Perros y focas al servicio de la Armada rusa

Las nuevas técnicas de adiestramiento permiten convertir animales pacíficos en auténticas máquinas de guerra. Fuente: AFP / East News

Las nuevas técnicas de adiestramiento permiten convertir animales pacíficos en auténticas máquinas de guerra. Fuente: AFP / East News

Las nuevas técnicas de adiestramiento permiten convertir animales pacíficos en auténticas máquinas de guerra. El creciente interés de los militares hacia estas técnicas es comprensible: con una preparación adecuada, el perro es capaz de hacer frente a misiones que ningún soldado podría llevar a cabo.

El Ministerio de Defensa de Rusia ha decidido aumentar la utilización de animales en misiones de guerra. Solo este año, por orden del ministro de defensa, Serguéi Shoigú, se han destinado más de 400 reclutas a una de las especialidades más inusuales de las Fuerzas Armadas rusas: la de instructores de perros guía y detectores de explosivos. Por otro lado, actualmente solo se emplean unos 300 de estos soldados caninos en puestos de vigilancia de instalaciones militares o relacionados con la búsqueda de mecanismos explosivos.

Una parte significativa de todas las minas y artefactos explosivos detectados se encuentran gracias a la ayuda de estos perros-soldado. Sin embargo, los militares prefieren no difundir el número exacto de artefactos encontrados y cuántos animales han muerto durante su búsqueda.

En Nikolo-Uriúpino, cerca de la circunvalación de Moscú, se ubica un centro de entrenamiento interdisciplinario en el que se preparan unos perros-zapadores de cualidades únicas. Durante el adiestramiento, se aplican técnicas únicas que permiten controlar al animal a distancia: el perro lleva enganchada una cámara y un equipo de comunicación, y un soldado se comunica con él por radiofrecuencia. A un perro ordinario, sin embargo, no le basta con oír a su dueño para entenderlo, sino que también necesita el contacto visual.

Aparte de esta pericia, en Nikolo-Uriúpino también se han elaborado unos chalecos antibalas especiales para los perros. Con el ajuste adecuado, como dicen los expertos, el chaleco no dificulta la movilidad del animal y le permite efectuar cualquier trabajo. Se supone que estos chalecos se utilizarán en operaciones antiterroristas y en otras operaciones especiales.

El empleo de animales en misiones militares fue desarrollado hace tiempo por el conocido adiestrador ruso Vladímir Durov. Las primeras pruebas de adiestramiento de animales para la ejecución de misiones militares se realizaron en 1882.

Pero los perros no son los únicos animales que prestan sus servicios al ejército ruso. El instituto biológico de Múrmansk también tiene entre manos un ambicioso proyecto: en su base se ha establecido un centro de investigación para el adiestramiento de animales marinos.

Actualmente, el equipo de focas de las fuerzas especiales —patrocinado por la Flota Norte — cuenta con 15 combatientes. Aunque de momento no son muchos, para la protección de submarinos nucleares estratégicos, por ejemplo, resultan suficientes.

Gennadi Matishov, investigador de la Academia de las Ciencias de Rusia, afirma que las focas están capacitadas para trabajar tanto dentro como fuera del agua. Esto adquiere especial importancia en el medio submarino, donde las capacidades del hombre están limitadas. Por ejemplo, mientras una foca puede sumergirse a una profundidad de 100 metros de forma habitual, para el hombre esta experiencia presenta un alto grado de dificultad y puede acarrear también un riesgo para su vida. Además, las focas son capaces de reconocer objetos, recogerlos del fondo, llevar herramientas al hombre y, en caso de necesidad, también podría matar a un enemigo.

Como si se tratase de un soldado común, las focas de la flota también realizan turnos de guardia en las cercanías de los buques. Sin embargo, a diferencia de las personas, estas no son sensibles a los caprichos del clima nórdico: el frío, la nieve y el hielo no afectan de ningún modo a la calidad de ejecución de las tareas.

El excomandante de la Flota Norte, Viacheslav Popov, cuenta que bajo su mando se llevaron a cabo unos ejercicios en los que se simulaba una misión de sabotaje, que consistía en entrar de forma imperceptible en una base de submarinos nucleares y colocar explosivos en los buques. A los marineros no se les avisó de quién actuaría en su contra. Literalmente unos minutos después de abrir las jaulas de las focas, estas se precipitaron a la bahía y todos los saboteadores subieron a la superficie y se lanzaron a la orilla. Ni siquiera los miembros mejor entrenados de las fuerzas especiales de la marina rusa pudieron enfrentarse a los animales en su medio natural.

Por otra parte, el Ministerio de Defensa prefiere no hacer comentarios sobre los programas relacionados con la preparación de animales para la realización de misiones militares. Las partidas de gastos para estos fines son altamente confidenciales, y llegar hasta Nikolo-Uriúpino o a la base de focas de la Flota Norte es prácticamente imposible.

Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.

Esta página web utiliza cookies. Haz click aquí para más información.

Aceptar cookies