Tiroteos y bailes: cómo es una boda típica chechena

Vladímir Sevrinovski
Las bodas en el norte del Cáucaso son un evento que despierta curiosidad y rechazo. Russia Beyond te presenta cómo se prepara para el matrimonio una pareja que vive en un pueblo cerca de Grozni.

Las bodas chechenas suelen aparecer en los medios de comunicación debido a sus salvajes violaciones de los derechos de las mujeres, a los matrimonios desiguales o a los casos de poligamia. A los lectores les gustan las historias dramáticas y en Chechenia, por desgracia, abundan. Y de todos modos, para los chicos y chicas jóvenes del Cáucaso el matrimonio sigue siendo una fiesta alegre y muchas familias chechenas se distinguen de las demás por una envidiable armonía en la relación entre marido y mujer. La boda de Islam Batáyev y Elina Shameljánova de la aldea de Guikalovo (cerca de Grozni) es una de ellas.

La preparación de la boda

La preparación para la boda comienza muchos meses antes del evento. Los padres del novio recogen información sobre la novia y sobre varias generaciones de su familia con una meticulosidad digna del mejor detective privado. Y solo en caso de que la consideren adecuada para su vástago se lleva a cabo la propuesta de matrimonio, directamente o por medio de los familiares.

Las normas del decoro dictan que la novia primero debe rechazar la propuesta y que solo debe aceptarla después de haberlo meditado bien. Según la tradición, los novios no pueden hablarse hasta el día de la boda. En la práctica, hoy en día muchos jóvenes chechenos piden a un amigo que consiga el teléfono de su futura esposa y se envían mensajes de texto, y en algunos casos incluso hablan por Skype o por las redes sociales. Si el deseo de verse es irresistible, se encuentran en persona, pero con muchos testigos.

La fiesta en casa de la novia

Después de mucho meses de preparación, llega por fin el día de la fiesta. Primero se celebra un banquete en casa de la novia. Las mujeres de la familia y las amigas preparan la comida y la novia se fotografía con el vestido. Las amigas también posan, toda una suerte para el periodista, ya que no suele ser fácil convencer a una muchacha chechena de que pose para una fotografía. Solo la madre y la abuela suspiran: su única hija abandona la familia.

Un familiar del novio entra en la casa para recoger a la novia. La acompaña a un Toyota Camry, un coche increíblemente popular en Chechenia. Parece que aquí todos los chechenos ricos llevan un Camry negro con dos tubos de escape.

Cortejo con tiroteo

En el porche se han amontonado muchos familiares. El coche arranca, pero las puertas están cerradas. Las mujeres exigen un pago. En cuanto lo reciben, el cortejo sale en medio de disparos hacia la casa del novio. Los disparos en las bodas, así como la posesión de armas entre los civiles están prohibidos oficialmente en Chechenia, pero fuera de Grozni se suele hacer la vista gorda. Todos los demás conductores intentan ser los segundos en el cortejo tras el coche de la novia. Esto se considera una buena señal. Dicen que en una boda rica de Osetia del Norte una docena de deportivos Porsche e Infiniti acabaron destrozados en una batalla por el segundo lugar.

A veces los novios acuden al registro civil, pero el rito según la sharía (ley islámica) es mucho más importante. También existe la poligamia, y la justifican con el hecho de que tras la guerra no hay suficientes hombres y los matrimonios de chechenas con hombres de otras etnias, por no hablar de otras religiones, no son muy populares. Pero pocas mujeres permiten a su marido que se case con otra mujer más. Hace poco tuvieron lugar varios secuestros de novias. Este fenómeno existía también en la época soviética, aunque en los noventa se convirtió en una costumbre vulgar. En la actualidad está prohibido, si un sacerdote oficia un matrimonio así pierde su rango y el novio debe pagar un millón de rublos de multa (unos 16.000 dólares).

La fiesta continúa en la casa del novio. Las mujeres y los hombres comen en habitaciones separadas. La mesa de los hombres la sirven solo los hombres. Las bebidas son solo sin alcohol, aunque a mí me ofrecen un licor en voz baja: no vaya a ser que el invitado de Moscú no considere que es una boda como Dios manda si no hay alcohol en ella.

Con el discurso del miembro más anciano de la familia y de los invitados de honor, invitan a la novia a entrar en la casa, donde es acogida solemnemente por sus nuevas familiares. De la novia se espera que muestre una profunda lástima y que baje modestamente la mirada, aunque esté cantando por dentro y en sus labios se dibuje una profunda sonrisa.

Al novio no se le permite estar presente en su propia boda. Y si le es imposible aguantarse la curiosidad, el futuro esposo mira por una pequeña ventana y el resto de invitados hacen ver que no se dan cuenta de tan inmoral proceder.

Una boda no es nada sin lalezguinka

Después de la comida, los invitados van a visitar a los vecinos. Su amplio patio es muy cómodo para bailar la lezguinka. Este baile está muy extendido en el Cáucaso. Los estilos cambian según las repúblicas o los distritos, de modo que un experto en el arte sabrá sin duda si el que baila es ávaro, ingusetio o lezguino. Pero las figuras centrales son siempre las mismas: le hombre es una águila impetuosa y la mujer un tierno cisne que sonríe grácilmente al depredador que la acecha pero al que le está prohibido tocarla.

En unos potentes altavoces instalados en el maletero de un Lada Priora suena una canción tras otra. Hasta las más modestas vestidas con sus hijabs se mueven movidas por la música y los jóvenes cantan a pleno pulmón. Para algunos, la lezguinka es un baile de dos personas, casi como un tango. Otros bailan más para el público general.

Los invitados más pequeños son los que bailan más aleatoriamente: o bien entre ellos, como los adultos, o bien con sus madres. Y en una esquina del espacioso patio, instalados cómodamente en sus sillones, observan la diversión de los jóvenes los miembros de la familia cuyas pasiones quedan ya en el pasado, aunque a veces algunos de ellos entran en el círculo y se ve a un joven bailando cuidadosamente con una anciana de pelo gris.

Una vez terminada la fiesta llega el momento en que los novios pueden verse por fin. Les espera la primera noche de su matrimonio, los numerosos regalos y los baúles con la dote que la novia lleva a su nueva casa.

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