Fuente: Lori / Legion Media
“Hasta finales del 2014 el mercado se contraerá en un 25-30% en comparación con las cifras del 2008”, explicó Isaak Sheps presidente de la Unión de productores de cerveza, que agrupa a los mayoría de las empresas productoras, excepto Ochakovo, y antiguo presidente del Carlsberg Group (del que forma parte Baltika, el número uno del mercadoruso) en el Este de Europa. En 2008 la producción alcanzó los 109,3 millones de hectolitros, según la propia Unión, mientras que para finales del año próximo se espera un descenso hasta los 76,5-82 millones de hectolitros.
En los ocho primeros meses de este año, la producción de cerveza se ha reducido en un 10%, en comparación con el mismo periodo del 2012, desde los 90,4 millones hasta los 81,3 millones.
Las propias compañías cerveceras no revelan sus datos sobre Rusia, ya que muestran tan solo los resultados para Europa del Este. Según los resultados de AB InBev, en los seis primeros meses de este año, las ventas han descendido un 13,1 %. Los grupos Efes y SAB Miller también dieron a conocer sus bajadas de ventas, debido a su disminución de ventas en Rusia. Las ganancias de Carlsberg en Europa del Este se han reducido en un 1 % hasta los 9,2 millones de coronas (1,6 millones de dólares) aunque sus ventas han aumentado levemente, en un 3 % hasta los 21,9 millones de hectolitros. Por su parte, Heineken también informó acerca de la caída de los ingresos en un 3,8 % en Europa del Este en la primera mitad del año, hasta los 1.527 millones de euros anuales, aunque no dieron a conocer los datos sobre el volumen de ventas.
Desde el 2008 el gobierno comenzó a endurecer la regulación de la producción de cerveza: poco a poco comenzó a prohibirse la publicidad al aire libre, posteriormente en los medios y en internet. También se prohibió la venta en los kioscos y se limitó la venta en las tiendas a las horas del día (como el resto de las bebidas alcohólicas).
Desde el 1 de julio de este año, las fábricas deben contar con unos disposotivos electrónicos que calculan el volumen de produccion. De manera paralela, ha habido un aumento de los impuestos: desde el 1 de enero de 2010 creció un 8,6 % de 2,74 rublos hasta los 3 rublos. Este año, las tasas llegan hasta los 15 rublos, y el año que viene subirán hasta los 18 rublos por litro.
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Las productoras reaccionan de maneras diferentes a la caída de las ventas. Heineken insiste en la mejora de la calidad de las marcas, tal y como explicó la directora corporativa en Rusia, Anna Meleshina. En los últimos tiempos, la compañía ha lanzado la marca Amstel Premium Pilsner y planea mantener esta estrategia.
El grupo Ochakov va por el mismo camino. Vladímir Efremov, el director de ventas explica que la compañía concentra su atención en la salida al mercado de nuevas cervezas de gama alta, cuyo consumo no se reduce tan rápidamente como las cervezas más baratas. Este mismo año ya han sacado una marca de este tipo y esperan lanzar más en los próximos años. La jefa de relaciones públicas de Ochakov explicó que no planean bajar el coste de producción para equilibrar los precios debido a la subida de impuestos.
“Resulta muy difícil hacer frente a la subida de impuestos y a las restricciones al consumo”, explica Kirill Bolmatov, director de relaciones exteriores de Efes. Su compañía apuesta por oponerse a los cambios del gobierno, que pueden aumentar el coste de producción de las bebidas, por ejemplo, si se endurecen los términos para el almacenamiento de bebidas.
Artículo publicado originalmente en ruso en Védomosti.
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