¿Por qué Rusia se encuentra al borde de la recesión?

Dibujado por Tatiana Perelíguina

Dibujado por Tatiana Perelíguina

En el segundo semestre de 2014, según información del Ministerio de Desarrollo Económico, el crecimiento apenas ha superado la marca cero. Algunos economistas han interpretado la caída del PIB como una recesión debida a la crisis ucraniana. Sin embargo, hay múltiples causas para la desaceleración.

Las sanciones mutuas siempre han sido algo realmente desagradable, su introducción y la guerra comercial entre Rusia, Europa y Estados Unidos nunca pueden significar nada bueno.

Hoy en día, el mundo está pasando por una crisis sistémica global comparable a las crisis de los años 30 y 70 del siglo pasado. Se trata de una compleja situación que podría agravar el panorama económico tanto en Rusia como en Europa. No obstante, las sanciones no son la causa de los problemas económicos rusos ni de los europeos: estos problemas surgieron mucho antes. Las sanciones son más bien una consecuencia de la crisis. 

"El el estado de la economía es cercano a la recesión. Consideramos que en el tercer trimestre la situación mejorará un poco y habrá algo de crecimiento", aseguró esta semana Oleg Zasov, jefe del departamento de previsiones macroeconómicas del ministerio. La economía retrocedió un 0,5 % en el primer trimestre de 2014, el PIB podría crecer entre un 0,1 y un 0,2 % en 2014, según las agencias locales.

Durante los últimos años la falta de crecimiento ha sido algo normal para la economía europea, sin embargo Rusia está al borde de la recesión. Por ahora no se habla de ello, pero sí de una desaceleración significativa, y este proceso tiene varias causas.

En primer lugar, en un momento de recesión para muchos de los países del principal socio comercial de Rusia, la Unión Europea, a la que corresponde un 50% del comercio bilateral, sería extraño que en Rusia se diera por el contrario un rápido crecimiento.

En segundo lugar, existen razones de naturaleza cíclica: la desaceleración de la actividad de inversión de las principales corporaciones (principalmente las estatales), que finalizaron su ciclo de inversión en los años 2012-2013 (por ejemplo, la preparación de las Olimpiadas de Sochi) y no comenzaron uno nuevo.

En tercer lugar, en 2008 se extinguió por completo la reserva de recuperación del crecimiento. En 2009, debido a la crisis, tuvo lugar una seria caída de la economía, a la que siguió una recuperación que durante un corto periodo permitió mantener un moderado crecimiento.

Pero la razón principal de la desaceleración consiste en que el modelo de crecimiento económico de la década del 2000, que contaba con la constante expansión de la demanda, ha dejado de ser útil. Esto se ha producido debido tanto a circunstancias externas, los precios del petróleo dejaron de subir, como por causas internas: algunos economistas llaman a este fenómeno “la trampa del ingreso medio”.

Rusia se ha convertido en un país de altos costes laborales y unas instituciones económicas de relativamente mala calidad, uno de sus índices de desarrollo es el ranking del Banco Mundial Doing Business. 

Según la dinámica del PIB per cápita, durante los últimos años Rusia ha subido pero todavía se encuentra entre las posiciones más bajas de los países desarrollados, mientras que en cuanto a la calidad de las instituciones sigue formando parte de los países en vías de desarrollo.

A día de hoy este es el principal problema estructural de la economía rusa, y no tiene una solución fácil. El negocio está dispuesto a soportar estas deficientes instituciones con pequeñas demoras o a pagar más en caso de ciertas garantías otorgadas por las mejores instituciones. Sin embargo, la combinación de las malas instituciones con el alto coste laboral es muy poco atractiva para los empresarios, por lo que dificulta la atracción de la  inversión.

Los economistas han tratado este problema desde hace mucho tiempo. Desde el punto de vista económico, es fácil decir cuáles son los cambios necesarios: precisamente ahora es necesario pasar de la “demanda económica” a la “oferta económica”, a una economía con unas “reglas del juego” estables y predecibles, con créditos accesibles (algo que requerirá una baja inflación), con impuestos aceptables y con una estimulación del desarrollo de la producción.

El desarrollo económico no es lineal. En un contexto de tensiones políticas, del agravamiento de la situación en Ucrania, una parte de las élites políticas rusas comienza a confiar en el potencial de movilización de nuestra sociedad.

Además, en el mundo moderno es muy importante no hacer que las sanciones recaigan sobre uno mismo: una respuesta a las sanciones bastante más eficaz podría ser precisamente una liberalización económica que contribuyera a la modernización de las instituciones económicas necesarias para conseguir el crecimiento.

Esta misma vía es la que tomó China, que tras los acontecimientos de 1989 en la plaza de Tiananmén se topó con sanciones económicas. Fue en ese contexto que China decidió dar un mayor impulso a las reformas económicas. Y muy poco después, en 1992, en el país dio comienzo un boom de la inversión.

A todo esto cabe añadir otro problema estructural: la necesidad de modernizar el estado social, en particular en el ámbito de la educación, la sanidad y el pago de las pensiones, que en Rusia, como en muchos otros países desarrollados, se formó durante la época industrial y se corresponde con las necesidades de esta época. Las personas debían formarse y trabajar constantemente en un puesto según su especialidad, y la esperanza de vida estaba por debajo de la edad de jubilación.

Ahora la situación es totalmente distinta: las personas más competentes para incorporarse al mercado laboral siguen estudiando durante toda su vida, cambiando su ámbito de actividad. La gente visita al médico no sólo en casos de necesidad, sino para recibir tratamientos de prevención, lo que crea una carga adicional en el sistema sanitario.

Solucionar todas estas tareas será importante para mantener y no perder nuestro principal éxito de los últimos 10-15 años: la estabilidad macroeconómica. Algo difícil de conseguir y fácil de perder.

Vladímir Mau es rector de la Academia Rusa de Economía Nacional y Administración Pública.

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