El FSB quiere vigilar la comunicación online

Fuente: Reuters

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Solo unos pocos meses después de conceder asilo temporal al filtrador de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Snowden, Rusia se prepara para poner en marcha un programa de vigilancia electrónica similar al tristemente famoso PRISM. Pero, ¿realmente son lo mismo?

Según informó el pasado lunes el diario Kommersant, el ministerio de Comunicaciones ruso ha presentado un anteproyecto por el que los proveedores de internet se verían obligados a instalar equipos de supervisión para garantizar que los servicios de seguridad del Estado (FSB) tengan acceso a todo el tráfico de sus servidores.

Los usuarios rusos de internet inmediatamente mostraron su preocupación por la iniciativa ministerial, ya que temen que derive en una vigilancia omnipresente del Gobierno, al estilo de la famosa novela de Orwell, 1984.

Sin embargo, algunos expertos no ven motivos para alarmarse, ya que los proveedores de internet rusos ya se vieron obligados en su día a comprar equipos de vigilancia para obtener su licencia. Según la legislación actual, los operadores de internet y telecomunicaciones están obligados a proporcionar a los servicios de seguridad información sobre el teléfono y localización de sus clientes, pero no a almacenar estos datos.

Según el citado periódico, el gigante de las telecomunicaciones, VimpelCom, responsable de la marca Beeline, ha enviado una queja al ministerio que regula las telecomunicaciones, diciendo que el anteproyecto viola las disposiciones de la Constitución sobre la privacidad. Afirman que ni el correo ni el teléfono ni ningún otro tipo de comunicación pueden ser vigilados sin una orden judicial.

El borrador del Ministerio de Comunicación estipula que, desde el 1 de julio de 2014, todos los proveedores de internet deben comprar e instalar equipos que almacenen todo el tráfico de internet durante 12 horas y garantizar al FSB acceso directo a estos datos.

Según el nuevo proyecto de ley, todas las identidades de los usuarios de los servicios de e-mail, como Gmail, Yahoo o Yandex, las direcciones IP, los teléfonos y las localizaciones de los usuarios de Skype, Google Voice y otros servicios de voz por VoIP (protocolo internet) estarán bajo el control de las autoridades.

Este paso se ha dado unos días después de que el Gobierno ruso promulgase legislación que daría al FSB el derecho a investigar y luchar contra los ataques de hackers, eventos o acciones “que constituyan amenazas a la seguridad de la información” en el país.

El Ministerio de Comunicaciones trató de calmar a los usuarios, que montaron en cólera cuando la noticia saltó a los titulares. “El sistema no es una amenaza para los ciudadanos que cumplan la ley. Solo proporciona seguridad adicional”, dijo en un comunicado.

El presidente ruso, Vladímir Putin, había dicho anteriormente que la vigilancia de datos era una medida aceptable siempre que se realice dentro de los límites de la legalidad, añadiendo que esta vigilancia “se está convirtiendo en un fenómeno global en el contexto de la lucha contra el terrorismo” y que en Rusia “no se puede sencillamente intervenir las comunicaciones de un ciudadano sin una orden judicial”.

La versión rusa de PRISM

El experto en telecomunicaciones ruso, Eldar Murtazin, dijo que los servicios de seguridad llevan teniendo acceso a la comunicación por internet desde 2008, cuando se implantó la conexión obligatoria entre el flujo de datos de los servidores y el Sistema de Operaciones e Investigación del FSB.

“Simplemente, el FSB está actualizando el sistema que ya usa ahora, en cooperación con el Ministerio de Comunicación. Como el volumen de la información está creciendo exponencialmente, los servidores del FSB ya no pueden manejar el flujo de datos”, escribió en su blog personal.

Esa es la razón por la que quieren que las compañías de telecomunicaciones almacenen todos los datos durante 12 horas, para poder así procesarlos más tarde. “Quieren seguir haciendo lo mismo que hasta ahora, por eso derivan parte de la tarea a las empresas”, añadió Murtazin.

Andréi Soldátov, autor de varios libros sobre los servicios de seguridad rusos, dijo que el sistema de vigilancia ruso es más avanzado que el PRISM de EE UU. “Últimamente se ha empezado a usar muchísimo más, debido en parte a las protestas de la oposición en Moscú y a los cambios de la situación política”, comentó a The Moscow News.

Según Soldátov, el sistema de vigilancia conocido como SORM, acrónimo ruso de Sistema de Actividades de Investigación Operativa, fue desarrollado en sus inicios por el predecesor del FSB, la KGB, a mediados de los 80 para controlar las comunicaciones telefónicas.

Posteriormente, se han desarrollado tres modalidades diferentes: SORM-1 controla el tráfico de internet, SORM-2 interviene las comunicaciones en internet y SORM-3 recopila todo tipo de información de cualquier medio de comunicación.

El sistema es increíblemente simple: una vez que se emite la orden judicial, el FSB puede obligar a un proveedor de internet a comprar, instalar y mantener un aparato SORM en su red.

Según la legislación actual, el FSB no está obligado a dar información sobre a quién vigila o por qué, ni siquiera debe mostrar la orden judicial al proveedor.

Sin embargo, en los EE UU, el Gobierno no tiene modo de evitar actuar a través de los proveedores de servicios, que actúan como intermediarios.

Edward Snowden no ha hecho comentarios al respecto.

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