Después de la Segunda Guerra Mundial, Iósif Stalin consideró traidores a los judíos, lo que les provocó numerosos problemas.
SputnikEl 13 de enero de 1948 se encontró el cuerpo de un hombre mutilado en una calle de Minsk (actual capital de Bielorrusia). Era Salomón Mijoels, judío de 57 años y director artístico del Teatro Estatal Judío de Moscú, conocido por su labor en el Comité Judío Antifascista, una organización no gubernamental fundada en 1942. La muerte de Mijoel no fue un accidente.
Semanas antes, en diciembre de 1947, Stalin había ordenado al ministro de Seguridad Estatal, Víktor Abakúmov, el asesinato secreto de Mijoels. Los agentes de Abakúmov capturaron al hombre en un viaje a Minsk y lo mataron con un camión, simulando que se trataba de un accidente.
Salomón Mijoels, judío de 57 años y director artístico del Teatro Estatal Judío de Moscú, conocido por su labor en el Comité Judío Antifascista, fue asesinado en Minsk el 13 de enero de 1948.
TASSMijoels fue víctima de la incipiente Guerra Fría. Tal y como declaró Guennadi Kostrichenko, historiador ruso especializado en la investigación de la política soviética respecto a los judíos, en una entrevista: “Stalin comenzó a sospechar que había una quinta columna de gente pro-occidental en la URSS y que los nacionalistas judíos formaban parte de ella”.
No había evidencia alguna de esto, pero para el opresivo aparato de Stalin era más que suficiente. Mijoels, cabecilla del Comité Judío Antifascista, había viajado a Norteamérica y a Sudamérica en 1943 para recaudar dinero para la URSS (consiguió alrededor de 10 millones de dólares) y tenía muchos contactos en Occidente, por lo que Stalin lo consideraba peligroso, explica Kostrichenko. En 1947 tenía los días contados y también le pasaba lo mismo al Comité Judío Antifascista.
Al mismo tiempo, Stalin y sus esbirros nunca declararon una campaña oficial contra ningún pueblo. “En la prensa se utilizaban expresiones como 'cosmopolitas desarraigados', “esos que se arrodillan ante Occidente”, pero todos los apellidos que aparecían en la lista que le seguía, eran judíos, explica Kostrichenko. Todo el mundo entendía quiénes eran esos “cosmopolitas”.
Los prejuicios de Stalin contra los judíos empeoraron considerablemente después de que Israel, que la URSS había ayudado a crear en 1948, eligió a EE UU como aliado.
Dominio públicoAl contrario que la Gran Purga de Stalin de los años 30, que provocó gran cantidad de muertes, su campaña contra los “cosmopolitas” apenas se cobró víctimas en un primer momento. Sobre todo supuso que hubiera duras críticas en los periódicos y que varios oficiales fueran cesados. La muerte de Mijoels es una excepción. Aunque la situación cambió poco después.
Los prejuicios de Stalin contra los judíos empeoraron considerablemente después de que Israel, que la URSS había ayudado a crear en 1948, eligió a EE UU como aliado. Decepcionado y temeroso de que la causa sionista ganara peso en el país, Stalin no permitió que los judíos soviéticos fueran a Israel y decidió acabar con el Comité Judío Antifascista, que servía como conexión entre los judíos de la URSS y los de otros lugares del mundo.
El Comité Judío Antifascista, que servía como conexión entre los judíos de la URSS y los de otros lugares del mundo, fue disuelto a finales de 1948. En la foto Salomón Mijoels aparece en el centro.
Getty ImagesA finales de 1948 el gobierno disolvió el Comité y comenzaron una serie de juicios que se prolongaron hasta 1952. Se acusó de traición y de cooperación con los servicios de inteligencia de EE UU a 15 miembros clave de la organización. Los servicios secretos utilizaron la tortura. “Cada día me pegaban con un palo y después, cuando me caía, me daban patadas”, así describía los interrogatorios uno de los detenidos ante el tribunal.
En la Rusia de Stalin las confesiones obtenidas bajo tortura eran suficientes para tomar una decisión. El tribunal sentenció a muerte a 13 de los 15 detenidos, y fueron secretamente liquidados el 12 de agosto de 1952. Esta fecha es conocida como la “noche de los poetas muertos” por los miembros de la comunidad judía, ya que varias víctimas eran escritores en hebreo y yiddish. Durante tres años los oficiales negaron las muertes y alegaban que simplemente habían “desaparecido” ante los ojos del mundo.
Poco después, a finales de 1952 se abrió un nuevo “caso”. Un grupo de reputados doctores de Moscú, predominantemente judíos, fueron acusados de intentar asesinar a Stalin mediante un tratamiento fraudulento.
“Comenzó con una carta de hacía cinco años en la que se decía que una comisión de médicos del Kremlin quizá había tratado de manera negligente a Andréi Zhdánov, uno de los ministros de Stalin”, dice Kostrichenko. En aquel momento Stalin ignoró la carta pero cuando llegó el momento la utilizó como pretexto para reprimir a los “cosmopolitas”.
La policía arresto a varias docenas de doctores y los acusó de “formar un complot sionista”, aunque no todos los involucrados fueran judíos. Fue la primera vez en la que se mencionó oficialmente la causa sionista, lo que propició una campaña más intensa contra los judíos en la prensa.
No está claro cuáles eran los planes de Stalin respecto a los judíos en aquel momento. Liubov Vovsi, cuyo padre estaba entre los detenidos, recuerda que “había rumores que decían que todos los judíos que iban a ser enviados al Lejano Oriente podrían llenar Moscú”. Lo más probable es que estos rumores fueran una exageración, ya que el gobierno no preparó ningún plan de este tipo, creen los historiadores. En cualquier caso, la situación de los detenidos fue dura y la pesadilla solo paró tras la muerte de Stalin, el 5 de marzo de de 1953. Los que tomaron el poder pararon la campaña y los doctores pudieron volver a casa, libres de cargos.
Paradójicamente, Stalin apoyó la creación del Estado de Israel en 1948. Si quieres conocer las razones por las que lo hizo, lee este artículo.
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