6 ocasiones en las que Rusia logró evitar una guerra ʻinevitableʼ

Oleg Porojóvnikov/TASS
La historia de Rusia ha conocido algunos conflictos internacionales que no tuvieron otra salida que una declaración de guerra. Sin embargo, la habilidad diplomática rusa y el profesionalismo de sus militares salvaron al país eslavo (y a veces incluso al mundo entero) de consecuencias catastróficas en más de una ocasión.

1. Embajada de la Federación Rusa en Teherán (1829)

Cuando una multitud de persas indignados asesinó a diplomáticos rusos en Teherán, todo el mundo estuvo seguro de que una guerra entre Rusia y Persia era inevitable. El problema era que el Imperio ruso en aquel momento ya estaba en guerra con los otomanos y no podía permitirse luchar contra dos enemigos a la vez.

La opinión pública iraní estaba furiosa por la firma del Tratado de Turkmenchay (1828), que había puesto fin a la guerra ruso-persa (1826-1828) y arrastrado a Persia a una larga crisis económica y política. El país tuvo que ceder a Rusia enormes territorios y pagar grandes reparaciones.

Al final, el descontento del pueblo se hizo tan grande que, el 11 de febrero de 1829, una multitud indignada atacó la embajada rusa en Teherán. Como resultado, más de 30 diplomáticos y guardas cosacos fueron asesinados. Entre las víctimas se encontraba el famoso poeta ruso Alexánder Griboiédov.

Sin embargo, no hubo guerra, ya que ambos países no estaban preparados para ello. Persia envió un emisario al zar ruso con disculpas y regalos, que Nicolás I aceptó de buen grado.

2. Incidente de Panjdeh (1885)

El Gran Juego entre los Imperios ruso y británico por el dominio geopolítico en Asia Central se desarrolló sin un choque importante entre las dos superpotencias. Sin embargo, el incidente de Panjdeh los puso al borde de la guerra abierta.

En 1885, las tropas rusas entraron en el territorio del asentamiento de Panjdeh, perteneciente al Emirato de Afganistán, entonces bajo el protectorado de Gran Bretaña. Esta nación, profundamente preocupada por el avance de Rusia en su zona de intereses, animó al emir afgano a expulsar a los rusos.

El enfrentamiento terminó con una impresionante victoria rusa. Los británicos estaban dispuestos a iniciar una guerra, pero fueron convencidos por los diplomáticos rusos de que el Imperio ruso detendría una expansión más profunda en la región.

3. Incidente del Banco Dogger (1905)

La fatídica guerra de Rusia contra Japón podría haber sido aún peor, ya que Gran Bretaña estaba dispuesta a participar poniéndose del lado del bando nipón. 

Eso se debió a que, cuando el escuadrón naval ruso abandonó el mar Báltico y se dirigió al Lejano Oriente, una guerra con los británicos estuvo a punto de declararse.

No lejos de la costa inglesa, los buques de guerra rusos abrieron fuego contra arrastreros de pesca locales, confundiéndolos con la flota japonesa en medio de una noche nebulosa. Como resultado, varios pescadores murieron y un barco de arrastre fue hundido.

Buque blindado ruso Príncipe Suvórov participó en el conflicto.

Los indignados británicos llamaron a los rusos “flota de lunáticos” y comenzaron a prepararse para la guerra. Afortunadamente, una indemnización rusa a los pescadores resolvió pacíficamente el incidente.

4. Crisis de los misiles cubanos (1962)

Esta famosa crisis, que casi arrastró a las dos superpotencias del mundo a una guerra nuclear, comenzó en 1961 cuando Estados Unidos instaló misiles balísticos Júpiter en Turquía. Capaces de llegar a Moscú, fueron considerados por los soviéticos como una gran amenaza.

Avión patrullero de EE UU P2V Neptune vuela sobre el buque de carga soviético durante la crisis de los misiles en Cuba, 1962.

La Unión Soviética respondió en especie, colocando un contingente de más de 50.000 soldados y armas nucleares en Cuba, su nuevo aliado comunista. La Marina de los Estados Unidos sometió inmediatamente a la isla caribeña a un bloqueo.

Sólo la estrecha cooperación entre Nikita Jrushchov y John Kennedy en octubre de 1962 evitó el conflicto nuclear. Como resultado, los soviéticos retiraron sus misiles nucleares de Cuba, y Estados Unidos levantó el bloqueo y sacó los Júpiter de Turquía.

5. Conflicto fronterizo chino-soviético (1969)

Este conflicto fronterizo por la pequeña isla Damanski (Zhenbao) en el río Ussuri (perteneciente a la URSS, pero reclamado por China) podría haber llevado a una guerra abierta entre los dos países socialistas más grandes del mundo. Fue una gran suerte que el choque fronterizo no se convirtiera en una guerra abierta a gran escala.

Durante dos semanas, en marzo de 1969, guardias fronterizos y unidades del Ejército soviético lucharon contra fuerzas superiores del Ejército Popular de Liberación. En un momento determinado, lanzacohetes múltiples BM-21 Grad fueron activados y, literalmente, arrasaron con varios pelotones chinos.

Los soviéticos perdieron 58 hombres. Las bajas chinas siguen siendo información clasificada, pero se estima que fueron más de 600 soldados. China no deseaba continuar el conflicto. La Damanski fue proclamada como tierra de nadie, hasta que en 1991 fue entregada a China.

6. Falsa alarma nuclear soviética (1983)

El 26 de septiembre de 1983, el destino del mundo entero estuvo en manos de una sola persona.

El sistema soviético de alerta temprana nuclear de la base secreta Sérpujov-15 cerca de Moscú informó del lanzamiento de múltiples misiles balísticos intercontinentales desde Estados Unidos.

El lanzamiento de contraataque nuclear soviético, y, por lo tanto, el comienzo de la Tercera Guerra Mundial, dependía enteramente de la decisión de un hombre, el teniente coronel Stanislav Petrov, oficial de servicio en Sérpujov-15. Tuvo sólo unos minutos para analizar toda la información disponible y tomar la decisión correcta.

Stanislav Petrov en 1999.

Finalmente, Petrov informó a Moscú que todo era una falsa alarma, evitando así un armagedón nuclear garantizado.

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