Ya te mostramos la galería de imágenes impactantes de Ken y Barbie posando en un entorno de la era soviética. Pues bien, aún te quedan cosas que ver de la fotógrafa artística Lara Vichuzhánina y su propia versión de lo que debería ser una naturaleza muerta.
Lara Vichuzhánina nació en la ciudad de Asbest, en la región rusa de Sverdlovsk. De niña, soñaba con convertirse en diseñadora, pero su camino la llevó a estudiar francés en la universidad. Después de graduarse, se interesó en la fotografía y se convirtió en fotógrafa profesional. Hoy realiza trabajos comerciales para una gran empresa mayorista.
Lara ha sido aficionada a las muñecas desde la infancia. La primera vez que intentó hacer fotos de muñecas tenía solo siete años. Con un amigo, tomó fotos con una cámara de cine, pero desafortunadamente la película original se perdió. Tras esta experiencia la mayoría de sus primeras sesiones de fotos fueron tomadas con un teléfono móvil y, desde 2013, con una cámara réflex profesional.
Hay alrededor de 30 muñecas diferentes en la colección de Lara. Sus favoritas son la Barbie Fashionistas Rainbow Summer Doll de 2013, la Barbie Made to Move Teresa Doll de 2016, la Midnight Star Elise Jolie 2013, y dos muñecas-retrato: una de Winston Churchill y otra de Peter Bishop.
Hace falta mucho tiempo para preparar cada sesión de fotos, dependiendo de la complejidad de estas. "Simplemente puedo ir al bosque y encontrarme con algo por el camino", contó Lara a Russia Beyond. "A veces tengo que hacer diferentes escenarios y dioramas yo mismo. Hago casi todas las decoraciones yo misma. Suelo comprar vajillas y muebles en tiendas y hacer las modificaciones necesarias: pintarlos de diferentes colores, colocar nuevos trozos de tela o hacer que un objeto parezca más viejo".
Como Lara imagina, a veces es útil dibujar bocetos: le ayudan a visualizar la composición y a comprender qué se debe ubicar en cada parte concreta del marco. "Si tomo fotos con iluminación artificial, toma bastante tiempo el configurarlas de la manera correcta", dice.
La sesión fotográfica generalmente no dura mucho, y luego Lara realiza la postproducción. Todo el proceso de producción de una foto compleja por lo general dura alrededor de cinco horas.
"Trabajo haciendo fotos para catálogos, algo que en gran medida no permite mucha creatividad, por lo que las muñecas son básicamente solo un hobby para el alma. Claro, me gustaría convertirlo en algo con lo que pudiese ganar dinero, participar en diferentes exposiciones, hacer talleres y tomar fotos de muñecas para obtener comisiones ", admite Vichuzhánina.
Lara no está sola en su afición: hay muchas comunidades de fotógrafos de muñecas en internet y algunas de ellas están llenas de talento, nos comenta.
Lara cree que el futuro de su fotografía es acercarla lo más posible a la fotografía humana. "Una muñeca no es una persona, y su rostro no puede cambiar, por lo que depende totalmente del fotógrafo transmitir, a través sus habilidades profesionales, una emoción concreta al espectador ", argumenta Lara. "Es por eso que uno debe centrarse tanto en la iluminación, el color, el ángulo y la perspectiva. Usar todas estas herramientas de la manera correcta puede hacer que una muñeca parezca viva en una foto. Eso es lo que cada fotógrafo de muñecas debería intentar lograr".
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