Los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) podrían crear una alianza tecnológica para cooperar en el espacio, la aeronáutica y otros sectores de alta tecnología. La afirmación la hizo Andréi Ionin, miembro del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Rusia, el pasado martes 30 de mayo.
“Creo que hay muchas áreas para las alianzas tecnológicas entre nuestros países. En primer lugar, son áreas a gran escala que requieren muchos recursos, tiempo, dinero, competencias serias y deben basarse en grandes mercados", declaró Ionin en una mesa redonda de la agencia TASS.
La industria aeronáutica y el espacio exterior se citaron como posibles áreas para establecer una cooperación más estrecha en el marco de los BRICS.
“La gran industria de la aviación es un vivo ejemplo. Porque todo el mundo la necesita, pero las prohibiciones de utilizar aviones Boeing y Airbus nos han demostrado que [fuerzas externas] pueden acabar con ella en cualquier momento”, añadió Ionin.
En cuanto a la cooperación en el espacio exterior, el experto destacó áreas que “pueden hacerse relevantes ahora mismo”, como el proyecto BRICS de exploración lunar. Ionin también llamó la atención sobre la perspectiva de crear un sistema común de Internet espacial.
“Los sistemas espaciales son por definición globales y, de alguna manera, resulta extraño e ineficaz crearlos de forma independiente”, afirmó.
Se espera que la cuestión “se plantee y resuelva” en la 15ª cumbre de los BRICS, que se celebrará este año en Sudáfrica.
Ionin también insistió en la necesidad de que los países del BRICS formen una alianza tecnológica para garantizar su soberanía tecnológica, una tarea común "para Rusia, China, India, para todos los países del BRICS e incluso para los que ahora quieren unirse al BRICS y convertirse en BRICS+”, dijo.
Sin embargo, cree que el BRICS no debe esforzarse por crear tecnologías y sistemas alternativos a los occidentales.
“Tenemos que crear nuestras nuevas herramientas tecnológicas BRICS para que funcionen en paralelo. Si funcionan en paralelo, entonces no obligamos a ningún país del mundo a elegir, no les ponemos ante una disyuntiva: o con nosotros o contra nosotros”, prosiguió.
Para el experto, este tipo de enfoque haría que cualquier sanción tecnológica unilateral careciera de sentido. “Es sencillamente inútil introducirlas, porque cualquier país, cualquier empresa, cambia inmediatamente a un sistema paralelo que está en su reserva, que sabe utilizar, que funciona”, subrayó.
“Sí, es difícil [de implantar], aún no lo hemos hecho. Pero si es la única manera de garantizar nuestra soberanía tecnológica y reconstruir gradualmente nuestro sistema actual sin romperlo por completo, entonces tenemos que entender cómo hacerlo”, concluyó.
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