Un hombre de la ciudad siberiana de Tomsk fue llamado a juicio por una deuda bancaria de 70.000 rublos (1.200 dólares). Según el tribunal, el hombre afirmó no tener dinero con el que pagar lo que debía, pero resultó que era dueño de un automóvil Toyota Camry.
Cuando llegó al juzgado, el deudor dejó su auto estacionado al lado del edificio. Sin embargo, aseguró a los fiscales que utilizó el transporte público para llegar hasta allí.
A pesar de mentir, alguien se fue de la lengua y el vehículo fue confiscado. A los pocos días, el hombre arrepentido devolvió los primeros 10.000 rublos de su deuda al banco.
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