España busca subir al podio 
22 años después

Carolina Ruiz. Fuente: Servicio de prensa

Carolina Ruiz. Fuente: Servicio de prensa

El presidente de la Federación de Deportes de Invierno de España, Eduardo Roldán, habla con Rusia Hoy de la cita olímpica en Sochi, del papel de los deportistas españoles y de las estrecheces económicas a las que se enfrentan las disciplinas de invierno en España.

España solo ha conseguido dos medallas en la historia de los JJ OO de Invierno: el oro de Paquito Fernández Ochoa en 1972, y el bronce de su hija Blanca en 1992. Tras 22 años de sequía, la delegación española acude a Sochi con una opción verdaderamente clara de volver a subir al podio: la del madrileño Javier Fernández, bronce en el mundial y dos veces campeón de Europa. Además, Fernández será el abanderado en la ceremonia de apertura.

El snowboard representa la otra gran baza de la delegación nacional, de la mano de Lucas Eguíbar y Queralt Castellet, situados entre los cinco primeros del ranking mundial. Por último, la esquiadora andaluza Carolina Ruiz alberga opciones en descenso supergigante.

¿Cuáles son las perspectivas para Sochi de la delegación española?

Tenemos máximas expectativas en esquí alpino con la andaluza Carolina Ruiz, 15ª del ranking mundial en la especialidad de descenso supergigante. También con el guipuzcoano Lucas Eguíbar y la catalana Queralt Cas­tellet, ambos quintos del ranking mundial en snowboard cross y snowboard halfpipe, respectivamente. 

Después, tenemos las expectativas normales con el resto de los representantes: las de hacer el mejor papel posible [el técnico no tiene en cuenta en su cómputo al patinador Javier Fernández, una de las medallas más seguras, porque la federación que él representa no incluye los deportes de hielo. 

Algunos de los mejores deportistas españoles de disciplinas de invierno residen y entrenan en el extranjero. ¿Por qué? 

Las razones son diversas. A veces es la propia estrategia de su preparación. En el caso de Queralt, cuando en España es verano, en Nueva Zelanda es invierno y puede seguir entrenando. Además, su pareja es de allí. Más allá de ella, el resto de los candidatos españoles en Sochi residen en su casa. 

¿Cómo calificaría la salud de los deportes de invierno en España? 

Diría que es la de una persona muy sana pero pobre: hay pocos medios. Todos sabemos de la austeridad de los presupuestos generales españoles para el deporte en estos años, especialmente durante este último. Lo acusan los deportistas y el deporte, especialmente en disciplinas como estas en las que la vía para conseguir patrocinadores privados es muy complicada. 

No tenemos la popularidad y la dimensión de espectáculo del fútbol, el baloncesto o el tenis, que cuentan con cobertura televisiva regular. Sin los medios económicos necesarios resulta muy difícil fraguar nuevos talentos. 

¿Le sorprendió la elección de Sochi como sede olímpica?

No me sorprendió, la conocía desde que se presentó por primera vez candidata en 1998, cuando coincidió en la puja con Jaca. Con el potencial de un país como Rusia me pareció lógico que recibiese la organización de unos Juegos Olímpicos.

Barcelona presentó candidatura a la organización de los Juegos Olímpicos de 2022. ¿Puede ser Sochi un ejemplo a seguir?

Son casos diferentes. Barcelona es una ciudad grande y con una capacidad organizadora probada, mientras que Sochi básicamente es un asentamiento nuevo, una urbanización recién construida. Sin embargo, cuenta con el respaldo del potencial económico de Rusia.

Barcelona estará presente en Sochi con observadores. Sus opciones para 2026 serán las que potenciemos entre todos en España. Yo me pregunto: ¿por qué no iban a poder acoger los Pirineos unos Juegos de Invierno?

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