Un restaurante en la calle Arbat de Moscú. Un grupo de estudiantes extranjeros está cenando, hablando en inglés, todavía no conocen bien el ruso. Al principio, una camarera de mediana edad mira sospechosamente en su dirección y luego, de repente, exclama en voz alta: “¡Espías estadounidenses!”.
De hecho, no había ni un solo estadounidense entre ellos (ni espías). “Le dijimos que éramos estudiantes extranjeros: dos turcos, uno grecochipriota, otro búlgaro y otro irlandés”, recuerda Bura Mer en Quora. La camarera no estaba convencida. Era 1992.
Afortunadamente, las cosas han cambiado desde entonces. Al menos las camareras ya no intentan atrapar espías en la calle más turística de Moscú. A los extranjeros les gusta estar aquí. ¿Pero qué pasa con el resto de Rusia?
Según las encuestas, la inmensa mayoría de los rusos no tienen mala voluntad ni rencor hacia los extranjeros. Especialmente cuando los extranjeros no planean quedarse mucho tiempo en Rusia. En 2018, cuando Rusia organizó el Mundial de Fútbol, la actitud de los rusos hacia los ciudadanos estadounidenses y de la UE incluso empezó a mejorar a pesar de que el contexto político seguía siendo desfavorable. Según los sociólogos, esto sucedió porque los rusos canalizaron casi toda su “xenofobia externa” hacia la dimensión étnica, es decir, hacia los trabajadores migrantes.
Sin embargo, los rusos tienen una lista de extranjeros “indeseables”. Los tres grupos principales son los gitanos (el 32%), los chinos (31%) y los vietnamitas (26%).
“Mi profesor de educación física solía decir: ‘Hay que correr más rápido porque, cuando los chinos invadan Rusia, no habrá otra opción”, dice el moscovita Alexéi Kochubéi. Está convencido de que era una broma... Pero en los foros online el tema ha sido discutido durante años y con mucha seriedad. Se habla de qué parte de Siberia se anexará China y cómo o por qué un día Rusia venderá parte de su territorio a los chinos.
Los rusos no son una excepción: al igual que otras naciones, a menudo juzgan a los extranjeros por los acontecimientos del pasado lejano y los estereotipos, algunos de los cuales están demasiado arraigados en la memoria colectiva.
Por ejemplo, los rusos siguen sintiéndose orgullosos de haber derrotado a Napoleón. En 2009 incluso querían que el día de su “destierro” fuera una fiesta nacional. Los franceses también son considerados como los más liberales y temperamentales en el amor. “La generación que creció en la década de 1980 todavía recuerda cómo la sociedad veía con desaprobación y conservadurismo las relaciones íntimas antes del matrimonio”, dice la internauta Anna Vinográdova. “Pero si eran los franceses los que lo hacían solo había que decirlo y la gente reaccionaba diciendo ‘los franceses son así”.
En cuanto a los alemanes, los rusos tienen sentimientos encontrados. Son respetados por su estilo de vida ordenado, su fuerte economía, la eficiencia, los coches alemanes y la calidad alemana en general. Por otra parte, está el trágico pasado, los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial. Pero, según las encuestas, los rusos tienen una opinión mucho más positiva sobre los alemanes que al revés: al 45% de los rusos le gustan los alemanes pero solo a un 25% de los alemanes le gustan los rusos. “Mis amigos turcos estaban convencidos de que los rusos odiaban a los alemanes. Y se quedaron realmente sorprendidos cuando les dije que no era así en absoluto”, dice Alexandra de Moscú. Es cierto, según los sociólogos: los rusos siempre han considerado a los alemanes como una gran nación que ha aprendido de la historia.
Tampoco los rusos sienten especial enemistad hacia los estadounidenses, a pesar de la Guerra Fría. En 2018 tan solo el 12% tenía una actitud “muy mala”, aunque había crecido desde 2015, cuando era el 8%. Actualmente es habitual escuchar decir que los estadounidenses son casi como nosotros: todos queremos las mismas cosas en la vida, tenemos los mismos temores y disfrutamos de cosas similares y son los políticos los que lo estropean todo.
¿Quieres bromear con los rusos por cómo son o por las extrañas aficiones que tienen? Piénsalo de nuevo. Los rusos no tienen mucho sentido del humor cuando se trata de esta cuestión. Simplemente no nos gusta que nadie, salvo nosotros mismos, se burle de cómo somos y de nuestra obsesión por las dachas, de nuestras ideas de belleza, de nuestras madres y de nuestra ensaladas.
“No podemos publicar esto... Es irrespetuoso”, dijo un editor después de leer una columna humorística de Jennifer Yereméieva, una periodista y bloguera estadounidense que está casada con un ruso y ha vivido en el país durante más de 20 años, hablando de regalos inusuales y extraños que había recibido de los rusos a lo largo de los años.
En su blog escribe lo siguiente. “Es una columna de humor”, argumenté. “Me pediste que escribiera sobre cosas divertidas que me han pasado en Rusia”. El consejo del editor fue: “Será mejor que te rías de ti misma”. En los comentarios tampoco mucha gente se puso de parte de Jennifer. “Es poco probable que entiendas por qué (ya que eres extranjero), pero nos sentimos ofendidos. Se nos permite criticar a Rusia, pero a ustedes no”, era un comentario entre otros similares.
¿Significa que los rusos tampoco bromean con los extranjeros? Desafortunadamente o afortunadamente, no. Los rusos harán bromas divertidas (y a veces crueles) sobre los extranjeros y tienen apodos burlones para naciones enteras. Pero no te lo tomes a pecho. A algunas personas simplemente les gusta ser un poco bestias.
20 características del carácter de los rusos.
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