a caída de los ingresos por exportación de hidrocarburos, la inflación y las sanciones occidentales lastran el crecimiento. Fuente: Getty images / fotobank
La economía rusa ha sido vapuleada en los últimos meses, ya que el petróleo, la principal exportación del país y fuente de casi la mitad de los ingresos gubernamentales, ha alcanzado su mínimo en cinco años. Mientras tanto, la inflación alcanzó un 9,1 % en noviembre, comparado con el año pasado, ya que la bajada del rublo multiplicó el precio que los rusos deben pagar por bienes de importación.
La economía nacional probablemente se encogerá un 0,8 % en 2015, según afirmó el viceministro de Economía Alexéi Vedev a principios de diciembre, citando un informe del Ministerio. Este organismo había pronosticado previamente un crecimiento de alrededor de un 1,2 % para el próximo año.
“La mayoría de los indicadores macroeconómicos empeorarán durante los tres próximos trimestres y descenderán de manera importante para el verano que viene”, escribió Chris Weafer, socio principal de la consultora moscovita Macro Advisory y veterano observador de la economía rusa, en una nota publicada en la página web de la firma.
“Lo que sí podría estar sujeto a debate es la posibilidad de que se produzca una recuperación significativa el otoño próximo”, opina Weafer.
Petróleo y recesión
El ministro de Economía ruso declaró que, en principio, apoyaba la predicción de un descenso del 0,8 % en 2015, pero solo en la hipótesis de que los precios del petróleo se mantengan alrededor de los 80 dólares el barril.
La desaceleración económica podría alcanzar el 3,5 – 4 % si el precio baja hasta los 60 dólares el barril, calcula el Ministerio, según declaraciones en su web realizadas el 2 de diciembre pasado por el director del departamento de planes estratégicos a largo plazo, Maxim Oreshkin.
El precio del crudo cayó hasta los 70 dólares el barril en diciembre por primera vez desde 2010, ya que la OPEP decidió no reducir su producción y la extracción de gas de esquisto en EE UU continúa subiendo.
Rusia, actualmente el mayor exportador de energía, está extrayendo crudo a niveles casi récord, de más de 10 millones de barriles al día. El petróleo y el gas natural supusieron el 68 % del volumen total de exportaciones en Rusia en 2013, según la Agencia de Información Energética de los EE UU.
Los grandes productores de energía rusos están entre las empresas a la que se impidió el acceso al crédito en bancos occidentales, a raíz de las sanciones de los EE UU y Europa por el papel de Rusia en la crisis ucraniana. Bancos, fabricantes de armas e individuos relacionados con el Kremlin son también objeto de estas sanciones.
Los precios comienzan a subir
La inflación podría alcanzar el 9,8 % interanual en 2014 y subir hasta los dos dígitos en el primer trimestre de 2015, pronostica la agencia de bolsa moscovita UralSib. La inflación repuntará a resultas del brusco descenso del rublo, ya que “por lo general, los precios suben durante tres y cuatro meses tras una crisis de la divisa”, explicaron los analistas de UralSib Alexéi Deviatov y Olga Sterina en una nota para los inversores el pasado 5 de diciembre.
El rublo ha perdido más de un tercio de su valor al cambio del dólar este año, mermando el poder adquisitivo de los rusos.
Pero la caída del rublo también ha paliado los daños producidos por la bajada de los precios del petróleo, proporcionando a las empresas de energía rusas y al Gobierno rublos extra por cada dólar de petróleo vendido al extranjero. Los reguladores y el propio presidente Putin han culpado a los especuladores por la pérdida de valor del rublo.
En el discurso pronunciado el 4 de diciembre, Putin reconoció que la economía rusa se enfrenta a desafíos, y ofreció una serie de medidas al respecto. Prometió reducir las inspecciones intrusivas del Gobierno en la pequeña empresa, establecer unas “vacaciones” fiscales de dos años para nuevas pequeñas empresas e iniciar una amnistía completa para los rusos que traigan de vuelta a Rusia su capital desde el extranjero.
“Tenemos por delante un periodo complejo y difícil”, dijo Putin. “Debemos huir de este cepo del crecimiento cero y lograr una tasa de crecimiento global por encima de la media en los próximos tres o cuatro años”. Putin añadió que los funcionarios se esforzarían en impedir a los especuladores que depreciasen el rublo.
“Me gustaría pedirle al Banco de Rusia y al Gobierno que llevasen a cabo conjuntamente acciones decididas, para desalentar a los especuladores que pretendan hacer que fluctúe la moneda rusa”, animó Putin.
“Las autoridades saben quiénes son estos especuladores. Tenemos los instrumentos adecuados para enfrentarnos a ellos y ha llegado el momento de usarlos.”
Sin embargo, Putin también señaló que un rublo más débil también ayudaría a que los productos rusos sean más competitivos e hizo un llamamiento a los productores para aprovechar la oportunidad y arrebatar a los competidores extranjeros su parcela del mercado en los próximos años.
“En un plazo de tres a cinco años, debemos proporcionar a nuestros clientes medicinas y alimentos de alta calidad y asequibles producidos principalmente en Rusia”, dijo. “Por lo que respecta a las importaciones, solo debemos adquirir en el extranjero equipamiento y tecnología realmente únicos”.
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