El arquitecto Alexéi Shcherbenok y el ingeniero Leonid Levinski fueron los autores del proyecto. Utilizaron la casa como ejemplo para probar cómo podían utilizarse los materiales de construcción plásticos en viviendas masivas. Este material moderno era más barato que los tradicionales; levantar este tipo de casas llevaba menos tiempo, lo que permitía recortar gastos en la construcción. Era una idea "tomada prestada" de los ingenieros occidentales.
El primer piso, hecho de un armazón de ferrocemento y ladrillos de vidrio, era un piso técnico. Parecía un soporte de dos metros cuadrados con comunicaciones en su interior, así como sistemas de calefacción y ventilación.
Encima se colocó una gran caja de 7,2x6,7 metros, hecha de 28 paneles tubulares angulares. Las paredes eran de dos capas de fibra de vidrio, acolchadas con aislamiento de espuma de poliestireno. Tenían 14 cm de grosor. Los especialistas observaron que, en sus propiedades de resistencia al frío, esos 14 cm equivalían a dos metros de ladrillo. Con ello, el peso de un metro cuadrado de este panel ascendía a sólo 70 kg. Se necesitarían al menos 600 kg de ladrillos para una pared exterior de una casa normal.
Dentro de esta caja había un apartamento de un dormitorio y 13,2 metros cuadrados, con un salón, una cama, una cocina y un baño. La entrada estaba situada en la segunda planta, con una escalera que conducía a ella.
Sin embargo, este prototipo de bungalow "de plástico" permanecía desocupado; sólo de vez en cuando acudían especialistas para evaluar su estado y su resistencia a las inclemencias del tiempo. Sin embargo, el experimento de tres años no dio los resultados esperados. A pesar de que las paredes de plástico resistían el frío y la lluvia, la calefacción no proporcionaba una distribución equitativa del calor en el interior; mientras tanto, los radiadores eléctricos abarrotaban la habitación.
Además, el mantenimiento tecnológico de la casa futurista acabó costando más que el de un bloque de apartamentos normal. Al terminar la prueba, la casa fue abandonada y, más tarde, desmontada. Hoy, una carretera pasa por este lugar.
Posteriormente se llevó a cabo en Moscú otro intento de utilizar el plástico en la construcción de viviendas. En 1963, se levantó la primera casa de plástico de cinco plantas en el 4º callejón Viatski. La tecnología de su construcción era similar a la de las jrushchovkas, con la diferencia de que los paneles de los bloques no eran de hormigón, sino de polímero de 10 cm de grosor. El armazón se aislaba con espuma de poliestireno, se cubría con escudos de fibra de vidrio en la parte superior y se enlucía. Las juntas entre los paneles se aislaban con lana de vidrio. Estas paredes conservaban el calor con el doble de eficacia. Los muebles, instalados en unidades móviles en las paredes de los apartamentos, también eran de plástico.
A diferencia del bungalow de Leningrado, este bloque albergó inquilinos durante más de 20 años, hasta 1985. Entonces se decidió reconstruirlo. Sin embargo, permaneció casi totalmente vacío durante unos diez años y luego fue derribado.
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