Oleg Gordievski, el doble agente que más daño causó al KGB

Oleg Gordievski, el coronel del KGB convertido en espía británico.

Oleg Gordievski, el coronel del KGB convertido en espía británico.

Getty Images

Oleg Gordievski es ampliamente reconocido como uno de los agentes dobles más dañinos de la historia del espionaje soviético. El futuro desertor entró en la Primera Dirección del KGB en 1962, en el momento álgido de la Guerra Fría. Esta unidad era responsable de las operaciones encubiertas en el extranjero, la inteligencia exterior y la gestión de los agentes encubiertos. Desde el principio de su trabajo para el KGB, Gordievski se vio envuelto en varias tramas de espionaje.

El trabajo prometía beneficios que otros soviéticos no obtenían. Por ejemplo, los oficiales de la Primera Dirección tenían la oportunidad de vivir y trabajar en países del bloque capitalista. Al principio de su carrera, Gordievski estuvo destinado en Dinamarca.

“Tenía que conseguir documentos de personas fallecidas o que habían abandonado [el país], para que la Dirección C [de inteligencia ilegal] del KGB pudiera utilizarlos. Iba a los cementerios donde buscaba las tumbas de los recién nacidos, visitaba a los sacerdotes para conseguir los libros de registro de nacimientos y defunciones”, dijo Gordievski en una de las muchas entrevistas que concedió tras su deserción a Gran Bretaña.

En Dinamarca el MI6 británico se puso en contacto con el joven agente de inteligencia soviético encubierto, que en realidad estaba buscando una oportunidad para servir a la corona.

“Quería trabajar para la inteligencia británica y estaba buscando una oportunidad para hacerlo. Había un inglés -un oficial del MI6 que trabajaba bajo un disfraz diplomático- que quería reclutarme. Yo quería ser reclutado y él quería reclutarme. En 1974, empezamos a reunirnos, primero en una pequeña brasserie y, más tarde, me invitó a un piso franco donde trabajaríamos”, dijo Gordievski.

El agente dijo que se desilusionó con el sistema soviético después de que Jrushchov denunciara al estalinismo y de que Berlín quedara dividida por un muro. Aunque es imposible concluir con seguridad qué llevó a Gordievsky a cambiar de bando -si fue una convicción genuina de que el sistema soviético era corrupto, la sed de aventura, los intereses egoístas o los beneficios materiales-, el hecho es que en 1974, el oficial de inteligencia del KGB encargado de manejar a los agentes encubiertos en Europa había empezado a trabajar para el MI6.

Sospechas

En 1982, Oleg Gordievski comenzó a trabajar en Londres bajo cobertura diplomática. Un breve encuentro con el político Mijaíl Gorbachov, que visitó Londres en 1984, impulsó la carrera de Gordievski. Se convirtió en el jefe en funciones de la célula del KGB en Londres, con brillantes perspectivas de que la parte “en funciones” se abandonara pronto.

La detención de un traidor de la CIA ensombreció a Gordievski e hizo que sus superiores en Moscú sospecharan de su verdadera lealtad.

“Fui delatado por Aldrich Ames en algún momento entre el 15 de abril y el 1 de mayo de 1985. Recibí un telegrama lleno de miedo del centro con la clara intención de retirarme con el pretexto de aprobar mi candidatura al puesto de residente [del KGB] en Londres”, dijo Gordievski.

Reunión del 21 de julio de 1987 de Ronald Reagan con el agente del MI6 Oleg Gordievski.

Aunque sospechaba que podía quedar expuesto como agente doble, no obstante, cumplió la orden y regresó a Moscú. Al regresar a la capital de la URSS, Gordievski se enfrentó al interrogatorio de su superior, el general Grushkó.

“[Tras el interrogatorio de Grushkó], dos tipos bien dotados entraron en la habitación y me ofrecieron beber con ellos. Me negué tan enérgicamente como pude [...] pero no me escucharon. Me sirvieron un poco de coñac y me sentí como otra persona. Mi tarea consistía en aguantar más [el efecto de las drogas]. A duras penas conseguí no perder el resto de mi mente clara. Esto duró cuatro horas mientras duró el interrogatorio”, declaró Gordievski.

Unas horas después se despertó en un apartamento y se dio cuenta de que no había sido detenido como resultado del interrogatorio. Llegó a la conclusión de que había resistido, pero también se dio cuenta de que su posición era tan precaria como siempre. Decidió huir definitivamente de la URSS e inició el protocolo de fuga, que los británicos habían desarrollado para él en caso de que necesitara escapar de la justicia soviética.

Fuga

El plan para sacar al doble agente del territorio soviético recibió el nombre en clave de Operación Pimlico.

Gordievski tenía que ponerse en contacto con los británicos y para ello tuvo que despistar a la vigilancia del KGB. Se reunió clandestinamente con un espía británico en el centro de Moscú. Entonces, la Operación Pimlico entró en la fase de ejecución.

Según el plan, el agente doble debía salir de Moscú hacia Leningrado (actual San Petersburgo), y luego tomar un autobús hacia el norte, hasta Víborg, una ciudad rusa cercana a la frontera con Finlandia. Con el pretexto de sentirse mal, Gordievski hizo parar al conductor del autobús y se bajó a mitad de camino.

Oleg Gordievski fue nombrado Compañero de la Orden de San Miguel y San Jorge por la Reina en el Palacio de Buckingham.

“No sabía dónde debía encontrarme exactamente con los británicos, lo único que tenía era una descripción del lugar de encuentro”, dijo.

Tras tres horas de espera en el bosque, el fugitivo vio dos coches con matrícula diplomática. Era su equipo de rescate británico.

“Tras una curva consiguieron dejar atrás la escolta del KGB un minuto. Me metí en un maletero y los coches continuaron antes de que el coche de la KGB apareciera por la esquina. Mi conductor puso música a todo volumen, lo que me alejó de los pensamientos tristes”, dijo Gordievski.

Al pasar por múltiples puestos de control soviéticos, los agentes británicos confiaron en las matrículas diplomáticas para que los coches no fueran revisados en los pasos fronterizos. Sorprendentemente, el plan funcionó.

“Cruzamos el puesto de control fronterizo y, tal y como se había acordado, el conductor cambió la música rock por [el compositor finlandés] Sibelius. Entonces me di cuenta: estábamos en tierra finlandesa”, dijo Gordievski.

La audaz escapada funcionó y el exoficial de inteligencia del KGB acabó en Gran Bretaña, donde vive actualmente. En la URSS fue condenado a muerte en ausencia por traición. Los medios de comunicación informaron de que la orden no ha sido revocada, ni siquiera después del colapso de la URSS.

Tras huir de la Unión Soviética, Gordievski conoció a la primera ministra británica Margaret Thatcher y supuestamente la convenció para que presionara ante las autoridades soviéticas a favor de la reunificación de su familia. No funcionó, y la mujer y los hijos de Gordievski lo visitaron tras el colapso de la Unión Soviética en 1991. La pareja se divorció poco después.

En 2021, Gordievski, de 82 años, vive con una pensión de funcionario en Gran Bretaña, concede entrevistas a los medios de comunicación y -según antiguos oficiales de inteligencia rusos- se gana la vida comerciando con información sensible sobre los servicios secretos soviéticos y rusos.

En entrevistas públicas, Gordievski siempre subraya que no se arrepiente de haber sido agente doble.

Pulse aquí para leer sobre el maestro del sabotaje soviético que orquestó asesinatos políticos en el extranjero y espió para la URSS.

La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.

Lee más

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies