La aviación regional en Rusia se renueva y busca aparatos de producción nacional. Fuente: PhotoXpress
El mercado del transporte regional y local en la Federación Rusa está experimentando un alza. Gracias a los subsidios que se ofrecen a las compañías aéreas, tanto a nivel federal como regional, ha surgido la posibilidad de volver a abrir vuelos en una serie de líneas que habían sido cerradas.
En 2014 debido a las medidas de apoyo se transportaron alrededor de 1,5 millones de pasajeros y se han abierto más de 80 nuevas líneas de comunicación regional e interregional, adquiriéndose nuevos aviones.
Sin embargo, las medidas adoptadas no han permitido resolver del todo la tarea de restablecer la red de rutas. Anteriormente para realizar estos vuelos se utilizaban aviones sencillos, en su mayoría de fabricación soviética, capaces de funcionar en condiciones climatológicas complicadas, con pistas de tierra o nieve e incluso en reservas de agua.
A día de hoy, después de haber cumplido con su tarea, la mayoría de ellos están dados de baja. Y si en la parte europea del país y en algunas líneas de los Urales es recomendable el uso de aviones de fabricación europea como el ATR-42 y el ATR-72, en Extremo Oriente todavía no hay tanta tecnología extranjera de aviación.
Uno de los mayores problemas por lo tanto es buscar un sustituto para el legendario "Annushka", el avión An-2. Este aparato poseía unas características sorprendentes: despegaba literalmente de un palmo de terreno, podía igualmente transportar pasajeros y carga e incluso esparcir semillas. Pero hoy en día el parque de estos aviones es pequeño, la fabricación en serie en la URSS se interrumpió en 1971 y hace 12 años los últimos aviones fueron enviados a Polonia. Así que los biplanos con las alas de tela cosida salieron de escena.
Aviones rusos frente a los extranjeros
Sería falso afirmar que no existen análogos a este veterano, el Cessna Caravan estadounidense tiene unas buenas características, pero en Rusia tiene certificación únicamente para nueve pasajeros (aunque en su interior caben hasta 14 asientos).
La capacidad de este avión para despegar y aterrizar en pistas de tierra el algo menor que la del An-2. El bimotor canadiense Twin Otter que está reconocido como un auténtico todoterreno tiene un precio muy alto para Rusia y sería muy complicado rentabilizarlo para las líneas aéreas locales.
Sin embargo los diseñadores rusos han creado una serie de aviones que pueden encontrar uso en las líneas locales y regionales. En breve comenzarán las pruebas del bimotor 'Risachok' creado por la empresa Tejnoavia.
Se planea realizar su producción en Samara. Este aparato de 16 plazas tiene la capacidad de despegar desde pistas cortas y de tierra además de un precio razonable. A día de hoy este avión va equipado con motores de fabricación canadiense que lo encarecen. Pero los desarrolladores del 'Risachok' afirman que pueden adaptarlo y añadirle motores rusos.
Otro proyecto que planean los productores aeronáuticos de Samara es el Il-114, diseñado para transportar 64 pasajeros. Anteriormente estos aviones de diseño ruso se producían en Tashkent (Uzbekistán), sin embargo hace dos años la fábrica aeronáutica prácticamente dejó de existir. Hoy en día con el apoyo personal del vice primer ministro, Dmitri Rogozin, se está decidiendo la cuestión de volver a construirlo en la fábrica de Aviakor.
Nuevas posibilidades para la tecnología aeronáutica rusa
Hay toda una serie de factores que hacen razonable la producción propia de aviones en Rusia. Es necesario tener en cuenta las peculiaridades del país: las condiciones climáticas y el estado de la red de aeropuertos.
La caída de la cotización del rublo casi en un 20% el año pasado en relación con las principales divisas hace que sea muy caro para las compañías aéreas rusas la adquisición de aviones norteamericanos o europeos, ya que tienen sus ingresos en rublos. Por otra parte, la producción nacional tendría una oportunidad en el mercado mundial gracias a un precio más atractivo.
Los fabricantes rusos tienen ante sí nuevas posibilidades. El presidente Vladímir Putin y los funcionarios gubernamentales mantienen el apoyo estatal al transporte regional. Las compañías aéreas rusas, que durante mucho tiempo no han sido solventes, tendrán la posibilidad de renovar su parque de aviones y se creará un mercado interno para la tecnología aeronáutica.
Por otra parte el apoyo a la industria aeronáutica nacional permitirá comenzar la fabricación de nuevas aeronaves. La combinación de estos factores es muy positiva y es importante ser capaces de aprovecharla.
Oleg Panteléiev es director de la Agencia de análisis rusa Aviaport, especializada en la recopilación, análisis y publicación de información empresarial sobre el sector aeronáutico.
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