El país no sólo quiere proveer de materias primas al Viejo Continente y redobla los esfuerzo para la exportación de productos manufacturados. Fuente: RIA Novosti
A finales de mayo el ministro de Agricultura, Nikolai Fédorov, hizo un llamamiento a los fabricantes rusos de productos alimentarios para que aumentaran la exportación de productos manufacturados a los países europeos: "Rusia no solo debería intentar vender en el extranjero no solo materias primas sino productos manufacturados".
Actualmente los europeos obtienen de Rusia principalmente materia prima: pescado congelado, marisco, trigo. Según datos del Servicio Federal de Aduanas, entre enero y marzo de 2013 la Federación exportó al extranjero productos de alimentación y materias primas agrícolas por un total de 3.200 millones de dólares. Esto supone el 1,9% del total del intercambio comercial de Rusia. Todavía no se contabilizan de forma independiente el volumen de productos manufacturados. Sin embargo el Ministerio cuenta con poder cambiar esto.
Actualmente tan solo 12 empresas rusas venden productos en el extranjero, es más, algunas de ellas empresas han sido compradas por grandes corporaciones transnacionales. Así, por ejemplo, entre las compañías con derecho de venta en el mercado exterior está el fabricante de zumos y productos lácteos 'Vimm-Bill-Dann' (aunque es cierto que en 2011 la empresa fue comprada al 100% por PepsiCo), la fábrica de helado 'Russki Jolod' (que exporta pequeños volúmenes de su producción a EE UU) o el fabricante de conservas cárnicas de Kaliningrado 'Deiva' y 'Soveren'. Pero sus ventas conjuntas en el mercado europeo no superan unas cuantas toneladas al año.
La principal razón de esto es que las empresas rusas certificadas para la exportación trabajan en sectores que no le interesan a Occidente. Es más, el analista de la Agencia de la situación del mercado agrario (AKAR), Dmitri Rilko, piensa que los europeos certificaron precisamente aquellas categorías donde no hay competencia por parte de los productos rusos.
Alexéi Alexeyenko, secretario de prensa de Rosseljoznadzora, coincide: "Nadie quiere debilitar su mercado con producción extranjera. Los vecinos cercanos de la UE nos han puesto barreras fitosanitarias bastante grandes, por ejemplo, la exigencia de tratamiento térmico de 80 grados exactos".
Sin embargo según Rilko con la entrada de Rusia en la OMC estas barreras se han hecho superables. Es posible que el reciente llamado del Ministerio de Agricultura esté relacionado con ello.
Vodka con denominación de origen
Rusia podría comenzar a aumentar la exportación con un producto como el vodka, que además forma parte de la imagen del país. Actualmente se venden en el extranjero 5 millones de decalitros de esta bebida al año, de los cuales casi un millón es suministrado por la empresa Russki Standart, el productor de alcohol ruso más orientado a la exportación.
Según el presidente del Centro de Investigaciones del Mercado Federal y Regional del Alcohol (TsIFFRA), Vadím Drobiz, para aumentar el volumen de exportación, Rusia necesita una política estatal que haga lobby por los intereses del vodka como bebida nacional en los mercados exteriores. Un buen ejemplo de esto sería la experiencia de Japón, Escocia y Francia, donde el alcohol nacional (sake, whisky, coñac y champán) están protegidos en el mercado internacional.
Drobiz propone registrar la denominación 'vodka ruso': "Después de esto a Rusia le será más fácil promocionar sus marcas y competir con los productores de vodka ruso no auténtico o falso en los países de la UE. Y los europeos podrán disponer de una gran variedad en cuanto a precio".
Además de vodka, la harina (el grano manufacturado), la mantequilla y los productos derivados del azúcar de remolacha también tiene buenas perspectivas de exportación.
Según Rilko en las dos últimas categorías ya se está multiplicando varias veces las ventas. "Actualmente hasta un tercio de toda la mantequilla se exporta", dice el experto.
"Es más, todos los excedentes de la producción también van a la exportación a los países de la UE. Lo mismo sucede con el azúcar de remolacha".
Rusia, según Rilko, podría multiplicar por dos sus exportaciones de harina. Lo que impide crecer más son las mismas características del mercado. Lo que sucede es que la harina tradicionalmente no ocupa más del 10% del mercado mundial de grano. Y los principales países exportadores hace tiempo que se han adaptado a esto, vendiendo a otros países el grano sin procesar.
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