Los problemas financieros de las compañías aéreas rusas se deben, principalmente, al aumento de su carga crediticia y la caída del curso del rublo. Fuente: Yuri Smitiuk / TASS
El equipo directivo de dos grandes aerolíneas rusas, Transaero (la segunda del país con 12,5 millones de pasajeros en 2013) y Utair (con 8,1 millones de pasajeros en 2013), han solicitado ayuda al Estado. Así lo ha anunciado el ministro de transporte, Maxim Sokolov, según informa la agencia TASS.
En palabras del ministro, las compañías aéreas se enfrentan a dificultades en relación con el acceso al crédito y con su reestructuración. Entre otras cosas, reclaman un aval del Estado sobre los préstamos solicitados. El Gobierno ha organizado una comisión especial que deberá elaborar una serie de medidas de apoyo al sector en el plazo de un mes.
Los expertos aseguran que la principal dificultad a la que se enfrentan las compañías es tener que pagar por los aviones en divisa extranjera cuando las ganancias por la venta de billetes las reciben en rublos.
Desde principios de 2014, el rublo ha perdido cerca de un 25 % de su valor, lo que ha provocado un aumento brusco de las mensualidades a pagar a los socios extranjeros.
Según el analista jefe de Finam Management, Dmitri Baránov, las empresas han empezado a experimentar problemas a causa de la depreciación.
“La carga de la deuda de estas empresas era bastante cómoda, de modo que los transportistas han podido hacer frente a las mensualidades de manera holgada mientras el rublo se ha mantenido estable. Sin embargo, a medida que caía, comenzaron a experimentar problemas, ya que los beneficios los obtienen en rublos, pero deben pagar en moneda extranjera por los aviones adquiridos”, explicó el experto.
Descenso del turismo
Las primeras señales negativas del sector aparecieron a principios de 2014, cuando la moneda rusa descendió un 10 % frente al euro en solo dos meses, según afirma la analista del fondo de inversión UFS, Anna Milostnova.
Según sus palabras, estaba claro que esta situación podía afectar a la dinámica del tráfico internacional de las compañías. Aeroflot, por ejemplo, “reaccionó bajando las tarifas en euros de los vuelos internacionales operados desde Rusia”, comenta.
Aún así, el tráfico de pasajeros de Aeroflot, de acuerdo con los resultados de los primeros ocho meses de 2014, se ha reducido un 0,8 %. Es más, el debilitamiento del rublo y la reducción del flujo turístico han provocado la quiebra de un amplio número de turoperadores rusos, lo que también se ha visto reflejado en la situación financiera de las aerolíneas.
Presos del crecimiento
Según Oleg Panteléiev, las aerolíneas rusas han caído presas del alto ritmo de crecimiento de mercado que se vivió los años previos. “Las aerolíneas no solo se vieron obligadas a reestructurar su negocio de manera radical, sino que además tuvieron que renovar su flota de aviones ante el aumento constante del tráfico aéreo. Esto las empujó a recurrir al crédito, puesto que sus propios fondos resultaban insuficientes para hacer frente al proceso de desarrollo empresarial”, explica.
De este modo, afirma Panteléiev, las anómalas tasas de crecimiento del tráfico aéreo fueron acompañadas de altas tasas endeudamiento. “Cuando la tasa de crecimiento empieza a descender, los gastos crecen a un ritmo más rápido que los beneficios y los préstamos se encarecen, los problemas financieros son inevitables”, explica.
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