Chechu Biriukov se define como "vascomoscovita" español. Fuente: relmadrid.com.
Habla con la misma soltura con la que se desenvolvía en las canchas. “Lo que importa es puntuar”, explica. El discurso de Chechu Biriukov está lleno de espontaneidad, tacos, filosofía, socarronería, deporte y la experiencia de haber sido internacional tanto con la camiseta rusa como la española, además de la del Real Madrid durante 11 años. Tampoco tiene problema en desdecirse. Si habla de más, rápidamente corrige el tiro y rectifica.
A pesar de su acento y aspecto ruso, tiene cierto aire chulesco. Quizás sean los muchos años en España o sus raíces maternas. Su segundo apellido es Aguirregabiria. La parte española le viene de madre, una “niña de la guerra” que llegó a Rusia durante la Guerra Civil española. Quizás por eso, dice ser “vascomoscovita español”. Si se le insiste, entonces parafrasea al literato Samuel Johnson que afirma que “el patriotismo es el último refugio de los canallas”.
Dice
que tienes alma de ruso, ¿qué significa eso?
A
los rusos nos gusta mucho hablar del alma. Es como un sentir que
habla de sufrimiento. Es una constante búsqueda de respuestas
muy profundas a qué hacer, una necesidad de respondernos hacia dónde
vamos y qué somos. Diría que hay algo de
sufrimiento. Somos un pueblo muy sufrido, y también un poco de
paja mental, por qué no.
Para Occidente ese sentir resulta un tanto sorprendente. Hablamos mucho de Dios, por ejemplo. En el fondo somos un pueblo bastante religioso, a pesar de los 70 años de comunismo en los que estuvo prohibido. Los rusos somos una combinación de contradicciones.
Hablemos
de dinero y corrupción. Gérard Depardieu se hace ruso para no pagar
impuestos
y aquí desayunamos a diario con nuevos escándalos y robos. ¿Qué
pasa?
Siempre ha habido
corrupción. Lo que pasa es que ahora en España, cuando estamos
todos jodidos, se nota más. La diferencia con Rusia es que allí es
todavía peor: ¡hay mogollón! El último escándalo del Ministerio
de Defensa es de billones de euros. En los tiempos de la URSS también se daba,
quizás algo menos, porque si lo robado excedía de una
cantidad, la pena era la muerte.
La respuesta
pasaría por educar a la gente. Es difícil; lo sé, pero… Y
luego, habría que aplicar algo obvio: el que robe, a la
cárcel.
Respecto a su país
natal has dicho: “En Rusia hacemos la revolución o
robamos el país”.
Eso es una burrada. Maticemos. Una revolución, jamás. Ya la hemos vivido y es terrible. Si he dicho eso, exageraba. No podemos hablar más de revoluciones, ni de guerras, ni para mi país, ni para este. En el horror vivido nos parecemos rusos y españoles, hemos de vivir con ello y no olvidarlo.
Biriukov, durante su etapa como jugador del Real Madrid. Fuente: realmadrid.com
Triunfó. ¿Método ruso, suerte...?
La
escuela rusa se basa en disciplina, disciplina y horas, horas y horas
de dedicación. Por la mañana nos levantaban, entrenábamos, luego
desayunábamos, volvíamos a entrenar, comíamos y más horas de
baloncesto. Así todos los días. En el deporte todo se basa
en el esfuerzo, y en la suerte, como en la vida.
De los 21 con quienes jugaba en la URSS el único que salió fui
yo.
¿Qué
selección le gusta más, la actual o la que representó con
la camiseta española?
Creo que
desde el punto de vista del baloncesto, España hoy es
mejor que cuando yo jugué. Lo están haciendo muy bien. Fíjate en
Gasol, Navarro, Raúl López, Reyes… Pero todo es cíclico y esta
generación empieza a ser mayor, ya han cumplido los 30. Hay que ver
cómo siguen.
De otros baloncestos, sí que tengo claro que
me gustaba más el de la NBA de antes. Hoy es un basket de
hip-hop y muy individualista. Yo apuesto por un juego de equipo.
¿Por qué cuando dejó de jugar abandonó el baloncesto?
No
lo sé. Cuando dejé de jugar, por amistades y porque me salió
y me gustaba. Me metí enseguida en el mundo de la
televisión y monté una empresa que cerramos hace un par de años
para representar artistas y tertulianos. Ahora estoy en el paro
y una de las cosas que estoy haciendo es informarme con la Federación
Española para quizás sacarme una licencia como entrenador. A lo
mejor vuelvo.
Si
no fuera así, ¿qué otros planes de vida se plantea?
Rusia está viviendo hoy un momento dulce. Las Olimpiadas de Invierno de 2014 y el Campeonato del Mundo 2018 obligan a desarrollar unas infraestructuras muy necesarias. Hay mucha actividad. Ten en cuenta que allí no existe una buena carretera entre San Petersburgo y Moscú: no se ha hecho nada desde los años 50. Esa puede ser una vía interesante. Hay mucho dinero, pero también muchos lobos.
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