El director del zoológico, Andréi Shil, dijo a los medios rusos: “Este será el primer caso de este tipo en Rusia que nos permitirá evaluar la actitud de las personas hacia los animales. Si los visitantes no despiertan a los osos, funcionará. Pero si algo no sale como debería, los observatorios se utilizarán con fines científicos para el personal del zoológico”.
Según Shil, la adaptación y construcción de nuevos recintos para animales se completará en octubre o noviembre de este año. Los osos malayos, que deberían llegar al zoológico este año, no volverán a aparecer hasta el próximo año.
El plan es crear un área especial para cada oso y crear condiciones de vida especiales. Así, por ejemplo, un oso pardo tendrá su propio territorio con agua y peces, lo que significa que se colocará en un entorno natural lo más auténtico posible.
El zoológico de Novosibirsk, uno de los más grandes de Rusia, alberga más de 780 especies de animales, 120 de las cuales están en peligro de extinción.
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