Fuente: Servicio de prensa
Voy a explicar cómo se puede controlar el dinero. Puse en marcha mi negocio con los recursos que conseguí acumular a lo largo de muchos años antes de crear mi empresa. Siempre fui ahorradora. Sabía que algún día encontraría un gran objetivo para el dinero que había acumulado. Muchos preguntan qué sé sobre finanzas, cómo hay que planificar y administrar el propio presupuesto para no malbaratar lo que se ha ganado. Os explicaré lo que yo sé.
Vamos a ver, ¿qué es para vosotras el dinero? Para mí es la libertad y la posibilidad de dormir profundamente por las noches, la posibilidad de mantener un nivel de vida normal. No necesito el dinero para volar en jets privados, comprar chalés o joyas. Yo quiero que la mayoría de mis gastos sean una especie de inversión. Creo que muchas mujeres no buscan la seguridad allí donde deben. Se puede encontrar al lado de un hombre, pero también hay alternativas. Por ejemplo, la propia independencia financiera.
A los seis años despertó en mí el interés por el ahorro. Vengo de una familia bastante acomodada, pero mi abuela, jefa de contabilidad en la producción soviética, trataba de enseñarme a ahorrar y a hacer crecer el dinero. Los días soleados incluso apagaba la luz del cuarto de baño. “El dinero ama el cálculo y el control”, estas son sus palabras favoritas.
No es tan importante cuánto ganas, sino cómo gastas tu dinero. Si no tenéis control sobre las propias finanzas, nunca podréis saber con qué contaréis en el futuro y qué os podréis permitir realmente. Cada gasto debe ser una inversión. En una ocasión me sorprendí a mí misma pensando que paso la mayor parte de la vida en el trabajo y que, en casa, la comida se echa a perder. Empecé a comprar menos.
No somos millonarias y aun así nos permitimos consumir de forma irracional. Fijaos un objetivo, mirad de qué podéis prescindir. Permitíos una compra al mes para estar de buen humor, y el resto mantenedlo bajo control. Hace poco oí una frase que me gustó mucho: “El gusto nos es dado para disimular la falta de dinero”. Últimamente no gasto nada en ropa, me pongo la que ya había comprado antes.
Fijaos un objetivo a un año o, mejor, a cinco años vista. ¿Cómo os veis? ¿En qué queréis gastar dinero dentro de cinco años? ¿En una educación mejor o en comprar un piso? Empezad ahora a ahorrar para conseguirlo. Lo más probable es que ya tengáis los recursos indispensables, sencillamente es que no los gastáis de forma racional.
Dividid vuestros ingresos en tres conceptos: gastos, ingresos y ahorros y encontraréis el equilibrio entre ellos. Analizad las cuentas de dos semanas, estableced prioridades y sacad conclusiones. Todo el mundo cree que no gana suficiente para ahorrar. Eso no es cierto: cualquier persona puede ahorrar. Incluso el estudiante que vive de una beca encuentra la manera de comprarle un ramo de flores a su chica una vez al mes. Siempre se encuentra dinero para las cosas que realmente importan.
Ahorrad el 20, o mejor el 30 % de los ingresos cada mes. Mirad la clasificación de los bancos, por ejemplo, en la página de Banki.ru, averiguad cuál es el que da una mayor rentabilidad y abrid una cuenta allí. Y, aunque tengáis muchas ganas, no toquéis esa cantidad. Este dinero os hará falta para hacer algo grandioso en el futuro, aunque aún no sepáis qué es.
El problema de nuestra sociedad refleja a su vez el problema del Estado en general: ya ganamos dinero, pero hasta la fecha no hemos aprendido a hacer planes a largo plazo. Nadie nos enseñará a hacerlo y no sabemos cómo administrar nuestro dinero. Todo el mundo quiere hacerse rico de golpe, pero no funciona así. Si queréis construir algo hay que adquirir experiencia y cometer errores, pero hay que cometerlos teniendo un colchón de seguridad.
Elena Shifrina es CEO y fundadora de BioFoodLab.
Publicado originalmente en ruso en H&F.
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