Científicos de los Urales desarrollan una fibra óptica para buscar vida extraterrestre

Fuente: NASA / Ivan Eder

Fuente: NASA / Ivan Eder

Las fibras ópticas desarrolladas por los científicos de Ekaterimburgo ayudarán a que los telescopios determinen qué planetas de las galaxias lejanas son potencialmente aptos para tener vida.

Uno de los descubrimientos más significativos de la astronomía de las últimas décadas ha sido el de los conocidos como exoplanetas, es decir, planetas que orbitan alrededor de estrellas fuera de los límites del Sistema Solar. El primero se descubrió en 1988 y hasta ahora se han identificado unos mil. Aunque la hipótesis de su existencia apareció a mediados del siglo XIX, hicieron falta más de cien años hasta que se confirmara. 

La búsqueda de estos cuerpos celestes es una tarea bastante complicada. La principal dificultad radica en que tanto los radiotelescopios tradicionales como los modernos son completamente inútiles para la búsqueda de un exoplaneta, pues la radiación de la estrella en torno a la cual es posible que exista un sistema planetario, es demasiado fuerte como para que pueda registrarse la luz reflejada por los cuerpos celestes situados en sus inmediaciones.  

La fibra óptica es un hilo fino de un material transparente que es capaz de transmitir dentro de sí radiación luminosa recogida a través de uno de sus extremos. Actualmente se utiliza sobre todo en sistemas de comunicación para obtener una mayor velocidad en la transferencia de información (comparable a la velocidad de la luz).En particular, la mayoría de los canales de información de internet están basados precisamente en esta tecnología, que últimamente se está desarrollando de forma activa.

Los medios de observación indirectos permiten hallar solo exoplanetas con enormes masas, similares a las de Júpiter o Saturno. Sin embargo, a los científicos les interesa llegar a saber si existen cuerpos celestes similares a la Tierra, en los cuales pueda existir potencialmente alguna forma de vida. De hecho, para que haya materia viva son necesarias unas condiciones específicas, entre ellas, grandes cantidades de agua en estado líquido con una composición concreta y una densidad y temperatura de la atmósfera adecuadas. Actualmente, la medición exacta de todos estos parámetros en planetas lejanos parece ser una tarea casi imposible. 

No obstante, un nuevo estudio de los científicos del centro de tecnologías de fibra infrarroja de la Universidad Federal de los Urales trabaja intensamente para vencer todos estos problemas. Durante un período de casi treinta años, un laboratorio de este centro, bajo el liderazgo de la doctora Liya Zhúkova, ha estado desarrollando un tipo completamente nuevo de fibras ópticas, mediante las cuales se podrá estudiar con algo más de exactitud el espectro de luz reflejado por los exoplanetas. Y esto, a su vez, permitirá determinar la composición, temperatura y densidad del aire en la atmósfera del planeta, así como la presencia de vapores de agua en ella.  

Este nueva fibra óptica creada por los científicos de los Urales cuenta con sus características especiales, ya que es capaz de diferenciar entre la radiación de la estrella y la luz reflejada por el exoplaneta. “De esta forma, con un telescopio en que se han instalado a modo de filtros nuestras fibras ópticas, se pueden ver planetas similares a la Tierra”, confirma el profesor Alexander Korsákov, uno de los creadores de este nuevo material. 

La nuevas propiedades se adquieren mediante el uso de combinaciones de metales con halógenos en su composición: cloro, bromo y yodo. Los cristales de halogenuros fabricados en el laboratorio de Liya Zhúkova también se han vuelto esenciales para el nuevo tipo de fibra óptica. 

Por otra parte, los usos de este nuevo tipo de fibra óptica no se limitan a la búsqueda de exoplanetas. También es posible utilizarla para tareas de índole terrestre donde se necesita determinar la composición de la materia según el espectro de luz que pasa a través de ella o que se refleja en ella; por ejemplo, en la industria química, de petróleo y gas, e incluso alimenticia.

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