Se planea un gasoducto ruso a Corea del Sur, vía China

El ministro de Energía Alexander Nóvak no descarta la opción de llevar gas natural licuado a la república del sudeste asiático. Fuente: Getty Images / Fotobank

El ministro de Energía Alexander Nóvak no descarta la opción de llevar gas natural licuado a la república del sudeste asiático. Fuente: Getty Images / Fotobank

Se trata de un proyecto en fase de análisis que entraña varias dificultades, entre ellas un alto riesgo político. Corea es el mayo consumidor de gas natural licuado y las empresas rusas están explotando este recurso en el este del país.

Rusia está sopesando la posibilidad de suministrar gas a Corea del Sur a través de un gasoducto que pase por el territorio de China. Así lo anunció en una entrevista a ITAR-TASS el ministro ruso de Energía, Alexander Nóvak. Además señaló que la opción prioritaria es la exportación de gas natural licuado (GNL) desde las plantas de Gazprom en Vladivostok y Rosneft, en Sajalín.

Sin embargo, los expertos coreanos afirman que el suministro a través de un gasoducto resultaría un 30% de media más barato que el transporte de GNL por vía marítima. “Se plantearon dos proyectos. El primero consiste en la construcción de un gasoducto a través de China y el mar Amarillo hasta Corea del Sur; y el segundo prevé el tendido de la tubería directamente de Vladivostok a Corea del Sur por el océano Pacífico”, explicó Nóvak.

La segunda opción fue descartada por Gazprom a causa de las complejidades que plantea la plataforma continental, las grandes profundidades del tramo y el escaso volumen del suministro previsto (solo 10.000 millones de metros cúbicos).

Estos factores hacen que el proyecto no resulte rentable, por lo que, según Nóvak, ya no está sobre la mesa.

La primera opción está en fase de análisis, ya que entre otras cosas implica el tránsito a través de China. Por otro lado, anteriormente se había planteado también la opción de tender una tubería por tierra a través de Corea del Norte, pero Gazprom la rechazó por los riesgos políticos que conlleva.

Gazprom no ha querido comentar el anuncio de Nóvak, pero según fuentes del sector, la compañía no está estudiando en este momento la construcción de ningún gasoducto para el suministro, principalmente de GNL, a Corea del Sur.

“El gas licuado es realmente una prioridad para Corea del Sur, que es el segundo mayor consumidor de GNL del mundo (por detrás de Japón), con 40 millones de toneladas (o cerca de 56.000 millones de metros cúbicos). Además cuenta con unas infraestructuras avanzadas para la recepción del gas”, explica un experto de la Unión de Productores de Petróleo y Gas de Rusia, Rustam Tankáev. “Corea no está interesada en proyectos que impliquen la construcción de un gasoducto, menos aun si se hace a través de China”.

En palabras de Tankáev, el proyecto de construcción de un gasoducto hasta Corea del Sur a través de China se planteó a principios de la década del 2000, y tampoco entonces era una idea nueva. Sin embargo, los expertos coinciden en que el riesgo de que en el futuro se repita con China la misma situación que se dio en su día con los gasoductos rusos en territorio ucraniano, empieza a dictar las condiciones del tránsito.

De hecho, Rusia sigue sin llegar a un acuerdo con sus socios chinos sobre el suministro de gas al gigante asiático. Aunque llevan ya varios años de negociaciones, de momento no se ha resuelto la cuestión del precio. Anteriormente se anunció que Gazprom planea cerrar un acuerdo definitivo con China durante la visita a este país en mayo del presidente ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, la propia Gazprom informó antes de esto que tenía intención de firmar un contrato al respecto en febrero.

“China, aun teniendo fondos, siempre trata de sacar algún beneficio”, indica el director general de la compañía Optim Consult, Yevgeni Koliósov. Según dice, solo en enero el volumen de inversiones directas no financieras de China en la economía de países extranjeros alcanzó los 7.230 millones de dólares, lo que supone un aumento del 47,2 % en comparación con enero de 2013.

Asimismo, su inversión de capital en Japón se disparó hasta el 500 %, a pesar de las tensas relaciones existentes entre los dos países. Sin duda, el interés por los grandes proyectos de alta rentabilidad está por delante de las pugnas políticas.

“Se supone que, si el gasoducto pasa por China, tarde o temprano empezarán a apretarnos las tuercas”, advierte Koliósov. “Conviene escoger las opciones que nos permitan evitar el tránsito”.

El profesor de la Escuela Superior de Economía y politólogo Nikolái Petrov afirma que Rusia tendrá que escoger entre dos males. Y lo cierto es que, frente al tendido de un gasoducto a través de Corea del Norte, resulta preferible el tramo que recorre las aguas de China, a pesar de los posibles riesgos políticos y tecnológicos.

En palabras de Petrov, Rusia tiene en Corea del Sur a un importante socio económico, y el establecimiento de cualquier relación económica a largo plazo (como el suministro de gas a través de un gasoducto) constituye un paso más de justificado en el marco de una estrategia global que busca el vuelco de Rusia hacia el sector oriental.

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