Moscú, la ciudad de las cúpulas doradas, se convirtió en la capital de Rusia en el siglo XIV. Los enormes muros blancos (y luego rojos) del Kremlin eran un símbolo de su poder. Pero Pedro el Grande decidió construir su imperio desde cero y abolir las antiguas tradiciones de la conservadora ciudad de Moscú, con sus boyardos de barba larga. Así que afeitó todas esas barbas y levantó San Petersburgo, que se convirtió en la capital rusa en 1712. Cuando los Romanov cayeron, los bolcheviques decidieron volver a la vieja ciudad roja, que era la antítesis del San Petersburgo “repugnante” y aristocrático, con sus palacios decadentes.
El 12 de marzo de 1918, Vladímir Bonch-BruIévich, el secretario del líder revolucionario Vladímir Lenin y el nuevo administrador del gobierno, firmaron un decreto oficial por el que la capital se trasladaba a Moscú.
En esta foto puedes ver a Lenin ya en su gabinete del Kremlin. Hay leyendas que afirman que Lenin dejó Petrogrado en secreto, en un tren sin luces, deliberadamente oscurecido.
La magnitud de este traslado es difícil de imaginar: no solo los funcionarios del gobierno tuvieron que mudarse del Instituto Smolni al Kremlin, sino que el personal de todos los ministerios tuvo que trasladar a sus familias, con todas sus pertenencias personales, incluidas grandes bibliotecas.
La foto fue tomada a principios de la primavera de 1918 en Moscú.
Lo primero que hicieron los bolcheviques en Moscú fue establecer nuevas reglas y destruir los viejos símbolos del poder. Derribaron un enorme monumento del zar Alejandro III, padre de Nicolás II, que estaba junto a la Catedral de Cristo Salvador. Más tarde, Stalin destruyó la catedral. En la década de 1990, sin embargo, fue construida de nuevo, y ahora se encuentra cerca un monumento del zar Alejandro II.
Las paredes del Kremlin se decoraron con símbolos bolcheviques que conmemoraban a los que fallecieron luchando por el comunismo. Más tarde, las murallas del Kremlin se convirtieron en la tumba favorita de los líderes soviéticos y aquellos que fueron elogiados por el nuevo régimen. Por ejemplo, el escritor Maxim Gorki fue enterrado allí, sin el consentimiento de su familia, a la que incluso se le negó la solicitud de quedarse con algunas de sus cenizas.
En mayo, la Plaza Roja de Moscú fue testigo de una gran marcha que celebraba la Pascua Ortodoxa. En aquellos momentos los bolcheviques aún no habían comenzado su lucha contra la religión. Durante más de siete décadas, la ciudad no volvió a ver una gran celebración ortodoxa. Los iconos fueron reemplazados por banderas rojas y retratos de Lenin, y hubo nuevas manifestaciones callejeras en mayo, pero esta vez para conmemorar el Día del Trabajador.
El plan de León Trotsky para destruir la Iglesia Ortodoxa en Rusia se puso en práctica en 1922. El patriarca Tijon (en el centro de la fotografía tomada durante las celebraciones de la Pascua de 1918) fue arrestado, pero no ejecutado, probablemente solo por la gran influencia que tenía. Por cierto, durante mucho tiempo hizo su apostolado en Alaska, EE UU y Canadá, e incluso estableció allí la primera Academia Teológica Ortodoxa. Murió en 1925 después de haber sufrido muchas humillaciones por parte de los bolcheviques y haber presenciado el saqueo de su casa, pero sirvió diligentemente hasta los últimos días. Durante la Primera Guerra Mundial, bendijo a las tropas que se dirigían al frente.
Es importante no olvidar que mientras los bolcheviques estaban mudando la capital y las organizaciones oficiales del estado, la Guerra Civil continuaba. Los funcionarios estatales confiscaban cereales y bienes a los campesinos, y los distribuían gratuitamente entre los trabajadores. Había interminables filas para conseguir algo de comida, y la hambruna no cesó hasta 1922.
Aquí, la caballería Roja marcha hacia el frente. En aquellos momentos, el general blanco Kolchak se resistía a los bolcheviques y estableció una capital no oficial en la ciudad siberiana de Omsk, pero finalmente fue derrotado. La Revolución, la Guerra Civil y el terror bolchevique provocaron la muerte de entre 12 y 15 millones de personas entre 1917 y 1922. En comparación, la Guerra Civil de EE UU secobró poco menos de 1 millón de vidas.
Los opositores parlamentarios de los bolcheviques, los socialrevolucionarios (Partido Socialista Revolucionario), se opusieron firmemente a la paz anunciada en el Tratado de Brest-Litovsk, que se firmó en marzo entre el nuevo gobierno bolchevique y las Potencias centrales de Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y el Imperio Otomano. Los socialrevolucionarios consideraron los términos inaceptables y vergonzosos, y comenzaron un levantamiento que puso nervioso a Lenin. Pero fueron derrotados con artillería, y su partido fue declarado ilegal. Esta foto muestra el centro de Moscú después del levantamiento.
El 5° Congreso de los Soviets de Todas las Rusias, formado por proletarios, campesinos, el Ejército Rojo y los representantes de los cosacos, tuvo lugar en el Teatro Bolshói de Moscú. Los socialrevolucionarios de izquierda fueron arrestados y retirados del congreso. Los diputados firmaron la Constitución Soviética de 1918 y acordaron desatar el terror contra todos los “enemigos del poder soviético”.
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