Parece que desde Sajalín hasta Kaliningrado, todos los escolares han oído estos refranes. Recordemos los más memorables.
A menudo los escolares olvidan los libros de texto, los cuadernos, los bolígrafos, hacer los deberes... Y entonces entra en juego esta frase.
"¿Quién va a la pizarra? Ya veo, un bosque de manos". "¿Quién sabe la diferencia entre seno y coseno? Otra vez un bosque de manos". Es decir, ninguno. Y si nadie va a contestar, el profesor abre el cuaderno y va por orden alfabético.
La campana recuerda al profesor que la clase ha terminado, pero hasta que los alumnos no anoten los deberes, nadie sale al recreo. Al menos, eso es lo que quiere decir el profesor.
¿Te gustaría estar en el lugar del profesor? A veces también ofrece esta opción, sobre todo si los alumnos se portan mal o hacen preguntas fuera de lugar. Casi nunca llega a la acción real, todo hay que decirlo.
¿Llegas tarde a clase? No puedes entrar en clase sin más, tienes que hacerlo "como es debido". Es decir, llamar a la puerta, pedir disculpas al profesor y a la clase, y luego ir a tu asiento cuando te lo permitan.
Así suele dirigirse un profesor a los alumnos que se pasan toda la clase riéndose o discutiendo sobre algo en lugar de estudiar. Desde luego, es mucho más divertido planear dónde ir después de clase que la segunda ley de la termodinámica.
Si un alumno no se aprende la lección para mañana, el profesor puede ponerle un suspenso. Y entonces la nota final bajará. Pero eso será mañana, y hoy puedes exhalar, porque hay una oportunidad de salir de esta.
Por alguna razón desconocida, los pupitres de atrás en clase se llaman Kamchatka, y no otra remota región de Rusia. Por regla general, "Kamchatka" es el lugar favorito de los que no aprenden la lección. Es más discreto.
Admítelo, ¿alguna vez has engañado a tu compañero de pupitre con la respuesta a un problema? Si la respuesta es afirmativa, seguro que has escuchado una frase así de tu profesor.
Esto es lo que dice un profesor sólo en el caso más extremo, cuando un alumno se porta muy mal. Primero llama a los padres para hablar, y puede que incluso al director. Da mucho miedo.
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