Desde la guerra en España hasta las operaciones militares en Chechenia. Fuente: Ria Novosti / Ígor Mijalev
1. Apoyando a la República en España
En 1936 en España estalló la Guerra Civil. El gobierno republicano, legítimo, acabó rodeado. El único país aliado que ayudaba a España en la lucha contra los fascistas era la URSS. En aquel momento, el gobierno soviético creó un equipo de fuerzas especiales y lo destinó a España para participar en la guerra en España. Este equipo se convirtió en el antecesor de las unidades especiales actuales del GRU.
La operación más famosa de este equipo fue la destrucción de un tren en el que viajaban tropas de una división de aviación italiana en las proximidades de Córdoba, a principios de 1937. El tren de ocho vagones pisó una mina y cayó desde un elevado despeñadero.
Más tarde se llevaron a cabo con éxito otras operaciones de este equipo durante la guerra en España. Atacaron un tren con municiones y bombardearon una finca en la que estaba situado un batallón de ametralladoras franquista.
Tras la derrota de los republicanos, una parte de este equipo invadió un barco y se dirigió a Argelia para volver desde allí a la URSS. Cabe señalar que cuatro antiguos soldados de este equipo especial más tarde participaron en las unidades dirigidas por Fidel Castro en Cuba a finales de los años 50 del pasado siglo.
2. Buzos militares en Nicaragua
Las fuerzas especiales del GRU también participaban en la armada con un escuadrón de buzos militares: exploradores con un alto nivel militar y preparados en los servicios de inteligencia.
Este escuadrón se creó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando los países de la OTAN ya contaban con este tipo de unidades. Los buzos militares comenzaron muy pronto a ocuparse de operaciones especiales. Desde 1967 hasta 1991 operaron en Angola, Etiopía, Vietnam, Corea, Egipto, Cuba y Nicaragua. Los buzos estaban armados con navajas de asalto y fusiles que podían disparar por debajo del agua, lanzaban agujas y podían matar a una persona desde una distancia de 10-15 metros.
Sin embargo, generalmente desarrollaba operaciones ordinarias en las que no se veían obligados a utilizar sus armas. Yuri Pliachenko, antiguo comandante de los buzos militares y capitán en la reserva, cuenta lo siguiente al historiador ruso Alexander Kolpakidi acerca de la vida cotidiana de los buzos:
“En 1984 en Nicaragua no tuvimos que meternos en el agua. Nuestro grupo de expertos realizó un trabajo exclusivamente analítico. Nos habían pedido que nos encargáramos de dilucidar una cuestión: si se podía o no navegar por esta región. Las explosiones de minas eran muy conocidas en el mundo, nuestro aliado de entonces estaba prácticamente sitiado. Supimos bastante rápidamente que las minas eran artesanales y que se colocaban desde barcos tipo Piraña. Entonces dimos nuestras recomendaciones a los nicaragüenses: cómo luchar contra esta situación y cómo convertir los remolcadores habituales en dragaminas. Después de nuestra visita no volvió a haber más explosiones de minas”.
3. Afganistán. Asalto al palacio de Amín
No todas las operaciones de las unidades especiales del GRU eran secretas y pacíficas. La operación más conocida de los servicios de inteligencia militares tuvo lugar en Afganistán, durante el asalto a la residencia del secretario general del Partido Democrático Popular de Afganistán, Jafisulá Amín, al que el gobierno soviético decidió eliminar y remplazar por un hombre más leal a la URSS.
Junto con las fuerzas especiales de la KGB, en esta compleja operación militar participaron también los exploradores del GRU, entre los cuales se formó el llamado “batallón musulmán”, formado principalmente por soldados del GRU de origen tayiko, uzbeco y turkmeno, ya que estos hablaban farsi. El batallón fue introducido secretamente en la guardia del palacio de Amín. Durante el asalto ofrecieron un gran apoyo a las demás unidades. La operación del asalto fue un éxito y Amín fue asesinado. 7 agentes de las fuerzas especiales del GRU también murieron.
4. La guerra chechena
Las unidades especiales del GRU participaron en operaciones especiales no sólo en el extranjero, sino también en Rusia. Por ejemplo, en la primera guerra chechena de 1994-1996 participaron no sólo en tareas de exploración, sino también directamente en los grupos de asalto.
Las unidades terrestres no podían atacar Grozni debido a su débil preparación militar, por lo que se acudió a las unidades especiales. La tarea principal de estas era la exploración y las operaciones de sabotaje, por lo que se produjeron grandes bajas.
Sin embargo, tras el asalto
a Grozni, los grupos de élite del GRU siguieron dedicándose a sus tareas
militares indirectas, tales como la información a las tropas sobre las
posiciones de los guerrilleros. Muchos de ellos habían acudido a Chechenia
desde la guerra afgana, por lo que su habitual táctica de combate era bien
conocida por los exploradores militares. Gracias a esto, las unidades
especiales del GRU resultaron mucho más eficaces que otras unidades durante la
guerra de Chechenia.
Estas no son ni mucho menos todas las operaciones militares de
las unidades de inteligencia militar, que están rodeadas de una cierta aura
romántica debido a su secretismo y exclusividad. En total, estas unidades
enviaron tropas a una veintena de países de Asia, Latinoamérica y África. Sin
embargo, todavía pasará mucho tiempo hasta que se desclasifiquen los archivos
de estas operaciones.
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