En el primer trimestre de 2020, la proporción de operaciones comerciales entre Rusia y China que utilizan el dólar estadounidense cayó al 46%, mientras que hace cinco años era del 90%. La iniciativa por “desdolarizar” comenzó en Rusia en 2014, durante el periodo de sanciones en medio de la ruptura diplomática sobre Crimea.
Una de las medidas adoptadas por EE UU fue la de prohibir repetidamente el uso del dólar por parte de Rusia. Dado que la moneda estadounidense es la más utilizada en el comercio internacional -incluso los pagos en moneda local a menudo convertidos a su equivalente estadounidense-, ser esclavo del dólar precipitaría una ruptura en casi todo el comercio ruso.
Otros países también se han sumado a la iniciativa, entre los que destacan China, Turquía, el Irán, la India y el Brasil.
“A pesar de [el paso a la desdolarización], la supremacía del dólar estadounidense en la mayoría de las transacciones a nivel mundial es evidente, lo que significa que el proceso de desdolarización podría llevar algún tiempo”, afirma Ekaterina Nóvikova, profesora asociada de teoría económica en la Universidad de Plejánov.
Rusia no comercia mucho con EE UU. En su mayor parte vende sus productos a China y a la Unión Europea.
“Hasta cierto punto, la desdolarización de la economía rusa es un proceso inevitable, teniendo en cuenta un intercambio de bienes particularmente bajo entre los dos países, en comparación con China y la UE, así como los procesos geopolíticos en curso”, dice Alexánder Abrámov, analista financiero de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública (RANEPA).
Sin embargo, la volatilidad (es decir, la inestabilidad) del rublo también lo hace más débil que el euro y el yuan, lo que provoca que el número de transacciones en rublos con los principales socios económicos de Rusia sea menor. Sirva como muestra, el intercambio con China, donde solo el 7% de las transacciones son en rublos.
Hoy en día es imposible utilizar el rublo para los cálculos, debido a la alta volatilidad de la moneda rusa. Mientras que el uso de derivados requiere hacer cambios en la legislación del país. De modo que es imposible firmar contratos a largo plazo. Por ejemplo, el acuerdo para el suministro de gas ruso a China utilizando el gasoducto “Fuerza de Siberia” tiene una duración de 30 años.
En vista de la división internacional del trabajo, todos los cálculos deben estar vinculados a algún equivalente. La pregunta es: si no es el dólar, ¿entonces a qué moneda? El euro es la primera moneda que me viene a la mente cuando se habla de transacciones internacionales. Ya está siendo utilizado por el mayor productor de petróleo de Rusia, la empresa estatal Rosneft.
Hay pocas posibilidades de que alguien destrone con éxito el dólar en un futuro próximo, pero esto no impide que los países comiencen a usar más sus propias monedas, incluso en los acuerdos internacionales.
En 2019, Rusia y China firmaron un tratado para usar las monedas nacionales en el comercio mutuo. Esto influyó en la reducción gradual del uso del dólar, de 90% en 2015 a sólo 46% en lo que va de 2020.
“Las estructuras de las reservas bancarias internacionales se basan en más de un 60% en dólares. El dólar sigue ocupando la primera posición en el comercio internacional”, explica Dmitri Bíkov, analista jefe de Russ Invest. Más del 60% de las exportaciones rusas, y un tercio de las importaciones, utilizan el dólar. Los contratos de petróleo y gas también se realizan utilizando la moneda estadounidense. Y una quinta parte de todos los depósitos bancarios realizados en Rusia también son en dólares, aunque esa tendencia ha ido disminuyendo desde principios de 2020.
El buque ruso "Akademik Cherskiy" en el puerto alemán de Mukran
Alexéi Vitvitski/SputnikSin embargo, el Banco Central de Rusia ha estado reduciendo constantemente los dólares de sus reservas. En abril de 2018, tras la nueva ronda de sanciones de EE UU, Rusia aceleró la retirada de sus reservas de los bonos del Estado de EE UU. En concreto, las inversiones rusas se redujeron a la mitad - de 96.100 millones de dólares a 48.700 millones de dólares en mayo, y luego una vez más, a 14.900 millones de dólares. A modo de comparación, en febrero de 2013, durante un período de máxima actividad (y antes de la reunificación con Crimea), las inversiones rusas en bonos estadounidenses ascendieron a 164.300 millones de dólares.
El uso del dólar estadounidense en el comercio con Europa es un remanente del pasado, cuando el euro simplemente no existía. Varias monedas nacionales europeas (aparte de la alemana) no eran muy fiables ni poseían los niveles de liquidez necesarios. El uso del dólar solía tener un sentido básico. Tanto Rusia como la UE pretenden alejarse del dólar, debido a desacuerdos comerciales con EE UU, afirmó entonces el Ministerio de Finanzas. Se formará un grupo de trabajo para evaluar el cambio a las monedas nacionales en un futuro próximo.
Además, el debate sobre las sanciones de EE UU contra el proyecto de oleoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania parece aumentar la necesidad de esa iniciativa. Por primera vez en la historia reciente, las sanciones de EE UU podrían aplicarse a un socio occidental como Alemania.
El cambio a un tipo de cambio flotante en 2014 demostró ser eficaz para aumentar la estabilidad y la previsibilidad de la moneda. Cuando se adoptó la medida ese año, el rublo se depreció casi por dos, pero se recuperó rápidamente y opera sin la participación del Banco Central.
Cualesquiera que sean las estrategias que Rusia adopte para limitar la gravedad de las consecuencias de la devaluación del rublo, solo podrá hacerse realmente con una reestructuración de la propia economía rusa. Mientras tanto, la “publicación” de las transacciones con China y los países de la Unión Económica Euroasiática (UEE) parece bastante prometedora.
Rusia no tiene una relación similar con la UE, ya que el precio de los productos exportados por Rusia sigue vinculado al dólar. Por su parte, el uso del rublo con la India se ha duplicado en el último año hasta alcanzar el 77,8% de todas las transacciones. En el mismo periodo de 2019 era solo el 34,8%.
El gobierno ruso insiste en que el paso de los países BRICS a utilizar las monedas nacionales para el comercio mutuo también podría reducir la dependencia de la política estadounidense. La situación comercial con India es un ejemplo de esta tendencia.
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