Vivienda que data del siglo XIX, está situada en el № 17 en la calle Miasnítskaia en el centro de Moscú. Estuvo habitada por una pareja rica, pero muy avariciosa, Piotr y Sofía Kusóvnikov, que ahorraban en casi todo lo que podían. Extremadamente desconfiados, solían esconder de sus sirvientes el dinero en diferentes lugares. Una vez lo escondieron en la chimenea, pero el conserje accidentalmente lo quemó al encender el fuego. Cuando se enteró, Sofía murió instantáneamente de un ataque al corazón, y su marido falleció un poco más tarde. Desde entonces, el fantasma de un anciano encorvado con un abrigo ha aparecido muy a menudo en la calle cerca de la casa. Según los entendidos, es Piotr Kusóvnikov llorando por su dinero perdido.
Durante la Primera Guerra Mundial, no muy lejos de la moderna estación Sókol del metro de Moscú, se levantó un cementerio para los soldados caídos en combate. En 1918, se llevaron a cabo por los bolcheviques, en el mismo lugar, ejecuciones en masa de oficiales blancos y sacerdotes. Todo esto condujo a la aparición de fantasmas en los oscuros túneles de la estación. En las primeras horas de la mañana, algunos cuentan que allí se pueden ver figuras transparentes con heridas supurantes.
Este castillo fue una residencia real construida por orden del zar Pablo I. El 21 de marzo de 1801, el monarca ruso fue asesinado allí por un grupo de conspiradores. Se considera que el torturado espíritu del zar no pudo abandonar el castillo. Se aparece por los pasillos, con una vela encendida en la mano.
Durante la Guerra Civil rusa (1917-1922), un grupo de tropas blancas mantenían posiciones en el teatro Vólkovski de Yaroslavl. El comisario rojo al mando del asedio prometió perdonarles la vida si se rendían. Sin embargo, mintió y todos los blancos fueron ejecutados en la Torre Známenskaia. Desde entonces, el fantasma del comisario que no cumplió su promesa ha sido visto en el lugar donde cometió el crimen.
La casa del 43 de la calle Bolshaia Yakimanka en Moscú, también conocida como “Casa Igúmnov”, sirve hoy como residencia del embajador francés. Fue construida a petición del industrial Nikolái Igúmnov a finales del siglo XIX. Instaló a su joven amante aquí, pero un día la encontró con otro hombre. El amante fue expulsado, pero la chica no volvió a ser vista. Se cree que el indignado Igúmnov la emparedó tras un muro de ladrillo. Durante la época soviética, la gente a menudo veía el fantasma de una joven, atravesando las paredes y exhalando profundos y apesadumbrados suspiros.
El apartamento situado en segundo piso del 64 de la calle Gorójovaia es hoy en día una vivienda normal y corriente. Sin embargo, a principios del siglo XX fue el hogar de una de las figuras más misteriosas de la historia rusa, Grigori Rasputín. Su fantasma aparece a veces aquí, asustando a los vecinos con sus pasos ruidosos o gruñendo en rincones oscuros.
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Esta casa en la calle Serafimóvicha 2, simplemente conocida como “Casa del malecón”, es una de las más famosas de la capital rusa, conocida como el lugar de residencia de la crème de la crème soviética: escritores, artistas, actores, generales, atletas. Sin embargo, también tiene una historia oscura. Durante la Gran Purga, una campaña de represión política llevada a cabo en la URSS, decenas de habitantes de la casa fueron arrestados y ejecutados. Hoy, el inmueble está lleno de los fantasmas de esas víctimas, que a veces vuelven a recorrer las estancias de su antigua morada.
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Entre los modernos edificios de gran altura de la calle Górkogo 15, en Riazán, se encuentra una antigua torre, todo lo que queda del antiguo hospital. Por la noche, una figura oscura y solitaria puede ser vista caminando por esta atalaya. Los creyentes en lo oculto afirman que es el fantasma de Alexánder Smitten, quien administró el hospital hace más de un siglo.
Durante una noche de niebla primaveral, uno puede ver el fantasma de una joven cerca del Canal Griboyédova en la antigua capital imperial. Su rostro está azul debido a la asfixia, y hay una gran marca roja en su cuello, causada por una cuerda. Se trata de la famosa revolucionaria Sofía Peróvskaia, que asesinó al zar Alejandro II y fue ejecutada por ahorcamiento tras este acto. Conocer a este fantasma es un mal presagio, y puede costarles la vida a los peatones nocturnos.
Existe la leyenda de que cuando se estaba construyendo el Kremlin en Nizhni Nóvgorod, los constructores no podían terminar una de las torres. Se derrumbaba continuamente. Al final, decidieron hacer un sacrificio y construir la torre sobre la sangre de la primera persona que pasara por allí. Resulta que fue una mujer embarazada, que iba al río en busca de agua. Fue secuestrada y encerrada en la torre. El fantasma de una mujer pálida y que sostiene a un bebé ha aparecido cerca de este lugar desde entonces.
Construido a finales del siglo XIX, el palacio perteneció a la princesa Eugenia de Leuchtenberg. Hoy su fantasma surge de las profundas casamatas del palacio para vagar por sus habitaciones y pasillos. En el lugar también hay otro espectro, mucho mayor, el fantasma de una joven campesina. Incluso se dice que la princesa Eugenia fue testigo de una de sus apariciones.
El fantasma de Stalin ha sido visto en su casa de campo, que alberga el hotel Green Groove cerca de Sochi. El “padre de las naciones” camina vistiendo su característica chaqueta blanca, fumando su famosa pipa.
Cerca del moderno hospital psiquiátrico en el pueblo de Liájovo, cerca de Nizhni Nóvgorod, se puede ver un viejo edificio abandonado. Hace varias docenas de años una joven se ahorcó allí por un amor no correspondido. Por la noche es posible ver una silueta blanca y escuchar los gemidos y gritos de la “colegiala golpeada por el amor” como la llaman los lugareños.
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