Productos de países socialistas que fueron un gran éxito en la URSS (Fotos)

Getty Images
De cosméticos a autobuses, es poco probable que alguien en 2019 calificase estos bienes de consumo como ‘de lujo’, pero bajo los gobiernos de Jrushchov y Brézhnev fueron admirados en toda la Unión Soviética.

“Todo lo importado es mejor”, este estereotipo se había hecho muy fuerte entre los soviéticos a principios de la década de los 80 del pasado siglo, según la historiadora Elena Tverdiukova. Las mercancías procedentes de los países del campo socialista aparecieron por primera vez en las tiendas soviéticas en la década de los 50 y fueron objeto de gran entusiasmo hasta el colapso de la URSS.

No siempre se trataba de una cuestión de calidad, explica Tverdiukova. A menudo, las mercancías de Checoslovaquia o Polonia no eran mejores que sus homólogas soviéticas. Pero al menos los países “hermanos” sabían cómo hacer que sus productos fueran atractivos: “Los bienes de consumo extranjeros, de apariencia agradable y diseño colorido, se agotaban instantáneamente”. En circunstancias en las que el comercio con los capitalistas se redujo al mínimo, fueron los productos de Europa del Este los que se convirtieron en el epítome de la belleza para los consumidores.

Recordemos qué productos en concreto, desde autobuses hasta cosméticos, importó la URSS de los países socialistas.

Bulgaria

  • Cigarrillos Solntse, Shipka y Opal

“¿Por qué necesitas el Sol si fumas Shipkas? preguntó Joseph Brodsky en uno de sus poemas más conocidos, Don't Leave the Room. Es un juego de palabras: Al igual que los Shipka, Solntse, que significa “sol”, era otra marca de cigarrillos búlgaros.

  • Vaqueros Rila

La moda de vestir vaqueros, un símbolo semi prohibido del capitalismo, estaba muy extendida entre los jóvenes soviéticos. Pero no todos lograban conseguir verdaderos jeans americanos Levi's o Wrangler (de los fartsovshchiks, gente que comerciaba ilegalmente con productos extranjeros o de los comerciantes del mercado negro, a cambio de muchísimo dinero) y algunos tuvieron que conformarse con los búlgaros.

  • Brandy Slanchev Bryag

Hoy en día, el sabor de este licor se compara con el del samogón o aguardiente casero (no siempre es malo, pero ciertamente no es de alta gama), pero en la URSS esta bebida alcohólica era una perfectamente respetable.

Hungría

  • Autobuses Ikarus

El orgullo de Hungría, los autobuses Ikarus se exportaban a todo el mundo, pero uno de los mayores compradores era, por supuesto, el “hermano mayor” soviético. En la URSS se podían ver estos autobuses húngaros por todas partes. En 1991, tras la desaparición de su mayor mercado de exportación, la planta de fabricación de Ikarus quebró.

  • Cubo de Rubik

El escultor húngaro, Ernő Rubik, inventó el célebre rompecabezas en 1974, lo patentó al año siguiente y, en principio, podría haber dejado en simplemente eso. Sin embargo, en pocos años su invento fue un éxito rotundo en todo el mundo. Incluyendo la URSS, por supuesto.

  • Guisantes Globus

“Este producto enlatado se convirtió en el estándar de sabor y calidad, y algunas personas creían que los guisantes húngaros eran mucho más sabrosos que los guisantes frescos del jardín”, recuerdan los consumidores en la web LiveJournal. A la empresa Globus le sigue yendo bien: sus guisantes todavía se pueden encontrar en las tiendas rusas.

República Democrática Alemana

  • Porcelana Madonna

En realidad, estos servicios de porcelana no se llamaban Madonna y no tenían nada de sagrado o sublime: en ellas se representaban historias bastante frívolas de la mitología griega. Pero así se llamaban en la URSS, y la presencia de buena porcelana en una casa indicaba la increíble riqueza del propietario.

  • Máquinas de coser Veritas

Las máquinas alemanas de coser Veritas eran el sueño de las mujeres soviéticas y compitieron con bastante éxito con las máquinas de coser Singer de fabricación rusa. Hoy en día no hay piezas de repuesto para ellas: su producción se detuvo hace mucho tiempo y los ejemplos sobrevivientes son raras reliquias de una era pasada.

  • Ordenadores Robotron

Sí, no eran exactamente un MacBook: los Robotrones de fabricación alemana, que aparecieron en los albores de la era de la electrónica, ofrecían al usuario un editor de texto, un programa sencillo para trabajar con tablas y un sistema de gestión de bases de datos bastante simple, según los estándares actuales. Pero en la década de 1980, estos ordenadores eran todo un milagro de la tecnología y se utilizaban, entre otros lugares, en los institutos de investigación soviéticos y en las oficinas de diseño.

  • Cámaras Praktica

Apreciadas por los fotógrafos aficionados soviéticos, eran las únicas cámaras réflex extranjeras que se podían comprar legalmente en la Unión Soviética. “En la URSS, la Praktica Super TL era uno de los modelos de cámara más prestigiosos para fotógrafos aficionados avanzados, pero muchos profesionales también disfrutaban usándola al aire libre”, recuerda el fotógrafo aficionado S. Andriánov, describiendo uno de los modelos.

  • Película fotográfica ORWO

El “Made in Germany” era considerado como una marca de calidad en la URSS, incluso entre los fotógrafos aficionados. Las películas ORWO Chrom en blanco y negro y la ORWO Color en color, producidas por la planta de Wolfen, eran caras y no todo el mundo podía permitírselas.

  • Trenes de juguete PIKO

Para los soviéticos, acostumbrados a que su país construyera hermosos cohetes y naves espaciales, pero que rara vez eran capaces de producir algo elegante y bonito, los trenes en miniatura PIKO que aparecieron en los años sesenta parecían una verdadera maravilla. Y era un placer caro: en los años 70 los sets de PIKO costaban 25 rublos en una época en la que el salario medio era de 100 rublos al mes.

Polonia

  • Cosméticos

La República Popular de Polonia suministró a la URSS, entre otras cosas, cosméticos que se consideraban de muy buena calidad...

  • Perfume Byt Mozhet (“Quizás”)

... y perfume con un nombre intrigante que competía con el Krásnaia Moskvá [Moscú Roja] de fabricación rusa y el francés Chanel, prácticamente inaccesible para los simples mortales.

Checoslovaquia

  • Cristal de bohemia

Era la encarnación absoluta de la elegancia y el lujo en el mundo soviético. Como dijo la heroína de una película estrenada en 1957, la chica sin dirección: “¡Esto es cristal de Bohemia! No puedes tocarlo, sólo puedes mirarlo”.  De hecho, el uso de objetos de cristal de bohemia para fines cotidianos se consideraba una extravagancia: uno sólo podía mirarlos y admirarlos, sin quitarles la preciada etiqueta de “Made in Bohemia”.

  • Muebles de pared entera

Hoy en día, estos conjuntos modulares que ocupan toda una pared parecen bastante anticuados, pero durante la era soviética se consideraban otro símbolo de la buena vida. Había versiones alemanas, polacas y yugoslavas, pero las checoslovacas eran particularmente famosas.

  • Tranvías Tatra T3

Si los Ikarus húngaros dominaban el mercado de autobuses, los tranvías importados por la URSS eran principalmente modelos Tatra de Checoslovaquia. Todavía se pueden ver algunos en las regiones rusas alejadas de la capital, pero en Moscú, en general, ya no prestan servicio.

  • Motocicletas Jawa

“En una época en la que las motocicletas japonesas y europeas sólo podían verse en fotografías, la Jawa roja era considerada casi un modelo de perfección por los entusiastas de las motocicletas soviéticas”, según la web de la revista rusa Autoreview, y es difícil discutir esto. Era imposible encontrar Harley Davidsons o Kawasakis, pero se podía conseguir una Jawa checoslovaca.

  • Zapatos Cebo

La gente estaba dispuesta a hacer cola durante horas para comprar calzado de esta marca: comprarían zapatos, así como botas y zapatillas deportivas. Pero bueno, lo mismo se aplica a todos los demás productos de esta lista: no había suficientes “artículos de lujo” de importación para todos, así que tan pronto como aparecían, las tiendas eran  literalmente asediadas por los clientes.

Pincha aquí para ver 10 carteles sobre alimentación de la URSS anteriores a la Segunda Guerra Mundial

La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.

Lee más

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies