Avión de reconocimiento ruso estudiará el clima de la Tierra

Fuente: Vladímir Fedorenko / Ria Novosti

Fuente: Vladímir Fedorenko / Ria Novosti

Un avión de reconocimiento a grandes alturas, cuyo prototipo se diseñó durante la Guerra Fría, participará en el programa europeo StratoClim para el estudio del clima atmosférico del planeta.

En 2016, el avión ruso M-55 ‘Geofizika’ empezará a realizar vuelos en el marco del programa de investigación europeo StratoClim con el objetivo de estudiar el clima de la Tierra.

A principios de febrero, el Instituto Alemán de Investigaciones Polares y Marinas Alfred Wegener firmó el contrato correspondiente con el fabricante del M-55, la Fabrica de Construcción de Maquinaria Experimental ‘Miasishchev’ (EMZ, por sus siglas en ruso). 

A partir de los datos recopilados por el ‘Geofizika’, los investigadores —en el programa StratoClim participan 26 centros de investigación europeos— crearán un modelo dinámico de la atmósfera que permitirá pronosticar los cambios climáticos de la Tierra con décadas de antelación.

Según Gennadi Beliáev, el ingeniero jefe de la EMZ, este avión tiene unas características inigualables para el estudio del espacio y las observaciones astrofísicas y astronómicas: “Nuestro aparato es capaz de volar a una altura de 21 km y cargar hasta dos toneladas de equipamiento científico”. 

Una exploración con fines pacíficos

El M-55 (o Mystic-B según la clasificación de la OTAN) es un modelo actualizado del avión de reconocimiento a gran altura M-17 ‘Stratosfera’, que fue diseñado a finales de los años 60 para derribar las sondas de espionaje norteamericanas, entonces inaccesibles para los sistemas de defensa antiaérea soviéticos.

Este problema solo podía resolverse entonces con un avión de combate y reconocimiento a gran altura. El diseño se encargó al legendario ingeniero aeronáutico soviético Vladímir Miasishchev, aunque en 1982, cuando el M-17 realizó su primer vuelo, el problema de las sondas de espionaje ya había desaparecido y el avión se destinó a misiones de reconocimiento.

Más tarde, se desarrollaría una versión del M-17 dotada de dos motores, el M-55. Uno de los primeros estados extranjeros en hacer uso de este aparato fue Chile, que alquiló el avión para realizar un estudio de la capa de ozono en el Polo Sur.

Más tarde, el M-55 sobrevolaría el Ártico, la Antártida, África, Brasil y Australia; y en 1995, se instalaron en el avión algunos dispositivos de investigación de origen italiano. El ‘Geofizika’ supera a otras aeronaves análogas en muchos aspectos.

“Nuestro avión, por ejemplo, a diferencia del norteamericano TR-1, no necesita un combustible particular”, aclaró en rueda de prensa el portavoz de la EMZ.  “Debido a la baja presión de la cabina, en algunos aviones análogos el vuelo se asemeja a una salida al espacio abierto, por lo que el piloto tiene que prepararse con antelación durante varias horas. Con el ‘Geofizika’, sin embargo, esto no ocurre”.    

Nueva modernización para adaptarse a los próximos proyectos

La dificultad de los vuelos a alturas de 20 km reside en la baja presión y en que la temperatura del aire a dicha altura puede descender hasta los 90 grados bajo cero. Estas condiciones se dieron, por ejemplo, en el vuelo del ‘Geofizika’ sobre las islas Seychelles.

“Antes empezar a realizar vuelos a temperaturas ultrabajas, consultamos a nuestros colegas norteamericanos, que ya habían sobrevolado la zona con el U-2. Según sus palabras, no se puede volar a una temperatura inferior a 70 grados bajo cero durante más de 15 minutos, ya que el combustible se solidifica y adopta una textura parecida al gel”, comentó a RBTH el portavoz de la EMZ. “Sin embargo, las características técnicas de nuestro avión evitaron que esto pasara”.

Para participar en el proyecto StratoClim, el M-55 debe modernizarse: el contrato firmado entre los rusos y los europeos incluye una cláusula al respecto. El importe exacto de la transacción no se ha comunicado, pero se sabe que ascenderá a varios millones de euros. “El nuevo avión será más moderno gracias a la incorporación de tecnología digital”, señaló el portavoz de la EMZ en la rueda de prensa.

Se prevé acabar el proceso de modernización para finales de 2015, momento en que los investigadores iniciarán un estudio del monzón asiático: los movimientos estacionales de las masas de aire tropicales. El momento álgido de este fenómeno se observará en la India en verano de 2016 con el nuevo modelo del ‘Geofizika’.

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