Antonov A-40.
Dominio públicoLos ingenieros soviéticos propusieron una solución original para mejorar la eficacia de los tanques: añadirles alas. Aunque no llegaron a incorporarse al ejército, los intentos se realizaron durante décadas.
La idea de la creación de un tanque ligero que pudiera moverse por el aire surgió hace ya más de 80 años. En 1932 se construyó en Estados Unidos un vehículo a partir de una aleación de aluminio que pesaba 4 toneladas. Sin embargo, allí la idea no cuajó.
La Unión Soviética compró el diseño estadounidense y en 1933 comenzaron las pruebas. El primer intento fue un desastre: el intento de elevar en el aire el tanque ligero T-27 en 1933 demostró que la tarea era más compleja de lo que parecía a primera vista. Hubo que aligerar tanto el vehículo que este perdió su capacidad combativa. Se intentó resolver este problema creando una suspensión especial.
Tanquetas T-27 durante unas maniobras. 1932.
Dominio públicoEn 1935, gracias a esta suspensión se consiguió elevar el tanque anfibio T-37A. Los habitantes de la región de Moscú pudieron presenciar una sorprendente escena: un enorme avión, volando a una altura mínima sobre la superficie de un lago soltó un tanque a gran velocidad.
Al mismo tiempo se llevaron a cabo varios intentos de solucionar el problema de raíz e instalar alas en el tanque. En 1933 se propuso el primer proyecto de tanque volador, aunque no se llevó a la práctica: en aquel momento el sector industrial no era capaz de crear un motor lo suficientemente potente para que el vehículo pudiera alcanzar la velocidad apta para el despegue.
Pero a comienzos de la Segunda Guerra Mundial se retomó la idea. Se propuso la idea de un planeador que llevara un tanque T-60 y se acoplara al fuselaje de un caza. Se esperaba que este cruzara volando la línea del frente y soltara el vehículo en la retaguardia del enemigo o entre las filas de guerrilleros.
Tanque T-60 expuesto en el Museo Técnico de Vadim Zadorogni (Moscú)
Dominio públicoEl planeador con el tanque planeaba lentamente, aterrizaba, soltaba las alas y podía entrar en combate. Sin embargo, los aviones del momento no podían transportar tanto peso. El planeador con el tanque se podía elevar a una altura de sólo 40 metros, lo cual resultaba claramente insuficiente.
Diagrama del proyecto del T-60 volador.
Dominio públicoNo obstante, la idea de hacer volar a los tanques no fue abandonada, y tras 1945 la URSS siguió avanzando en este ámbito mucho más que el resto de países. A principios de 1950, los ingenieros soviéticos crearon el vehículo autopropulsado aerotransportable ASU-57.
ASU-57 expuesto en el Museo de las Tropas Aerotransportadas de Riazán.
Dominio públicoGracias a los nuevos aviones An-8 y An-12, estos vehículos podían transportarse tanto con planeador como con paracaídas.
Secuencia de lanzamiento de un ASU-57 desde un An-12.
Dominio públicoLa Unión Soviética obtuvo tanto éxito que Estados Unidos se propuso crear su propio equivalente del tanque volador. El carro blindado Sheridan, que comenzó a usarse en el ejército estadounidense en los años 60, recuerda claramente a los modelos soviéticos.
M551 Sheridan lanzado desde un C-130
Dominio públicoSin embargo, la URSS siempre parecía ir un paso por delante. En 1975, en la fábrica de Volgogrado se creó por primera vez un tanque aerotransportable con todas sus características (no una tanqueta ni un vehículo autopropulsado): un vehículo de 17 toneladas de peso tripulado por tres personas y que contaba con un cañón de 100 mm de calibre, ametralladoras e incluso sistema de misiles antiaéreos.
Pero lo más importante consistía en que este tanque podía navegar, con lo que se convirtió en la ayuda imprescindible de las tropas aerotransportadas en cualquier lugar. Al mismo tiempo, se encargó un proyecto análogo a los ingenieros de la fábrica de Kurgán. Este proyecto estaba clasificado. A los nuevos tanques se les designaba únicamente por sus nombres en clave: Objeto 934 y Objeto 685.
Tanque modelo Objeto 934 expuesto en el Museo de Kubika.
Dominio públicoTanque modelo Objeto 685 expuesto en el Parque Patriot.
Dominio públicoLos vehículos pasaron la fase de pruebas pero no llegaron a entrar en el ejército por culpa de la crisis que el sector industrial militar sufrió durante los años de la perestroika. Al parecer, se trataba de los primeros tanques de respuesta rápida, cuyos modelos comenzaron a aparecer en Occidente varios años después.
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