Se trata de un portamisiles aerodeslizador, que forma parte de la agrupación naval del Mediterráneo, y cuenta con una gran capacidad de ataque. Fuente: Ria Novosti / Konstantín Chalábov
El buque de misiles aerodeslizador Samum ha llegado al mar Mediterráneo. Los expertos militares opinan que esta avanza hacia el puerto Tartús, en la costa siria, donde Rusia cuenta con una base de tecnología y material militar.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha decidido incluir este barco en la agrupación naval del Mediterráneo de la Flota Marítima Militar. El Samum, que alcanza más de 50 nudos por hora (100 km/h), es capaz de realizar un ataque preventivo inesperado contra una agrupación de portaaviones.
Cuenta con ocho misiles de la clase Moskit en su arsenal, que invisibles para los sistemas de defensa antiaérea. Ningún catamarán del mundo posee este tipo de misiles pesados.
El Samum es el segundo barco de la clase Sivuch. Estos veloces barcos militares son los de mayor tamaño de su subclase no sólo en la naval rusa, sino en todo el mundo.
Inicialmente estos barcos de la clase Sivuch se crearon en 1984, durante la época soviética, y estaban pensados para enfrentarse a los buques de la OTAN. Los barcos Bora y Samum se inauguraron en los años 1989-90 y pasaron a formar parte de la Flota del Mar Negro. Las pruebas de estos modelos finalizaron en los años 1997 y 1999.
El principal requisito para su diseño fue su multifuncionalidad. A velocidad reducida se mueve como un catamarán normal, mientras que para una mayor velocidad utiliza su aerodeslizador. En caso de necesidad, el barco es capaz de moverse a poca velocidad utilizando únicamente los compresores diésel del aerodeslizador.
La experiencia del uso de pequeños barcos de misiles en el mar Mediterráneo ha demostrado que este tipo de buques tienen un arsenal limitado. De ahí se decidió utilizar un catamarán: una gran vela creaba unas condiciones más confortables para el uso de armamento.
Además, este modelo posee una alta navegabilidad. Sus dos motores de turbinas de gas, de una potencia de 60.000 caballos cada uno, le permiten alanzar una velocidad de hasta 55 nudos incluso con olas de hasta 2 metros, y más de 40 nudos con olas de 3,5 metros. Su gran velocidad permite a este barco escapar al alcance de los misiles autodirigidos. Por esa misma razón, los torpedos tampoco pueden alcanzarlo.
“El portamisiles está pensado para la destrucción de barcos de alta velocidad en escuadrón, para llevar a cabo misiones de reconocimiento y cubrir a las lanchas de desembarco. Es muy eficaz para llevar a cabo tareas de movilidad en el agua, pero resulta impotente contra un ataque aéreo, ya que su arsenal de artillería es muy limitado: un dispositivo de 76 mm AK-176 y dos sistemas automáticos de seis cañones AL-630”, comenta a RBTH el observador del Portal Marítimo Militar Serguéi Severín.
“Pero su armamento antisubmarino es impresionante. El barco lleva incorporadas las más potentes armas que existen: ocho dispositivos de lanzamiento del misil de crucero contra navíos 3M80 Moskit. En comparación, los destructores mucho más grandes del proyecto 956 llevan ese mismo número de misiles Moskit. El armamento de misiles antiaéreos consiste en un sistema Osa-M con 20 misiles”.
El dueño de los mares
Según los expertos, para la Flota del Mar Negro es más que suficiente con los dos barcos de la clase Sivuch de los que dispone, mientras que el arsenal de la Flota del Báltico podría aspirar a conseguir dos de estos portamisiles.
Los especialistas se muestran algo desconcertados con su precio, que consideran demasiado alto: a partir de 45 millones de dólares. Esto se debe a que en la época soviética los barcos se diseñaron sin tener en cuenta la reducción de costes o la rentabilidad.
A día de hoy, el Ministerio de Defensa no ha ordenado la producción de nuevos barcos Sivuch. Según el experto marítimo militar independiente Yuri Vedérnikov, una comisión industrial militar está trabajando en la creación y producción de barcos de la siguiente generación y no invertirá fondos en este costoso proyecto de la época soviética.
“Este portamisiles podría ser muy solicitado para su exportación a países como Egipto o los Emiratos Árabes. A países que operan en aguas pequeñas. En estos territorios, el Sivuch es único y no tiene competidores”, señala a RBTH Yuri Vedérnikov.
“El barco puede llevar a cabo un ataque preventivo que el enemigo no es capaz de rechazar. Puede atacar objetivos a 120 kilómetros de distancia. El mar Mediterráneo es un lugar ideal para este tipo de barcos. Por esta razón, la entrada del Sivuch en un puerto sirio podría estar motivada políticamente. Su objetivo podría ser frenar la creciente tensión político-militar en esta región”, subraya.
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