Un grupo de niños de San Petersburgo plantó cara a un tractor y ganó. El vehículo dedicado a limpiar la calles estuvo a punto de destruir el patrio de recreo, que los propios niños habían hecho con nieve. Los valientes menores bloquearon el camino de la máquina.
No solo cerraron el paso del tractor sino que le lanzaron bolas de nieve. La bestia de metal retrocedió y dejó a los niños en paz.
“La sociedad civil se ha levantado. Los ciudadanos de San Petersburgo que están creciendo lucharán por sus derechos con bolas de nieve, alegría y risas”, declaró un activista local.
Si esta historia te ha sorprendido, mira cómo la policía trató de parar a un ladrón arrojándole una gigantesca bola de nieve.
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