La historia de un niño asesinado en la época de Stalin sigue dividiendo a la opinión pública rusa

Legion Media
Este año se celebra el centenario del nacimiento de Pávlik Morózov, el que fue el pionero soviético más famoso. La figura del niño de 13 años asesinado, que testificó contra su padre, sigue dividiendo fuertemente a la opinión pública.

“Pável Morózov luchó contra el enemigo y enseñó a los otros a hacerlo. ¡Se dirigió a todo el pueblo y expuso a su padre!”. Esta frase forma parte de un poema soviético de los años 30. Y es que en aquella época se le dedicaron poemas, canciones, libros, películas de diapositivas e incluso una ópera.

Se erigieron monumentos dedicados a su figura por toda la URSS y Stalin llegó a pensar en colocar una estatua del niño cerca del Kremlin. En honor a su memoria, a Morózov se le dio el número 1 en el listado de la organización pionera de la juventud soviética. Hubo un auténtico culto a su persona. ¿Por qué era tan importante para las autoridades soviéticas?

Pável Morózov fue inscrito en la organización pionera de la juventud soviética como Pionero nº 1.

Ejemplo de máxima lealtad

Pável (diminutivo, Pávlik) Morózov fue un niño que vivía en una remota aldea de Siberia que, junto con su hermano menor, Fiódor, fue brutalmente asesinado a los 13 años. Los hechos ocurrieron a principios de la década de 1930. El Estado soviético afirmó que el asesinato había sido un acto de la lucha de clases: Pávlik, un entusiasta joven comunista, aparentemente cayó presa de los kulaks, el estrato más rico y antisoviético de la aldea. Era una época de grandes reformas en la agricultura soviética; fue precisamente entonces cuando se impuso a los campesinos un nuevo modo de organización, basado en las granjas colectivas. Esto provocó una insatisfacción generalizada, especialmente entre el campesinado acomodado. La historia de Pável fue un instrumento de las autoridades como ejemplo de máxima lealtad y sacrificio al Estado y a la ideología comunista.

'Pávlik Morózov', obra de Nikita Chebakov, 1952.

En la narrativa oficial, Pávlik desafió abiertamente a su padre y a su abuelo, que escondieron su trigo en un momento en que el control del suministro de este cereal era crucial para la Rusia soviética. El niño testificó ante el tribunal y presentó una denuncia contra su propio padre, que fue declarado culpable por corrupción y enviado a prisión. En un acto de venganza, los kulaks de su propia familia y sus simpatizantes decidieron matar al joven comunista. El plan fue ejecutado por el abuelo de Pável y su primo, que apuñalaron al niño en un bosque cercano. Posteriormente, los dos autores fueron condenados a muerte, mientras que los cómplices fueron a la cárcel.

¿El primer delator?

Esta versión oficial de los acontecimientos se mantuvo durante décadas, hasta la perestroika iniciada por Gorbachov a finales de la década de 1980. Entonces el héroe se convirtió en traidor. Yuri Drúzhnikov, escritor disidente que había abandonado la Unión Soviética, publicó un libro que se titulaba de manera reveladora, Informer 001 o The Rise of Pavlik Morozov (Informante 001 o El auge de Pávlik Morózov). Realizaba un retrato negativo del niño, como si hubiera sido un traidor de sus parientes cercanos. Al parecer le gustaba “jugar sucio”, lo que incluía a su propia familia. En palabras de Drúzhnikov, Pável no fue un pionero. Además, el asesinato fue una provocación organizada por el servicio de seguridad del Estado, deseoso de convertir la muerte del niño en un caso político.

Estatua derrocada de Pávlik Morózov.

Las afirmaciones de Drúzhnikov fueron posteriormente criticadas, pero en ese momento los medios de comunicación soviéticos le dieron mucha difusión. Era el momento de la glásnost, un momento de apertura en el que los medios se acababan de liberar del yugo del Estado y estaban ansiosos por obtener material sensacionalista. Por cierto, esta tendencia sigue proliferando en los medios.

Aparecieron nuevas canciones sobre el niño, como la del famoso grupo de rock Krematori. Pável ya no era un héroe, sino una especie de demonio, un espíritu maligno que viajaba por Rusia, de una época a otra. Poco después se demolieron algunos de los monumentos de Morózov.

‘Represión postuma’

Ese repentino giro que demonizó al niño conmocionó a muchos soviéticos, especialmente a los que habían conocido a Pável, que en ese momento todavía vivían. La primera maestra de Pável, Larisa Isákova, envió una carta pública que fue publicada en la prensa. Hablaba sobre el padre de Pável, que había sido presidente de un consejo local y culpaba de corrupción. Decía además que “abusaba del alcohol y golpeaba a su esposa”.

Pioneros visitando el lugar donde se encontró el cuerpo de Pávlik Morózov.

“Aceptamos la Revolución, las ideas de Ilich [Lenin] de todo corazón. Soñábamos con la igualdad, la fraternidad y el comunismo y Pávlik era igual que nosotros”, escribió la profesora al describir las creencias en la década de 1930. Afirmaba que juntos lucharon contra los kulaks. “Muchos [de los kulaks] fueron procesados injustamente, pero otros muchos eran explotadores brutales. No permitieron que los campesinos pobres entraran en las granjas colectivas porque no querían perder mano de obra barata”, recordó la mujer. “¿Por qué mi estudiante fue declarado traidor y cómo se convirtió en blanco de la represión póstuma?”.

Los asesinos de Pável se quedan sin rehabilitación

Resultó que la historia oficial estaba equivocada: Pável no había delatado a su padre ni había presentado una querella. Lo más probable es que testificara en el tribunal apoyando el testimonio de su madre. Al mismo tiempo, no parece haber motivos para dudar de sus convicciones comunistas.

¿Cuál fue el motivo principal del asesinato de Pável, el odio personal de sus familiares o el activismo político de Pável? No es posible responder a esa pregunta con seguridad. Sin embargo, cuando la Fiscalía General de Rusia recibió la petición de rehabilitar a los condenados por el asesinato de Pável hace 20 años, se negó a hacerlo. El veredicto fue refrendado por el Tribunal Superior, confirmando así la versión oficial soviética. Al mismo tiempo, si echamos un vistazo a la prensa rusa contemporánea, no será fácil encontrar una opinión definitiva sobre el caso del niño. Todavía quedan muchas preguntas sin respuesta.

¿Cuáles fueron realmente las cifras del terror estalinista? Te lo contamos aquí.

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