Las principales consecuencias de la transición al curso flotante del rublo

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La transición al curso flotante del rublo se ha convertido en una de las reformas económicas más importantes que ha emprendido Rusia desde el periodo de la década de los noventa. Esta es la conclusión a la que han llegado los economistas a los que ha sondeado RBTH que, con todo, consideran que la reforma ha conllevado un drástico aumento de la inflación y ha sembrado la desconfianza en la moneda nacional.

Desde el mes de mayo de 2015 la divisa rusa ha alcanzado unos valores mínimos tras sufrir una devaluación que ronda el 30% frente al dólar norteamericano y el euro. Los expertos opinan que la divisa rusa empezó a abaratarse de forma automática cuando bajó el precio del petróleo, después de que en noviembre de 2014 el Banco Central sometiera el curso del rublo al régimen de flotación. De mayo a agosto de 2015 la marca de referencia Brent se abarató más de un 28% hasta los 51,02 dólares el barril. “La transición hacia el curso flotante es sin duda una de las decisiones clave que se han tomado en el ámbito de la política macroeconómica de la Rusia moderna”, dice Konstantín Korischenko, ex vicepresidente del Banco Central y actual director de la cátedra de mercados de fondos e ingeniería financiera de la Facultad de Banca y Finanzas de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública, una institución próximo al Gobierno.

Una práctica instaurada

Según Korischenko, de 1995 a 2014 el Banco Central solía intervenir la economía rusa para ajustar, con mayor o menor dureza, el nivel de la tasa de cambio. “La necesidad de regular el curso surgió a principios de la década de los noventa por diversas causas: la lucha contra la inflación, el aumento de la confianza en el rublo, la financiación del déficit presupuestario y la atracción de la inversión extranjera”, dice Korischenko. Según él, la otra cara de la estabilización del curso del rublo fue su excesiva revalorización. A raíz de la depreciación del rublo, en noviembre de 2014 el Banco Central dejó de intervenir regularmente el mercado: antes de eso, el regulador vendía dólares en el mercado para sustentar la divisa nacional en caso de que su curso alcanzara la barrera de la banda cambiaria que se había fijado con anterioridad.

Esta decisión se tomó en noviembre de 2014, después de que el rublo sufriera una agresión sin precedentes motivada por las tensiones de la política exterior. Para apoyar el curso de la moneda nacional, en octubre de 2014 el Banco Central vendió 27.200 millones de dólares. Según Iliá Balákirev, analista de la UFS IC, la oportunidad de esta reforma está en tela de juicio. “No puedo decir que se eligiera un buen momento para llevar a cabo la reforma. El drástico desplome que experimentó la divisa rusa a finales de 2015 se produjo porque el Banco Central se abstuvo de proteger la estabilidad del curso de la moneda”, dice Antón Soroko, analista del holding de inversiones “Finam”. Según él, se tendría que haber aplazado la liberalización del curso de rublo hasta que las relaciones exteriores se hubieran enderezado. Con todo, la decisión del Banco Central contribuyó a apoyar a los productores internos e incluso redujo la presión sobre las reservas internacionales, añade Soroko. Es más, en mayo de 2015 el Banco Central empezó a acumular dólares en el mercado para reponer las reservas.

La reacción de la población

La transición al régimen de flotación del rublo produjo una bajada de los salarios reales y un aumento de la inflación, lo que desató una reacción negativa entre la población. En junio de 2015 un moscovita se dirigió al Tribunal para exigir que se declarara ilegal la pasividad que mantuvo el Banco Central durante el periodo en que el rublo caía, a finales de 2014. Según el demandante, la política del Banco Central arrastró el Estado hacia la crisis.

El Centro de Análisis Macroeconómico y Pronóstico a Corto Plazo estima que a finales de 2015 los salarios reales de los rusos habrán bajado un 8%. Aun así, según las encuestas de opinión pública, los rusos creen que la inflación interanual de 2015 se situará alrededor del 27-28%, y la de 2016, hasta el 15%. “La economía, incluyendo las empresas, los bancos y la población, trata de adaptarse a las nuevas condiciones convirtiendo sus ahorros en divisa extranjera y solicitando financiación al Estado”, dice Korischenko. Según él, no se puede liberalizar por completo el curso del rublo hasta que no se haya modificado la estructura de la economía y se haya reducido la dependencia de la exportación de materias primas.

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