrmansk. La inscripción "1936" en el pedestal indica el año de creación de la Fuerza Aérea de la Flota del Norte.

Monumento dedicado al hidroavión Be-6 en la bahía de Kola, región de Múrmansk. La inscripción "1936" en el pedestal indica el año de creación de la Fuerza Aérea de la Flota del Norte.

Pavel Lvov/Sputnik
El multitarea Be-6 actuó como avión explorador, rescatador y cazador de submarinos estadounidenses y británicos. Es más, incluso participó en pruebas nucleares.

Este resistente hidroavión, con sus alas curvadas en forma de gaviota, se encontraba igualmente a gusto en las duras condiciones del Ártico y en las aguas más tranquilas del mar Negro. No es de extrañar, por tanto, que en la época soviética se encontraran monumentos dedicados al Be-6 tanto en Crimea como en los alrededores de Múrmansk.

Introducido poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, en 1949, el barco volador fue diseñado para llevar a cabo una serie de tareas diversas: reconocimiento marítimo, patrullaje, bombardeo, colocación de minas, transporte de suministros, desembarco de tropas y participación en misiones de rescate.

El caballo de batalla de la Armada soviética estuvo en servicio durante más de 20 años. Durante ese tiempo, un total de 123 aviones Be-6 surcaron el aire.

El barco volador se convirtió en un participante de pleno derecho de la Guerra Fría. Los Be-6 llevaban a cabo misiones de reconocimiento en el mar de Japón, donde eran seguidos de cerca por cazas estadounidenses, que los alcanzaban y escoltaban. Para la OTAN, el avión soviético se llamó “Madge”.

Un Douglas A-4B Skyhawk de la Marina estadounidense interceptando un Beriev Be-6 de la Marina soviética, 1964.

Durante las pruebas nucleares en el archipiélago de Novaya Zemliá, en el Océano Ártico, en la década de 1950, los Be-6 realizaron reconocimientos aéreos para detectar buques de guerra extranjeros en las inmediaciones. Otras tripulaciones se encargaban de estudiar la caída de la radiactividad volando a través de la nube radiactiva a determinados intervalos. La aeronave no estaba preparada de ninguna manera para este tipo de misión, lo único que tenían a bordo era un equipo de medición.

A finales de los años 50, el avión IL-28R sustituyó al Be-6 en el puesto de avión de reconocimiento marítimo de largo alcance y este último se utilizó principalmente como avión de búsqueda y rescate (Be-6SS) y antisubmarino (Be-6PLO). Fue el pionero en el origen de la aviación antisubmarina como un tipo de fuerza independiente dentro de la Armada de la URSS y fue el que sentó las bases de la táctica de su aplicación.

A finales de los años 60, el Be-6 en la Unión Soviética pasó a una merecida jubilación. Sin embargo, en China, a la que Moscú cedió en su día 20 aviones, se utilizaron hasta 1998.

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